Capitulo 13. La playa

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Esa noche casi no dormí, no podía creer que Bianca de verdad estuviera engañando a Max, varias veces me planteé decírselo, pero no estaba segura de nada, no había nada comprometedor que yo pudiera decirle a Max, y seguro ella le diría que yo estaba enamorada de él y que solo quería plantar dudas entre ellos.

Por otra parte saber lo que yo sabía y no decirle a Max me ponía en una situación difícil, me sentía como si estuviera traicionándolo, seguro que si fuera al revés la situación a mí me hubiera gustado que Max me lo dijera.... ahhh demonios!.

En la mañana siguiente tenía ojeras color malva por mi desvelada y me senté a desayunar con desánimo. No quería ver a Max ese día, sentía que era la peor amiga del mundo por ocultarle lo que sabía y como si de la ley de Murphy se tratara, Max aparece y me reclama por mi repentina desaparición del día de ayer... obviamente había llegado tarde y escabullendome como cobarde para no encontrármelo.

Por si fuera poco, Max me pide con su temida pero hermosa expresión de ojos a la que no me resisto, que lo acompañe a realizar no se que tantas cosas que tenía que hacer antes de viajar a la próxima carrera.

Estuvimos en bancos, oficinas, centros comerciales, pero lo que más me pesaba eran los momentos a solas en el auto o mientras comíamos en un restaurante... definitivamente tenía que dejar de pensar en ello o me torturaria para siempre.

Ese día Max me llevó a una tienda de ropa para embarazadas... como es que siempre logra adelantárseme?... el tomaba todo lo que se le ocurría que podía vérseme bien, sin importar la talla. Cuando tomaba algo grande decía que ya engordaría bastante y me quedaría bueno... que acaso el creía que me vería como un manatí?.

Insistí en pagar la cuenta pero Max dijo que todo lo relacionado a la maternidad le correspondía a el y con eso dio por terminada la discusión.

***

Max tuvo que viajar a Bakú, Azerbaiyán, para el Gran Premio de Europa. Esta vez no viaje con el porque la cita con el doctor Hernandez para la ecografia de detalle anatómico de los gemelos se cruzaba con la fecha de la carrera.

Le pregunté a Natalia si había alguna posibilidad de correr la fecha de la consulta, ya que teníamos un intervalo de tiempo de varios días para realizarla, pero me dijo que el doctor Hernandez iba a realizar un viaje de trabajo y que no regresaría a tiempo para realizar la ecografia en el momento del embarazo en que era requerido.... que casualidad que Bianca tuviera que viajar en esos mismos días!.

Total, Max viajó sin mi y yo me fui a realizar esa ecografia sola. Esa fue la más extensa de todas las ecografias, el doctor Hernandez evaluó cada uno de los órganos de ambos gemelos para asegurarse que estuvieran creciendo bien y sin malformaciones que no se hayan visto con anterioridad, por fortuna todo salió perfecto y los pequeños gozaban de buena salud.

De nuevo tuve una mezcla de sentimientos, por una parte sentía que ellos eran mis bebes, y que debía amarlos por encima de cualquier cosa, y por otro lado, era consciente que tenía un compromiso con Max y Bianca, y que debía cumplir con mi palabra. Aquel día mi corazón se aceleró como siempre al ver a mis pequeños y se encogió al tamaño de una pasa cuando fui consciente que no serían míos.

Trate de evitar sentirme diferente con el doctor Hernandez sin conseguirlo, el se percató de mi indiferencia y se limitó a atenderme y a responder únicamente lo que yo le preguntaba... definitivamente debía ser más discreta.

Después de la ecografia, fui a casa a enterarme del resultado de la clasificación de ese día, Max quedo en segundo lugar en la pole así que probablemente si todo salía bien en la carrera, tendría una gran oportunidad de ganar.

ALQUILE MI VIENTRE y vendí mi almaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora