Capitulo 7. La llamada

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Max estuvo reunido con el equipo y hablo con el dueño de la escudería, le comento del embarazo y de mi hospitalización, por aquello de que había estado un poco desenchufado del trabajo.

Cumplí las 12 semanas de embarazo estando hospitalizada y el doctor Hernandez aprovechó para realizarme la ecografia de tamizaje del primer trimestre ahí mismo. Esta ecografia es muy importante porque permite identificar si tú bebé viene o no con alguna malformación de tipo genético.

El día de la ecografia Natalia vino por nosotros, me subió en una silla de ruedas y fuimos al consultorio del doctor. Esta ecografia fue diferente, más emocionante aún. Max dijo que "los gemelos ya se veían como bebes, que antes tenían forma de frijolito, y que ahora ya parecían Personitas en miniatura", y yo sonreí ante su comentario.

Ahora ya se diferenciaban bien sus bracitos, piernitas, cabecita, todo. Max sonrió y disfruto mucho viéndolos moverse, y le pidió al doctor grabar en un CD todo el examen para poder verlos después.

Por fortuna en la ecografia todo salió perfecto, nuestros pequeños no venían con ninguna malformación genética y eso me tranquilizo mucho, y Max como siempre estuvo sosteniendo mi mano en todo momento.

Bianca ni por enterada se dio de la ecografia, Max dijo que luego se la mostraría en el CD que le grabó el doctor.

El potasio ya se había normalizado pero lastimosamente debía continuar hospitalizada porque aún necesitaba medicamentos fuertes por la vena para tolerar algo de la comida. No podíamos permitir que siguiera perdiendo peso, ya eran 7 kilos y el embarazo se podía comprometer si no ganaba el peso suficiente.

***

Natalia había venido a hablar conmigo, yo estaba leyendo unos artículos médicos en mi computador portátil cuando llegó, me trajo un té de jengibre que preparó su mamá para ayudarme con las nauseas. La verdad no sabía nada mal y le agradecí mucho por su gesto, también le pedí que le agradeciera a su mamá de mi parte.

-Amelia, puedo preguntarte algo?-, dijo un poco insegura.

-Claro Natalia, dime, sin problemas-, le sonreí para animarla.

-Tú... tendrás que entregarles los bebes a tus amigos no?-, frunció el ceño y bajo la mirada apenada.

Suspiré, -ese es el trato, si-, decirlo en vos alta hizo que se me revolviera el estómago.

-Y... te sientes bien con ello?, digo, con tener que entregarlos-, me miró fijamente.

Hubo un silencio incómodo por unos segundos.

-Discúlpame Amelia, no debí entrometerme-, se apresuró a decir rompiendo la incomodidad del momento.

-No es eso Natalia, es que... la verdad, yo creí que iba a ser más fácil, que no me encariñaría con ellos y listo, pero todo ha sido diferente a lo que pensé, todo esto de las ecografias, de vivir estos síntomas, la hospitalización, el querer hacer todo por que el embarazo salgan bien.... no pensé que fuera a sentirme así y no se que vaya a pasar conmigo al final, es solo que yo sé lo prometí a Max y firme sus documentos...-, mis ojos ya se habían cristalizado y preferí callar.

-Comprendo.

Seguimos hablando de cosas más amenas hasta que Natalia tuvo que volver al consultorio.

ALQUILE MI VIENTRE y vendí mi almaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora