Capitulo 20. Madrid

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Ya era hora de ir buscando el dichoso abogado que me asesorará sobre lo que estaba sucediendo, me sentía estupida en ese momento, antes de haber realizado el alturista acto de amor hacia Max, que había sido mi motivación inicial, debí haber pensado mejor las consecuencias de lo que iba a hacer y haberme asesorado legalmente como al parecer ellos habían hecho.

Ese día había amanecido decidida a ponerme al tanto de mis posibilidades, me levante y me duche, vestí algo de ropa cómoda para estar en casa y llame a Lola por el intercomunicador. Le pedí que me trajera el desayuno a la habitación y cuando Lola trajo la comida cerré mi puerta con seguro... no podía permitir que alguien viera lo que iba a hacer.

Me recosté en la cama, abrí mi computadora portátil y puse la comida al lado, mientras la computadora se encendía empecé a comer algo de la fruta picada que había traído Lola.

Entre en el buscador más común de estos tiempos, Google, si había algo de información en la red, doctor Google lo debería saber. Escribí "abogado especialista en alquiler de vientre", supuse que eso no iba a ser fácil pero me equivoqué. A la primera búsqueda encontré un despacho de abogados especialistas en maternidad subrogada o alquiler de vientres, que es lo mismo.

En la página web decían que en España esto no era legal y por lo tanto cualquier contrato firmado no tenía validez... en ese momento sentí que el alma me volvía al cuerpo y sonreí de oreja a oreja mientras acariciaba mi vientre, mis gemelos estaban alborotados, supongo que también sintieron mi emoción.

Yo estaba familiarizada con el tema de maternidad subrogada en mi país, donde no era legal tampoco, sin embargo en medio de la emoción de poder ayudar a Max y no informarme adecuadamente antes de embarazarme, había creído que en Europa ya tenían legalizado este asunto.

En la página habían unos teléfonos donde comunicarme para solicitar una cita y recibir una asesoría más personalizada. Busque mi celular, marque el teléfono e hice una cita, le pedí a la señorita que me contesto que fuera lo antes posible y ella me la dio en tres días.

El despacho de los abogados se encontraba en Madrid, por lo que debía viajar a esta ciudad a más tardar al día siguiente, así tendría tiempo de ubicarme en un hotel y buscar el despacho con tiempo... lo último que quería era llegar tarde a aquella cita.

Busque en una página de vuelos uno que me llevara de Mónaco a Madrid, habían varias opciones, algunas con escala, lo cual no me llamaba mucho la atención, pero estaba dispuesta a hacer lo que fuera necesario. Cuando encontré el vuelo lo compré en línea, el dinero no era problema y estaba súper feliz.

Me puse de pie súper rápido, tenía que organizar maletas y ver que le diría a Max y a Bianca para viajar... obviamente no podría decir la verdad.

Cuando tuve las maletas listas llame a mama, en América sería de noche y ella estaría en casa. Le dije a mamá que había conseguido unos abogados especialistas en la materia y que debía viajar a Madrid al día siguiente a verlos, pero que necesitaba una excusa para hacerlo, no quería que Max y Bianca se enteraran de lo que sucedía. Mamá dijo que viajaría a Europa la siguiente semana, ya tenía los tiquetes, pero estaba terminando de organizar algunas cosas en América, ella planeaba quedarse hasta el final de mi embarazo y organizarlo todo tomaba tiempo. Finalmente decidimos decir que ella iba a viajar a visitar unos amigos a Madrid y que yo me encontraría con ella ahí. 

Al colgar con mamá fui hasta donde Max a informarle de mi viaje y lo encontré en la sala de entretenimiento jugando X-box.

-Hola Max-, le dije con algo de indiferencia. El estaba de pie frente al TV con el control en sus manos y apretando rápidamente los botones. Al escucharme puso en pausa el juego, dejó el control en la mesa frente al sofá y se volvió a hablar conmigo.

ALQUILE MI VIENTRE y vendí mi almaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora