Capitulo 12. La conversacion

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Mamá se había ido a América y aunque me sentí triste de no tenerla conmigo, sabía bien lo mucho que extrañaba su vida allá y me sentí aliviada que al menos una de las dos iba a estar bien.

Max y yo viajamos a Canadá para la próxima carrera y estaba muy preocupada por el. Días antes de viajar se excedió con el peso en el entrenamiento y tenía la rodilla inflamada y con algo de dolor.

-Oye Max eso es algo extraño no crees?-, dijo Cinthya, la esposa de uno de los pilotos que viajaba con nosotros, miraba a Max con desaprobación y con sus manos en la cintura.

-Que cosa?-, dijo Max un poco desconcertado.

-Ella es la embarazada y tú eres el que tiene hielo en la rodilla-, Cinthya sonrió y las carcajadas de los que habían escuchado el comentario no se hicieron esperar.

Esa noche le aplique a Max un gel para la inflamación en la rodilla y tuvo compresas frías durante toda la noche.

En la clasificación no hubo mucha suerte, el auto tuvo fallas y Max no se sentía cómodo por el dolor. Quedo en el lugar 14 y tendría que hacer un esfuerzo enorme si quería al menos entrar en los puntos.

Como si todo lo sucedido en los días previos a la carrera hubiera sido un mal presagio, Max tuvo un accidente durante la cuarta vuelta, uno de los pilotos lo estrelló por la parte trasera del vehículo que quedo muy dañado y no pudo completar la carrera.

Las cosas se iban poniendo difíciles, solo quedaba una carrera antes del GP de Austria y bien sabía que Max estaría nervioso, ese fue el circuito en el que se estrelló hace dos años y estar de nuevo ahí le traería malos recuerdos... y que decir de mi, casi muero de angustia cuando no lograban sacarlo del auto.

Cuando regresamos a casa adopte mi rol de medico muy seriamente y le prohibí a Max hacer cualquier ejercicio con peso, íbamos a dedicarnos a recuperar esa rodilla y lo mejor sería dejarla reposar de cualquier esfuerzo y solo mantener la movilidad conservada.

****

-Max!, vengo a decirte que...- Bianca entró al gimnasio inesperadamente y enmudeció al vernos. Yo acababa de aplicarle ultrasonido en la rodilla a Max y estaba poniendo un gel anti inflamatorio sobre ella con un poco de masaje para que se absorbiera.

-Que se supone que están haciendo?-, dijo con su ceja elevada y uno de sus pies golpeando el piso repetidamente.

-A que te refieres Bianca?-, dijo Max mirándola seriamente con su ceño fruncido.

-Que?, ahora también Amelia debe darte masajes?-, el tono que empleó para decir aquello me molesto mucho, pare de esparcir el gel y me voltee a responderle pero Max se adelantó.

-Amelia está haciendo su trabajo Bianca, tengo la rodilla inflamada y ella está aplicando un anti inflamatorio. Que es lo que estás pensando?-, Ups!, Max se ha enojado.

Veía venir una discusión y decidí salirme del lugar antes que me viera más involucrada de lo que debería. Esa actitud celosa e insinuante de Bianca ya me tenía verdaderamente harta, había llegado a pensar que lo mejor sería rentar un apartamento mientras duraba mi estancia en Europa, una vez ya se lo había sugerido a Max y no le había simpatizado para nada la idea, pero de continuar así iba a tener que imponerme.

Esa tarde había quedado con Natalia de ir a comer juntas al centro comercial así que me puse uno de los pocos vestidos que aún me quedaba, en ese momento ya no lograba cerrar ninguno de mis pantalones y me di cuenta que estaba demorándome en ir a comprar ropa adecuada para la maternidad.

ALQUILE MI VIENTRE y vendí mi almaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora