Capitulo 18. La visita

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Era absurdo que Max se estuviera dejando manipular de Bianca, porque era obvio que eso era lo que estaba sucediendo, yo no podía entender a qué hora todo lo que habíamos vivido en años de amistad, mi llegada a Europa para ayudarlo con su rodilla y mi embarazo habían empezado a pesar menos que su fallida relación con la famosa Bianca Lombardo.

Todo ese asunto me estaba carcomiendo el corazón, por un lado seguía amando a Max tanto o más que el primer día, pero por otro lado me sentía decepcionada de ver cómo echaba nuestra relación a la caneca de basura tan fácilmente. No podía continuar sintiéndome así, necesitaba una pequeña distracción, decidí pasar el día fuera de aquella casa y me fui a donde Natalia, ese era su día libre y había prometido pasarlo conmigo.

Ese día me desperté temprano, me duche y me vestí con una camiseta blanca de mangas cortas y un enterizo de Jean, unas sandalias de tacón bajo. No desayune, salí de casa antes que cualquiera se despertara y tome un taxi. Cuando llegue a la casa Natalia acababa de llegar de dejar a Miguel en el jardín de niños, me saludo afectuosamente y me invitó a entrar.

La casa de Natalia era modesta pero el calor de hogar se sentía en cada esquina, tenían fotografías de la familia por toda la casa y juguetes de Miguel en cada rincón. Natalia vivía con sus padres pero ese día no estaban, se habían ido a Madrid a visitar a su hijo mayor y a la familia de el.

Tomamos el desayuno juntas, yo preparé unas arepas de maíz con queso y una deliciosa taza de chocolate, mientras tanto Natalia y yo estuvimos hablando de todo por un largo rato, era increíble lo mucho que ella me hacía reír, estuve tan relajada!, hasta que llegó el temido tema de Max-Bianca-los bebes y yo, entonces ahí todo se puso tenso.

Le conté a Natalia lo que había sucedido en Austria con Max, lo de la carrera y el beso. Ella se emociono mucho al oírme contar con lujo de detalles lo grandioso que fue ver a Max ganar en ese circuito, dijo que siempre había sospechado que entre nosotros estaba ocurriendo algo sin que nosotros mismos nos diéramos cuenta. Luego le conté que Bianca había llegado sin aviso, que nos había visto en mi habitación y se había armado una película en la cabeza, y que como consecuencia de eso ahora Max actuaba como si apenas me conociera y Bianca ni me dirigía la palabra.

Natalia se disgustó mucho por la actitud de Max, dijo que de Bianca esperaba cualquier cosa, pero que de verdad no se lo había visto venir lo de Max... y yo tampoco podía creerlo!.

Salimos a pasear un rato por la localidad donde ella vivía, me mostró algunos lugares de verdad muy bellos y luego fuimos a recoger al pequeño Miguel al jardín. Miguel es un niño muy dulce y bastante inteligente para su edad, no se parece físicamente en nada a Natalia, tiene la piel bronceada y el cabello y los ojos oscuros, ella dice que se parece al papa, de quién en realidad no sé mucho.

En la tarde Natalia, Miguel y yo estábamos viendo una película de dibujos animados muy cómica, de un malvado calvo de piernas flacas que adoptaba tres niñas huérfanas, y sus mayordomos, unas criaturas enanas de color amarillo eran verdaderamente graciosos, me estaba divirtiendo por montones cuando sentí mi celular vibrar en los bolsillos del pantalón, lo saque y tenía un mensaje.

De Max: Amelia donde estás?, no te hemos visto en todo el día, por favor comunícate.

A eso se había reducido nuestra amistad?, no una llamada sino un simple y frío mensaje!, y eso de "hemos" me suena a multitud, querría decir "no te he visto", porque en cuanto a Bianca se refiere yo era algo así como su incubadora humana.

Decidí no responder el mensaje y en cambio apague el teléfono, y me quede hasta bien tarde de la noche en casa de Natalia. Ver a Miguel abrazar a su mamá y darle un beso de buenas noches me produjo un nudo en la garganta, eso era demasiado para mí en aquel momento, yo también quería que mis hijos hicieran un día lo mismo conmigo, y fue ahí que empecé a considerar lo que Natalia me había dicho ese día más temprano... "deberías buscar un abogado que te asesore".

ALQUILE MI VIENTRE y vendí mi almaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora