Capitulo 40. Matrimonio

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-Amelia deja de moverte o vas a quedar mal maquillada-, me dijo mamá poniendo los ojos en blanco.

-Lo se mamá, pero... estoy nerviosa, compréndeme-, le respondí con mi rostro inmóvil, los ojos bien abiertos y haciendo sonar los dedos de las manos.

Era lunes, quién se casa un lunes?... pues Max y yo, solo nosotros seríamos tan fanáticos de organizar nuestra boda según el calendario de la fórmula 1.

Max acababa de correr el Gran Premio de Mónaco y de nuevo había ganado, ahora en los medios lo estaban llamando "el lord de Mónaco". En esta temporada Max era uno de los pilotos de Ferrari y supimos que ellos tenían la propuesta desde antes de la carrera de Abu, pero nos enteramos por parte del agente de Ferrari que por "malos entendidos" con Fernando, quien parecía tener algún tipo de interés en que Max firmara con la anterior escudería, que ellos habían retrasado la propuesta pensando que Max ya había firmado para la actual temporada. Fue hasta que escucharon de parte de Logan en la carrera de Abu que Max aún no tenía escudería que decidieron pasar formalmente su propuesta.

Por eso Max decidió despedir a Fernando y ahora YO era su agente... si, YO, pueden creerlo?, así de loco y enamorado estaba Max... yo que carajos podía saber de ser agente del campeón mundial de formula uno?, pero fue una de las obstinadas ideas de Max que no pude rebatir.

Algunas veces "el tiro sale por la culata", como dice mamá y Max se aprovechó de nuestros cinco días de luna de miel anticipada en el spa de Abu -Dhabi, que yo le regale para celebrar su triunfo, para convencerme entre besos y caricias y... bueno ya saben, que fuera su agente, el uso ese gesto que hacía con sus cejas al que yo no podía decirle que no... y ahora estaba segura que lo hacía a propósito!.

Entre otras cosas, ahora me encontraba en trámites de homologación de mis títulos médicos en Europa, para abrir la nueva clínica de lesiones deportivas de la que Max y yo seríamos socios por partes iguales.

Habíamos planeado la boda para el día después del Gran Premio de Mónaco para que pudieran asistir la mayor cantidad de los invitados de la Fórmula 1 y así también tener un tiempo suficientemente largo para nuestra luna de miel antes de la próxima carrera.

Yo había querido esperar hasta el final de la temporada pero Max que no es tan obstinado como yo, pero cuando lo es resulta demasiado difícil de convencer, se empeñó en que no quería esperar más tiempo... y bueno, aquí estamos.

Yo me había hospedado después de la carrera en el Hotel Hermitage Monte-Carlo junto con mamá y Natalia. Nos dimos una buena sesión de cuidados corporales y faciales en el spa, y ahora estaba siendo peinada y maquillada para ir rumbo a la Catedral de San Nicolas a casarme con el amor de mi vida... Dios, que nervios, espero no tropezar y caer!.

El vestido de novia lo diseñó Lorenzo Caprile y realmente hizo un trabajo fantástico. Es un vestido bellísimo en color beige perla, tiene un corset con forma de corazón adelante, muy ajustado a mi figura y una falda con vuelos en tul, yo me sentía muy cómoda con el pero no tanto con los elevados tacones beige con piedras plateadas, sentía que en cualquier momento me tropezaría y eso me hacía morir de nervios.

La fiesta sería en el mismo hotel y todo había sido organizado por Franchesca y su equipo, que por ahora había sido nombrada la diseñadora de nuestros eventos familiares.

Yo no podía dejar de pensar porque Max se había empeñado en gastar tanto dinero en la boda, cuando se casó con Bianca tuvieron una boda civil en una casa de la playa que alquilaron alejada de la multitud y solo con sus amigos y familiares más cercanos, en lugar de eso ahora teníamos una boda al estilo de los más famosos del mundo en una de las catedrales más bellas de toda Europa y una fiesta para casi mil invitados en un hotel cinco estrellas.

ALQUILE MI VIENTRE y vendí mi almaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora