Pase mucho tiempo con mamá durante toda la semana, tenía que aprovechar cada minuto que estuviera aquí ya que pronto debería regresar a su trabajo en América. Mamá es docente de niños con condiciones especiales y de verdad ama su trabajo, es por eso que estoy segura que los extraña mucho. Durante la semana salimos a pasear y a comer con Max en varias oportunidades.
El viernes antes que mamá viajará de nuevo a América, Max vino temprano a mi habitación.
-Am, despierta!-, dijo tocando mi mejilla con el dorso de su mano.
-Ummm-, fue lo único que me salió.
-Am, nena, despierta!-, volvió a acariciar mi mejilla.
-Maaaaax, déjame dormir un ratico más!-, dije con vos somnolienta y me giré al otro lado enroscándome en la cobija.
-Am, tengo una sorpresa para tu mamá y para ti, pero tienes que despertarte si no quieres que lleguemos tarde-, volvió a decir y empezó a hacerme cosquillas en los costados, lo que me hizo revolcar de la risa.
-Está bien, está bien, ya déjame Max!, ya me desperté-, dije riendo y poniéndome de pie.
-Bien, ve a ducharte que tenemos que salir en media hora si no queremos llegar tarde-, me pasó la toalla y me dio un golpecito con la almohada en el trasero.
Me duche tan rápido como pude, me vestí con un vestido largo y ligero de color salmón, recogí mi cabello en una cola pero no tuve tiempo de maquillarme. Salí de mi habitación y Max me esperaba en la sala con un recipiente con algo de fruta picada, para ese momento ya sabía de mis incapacidades para alimentarme en la mañana a la perfección.
Recogimos a mamá en el Hotel y Max dijo que era una sorpresa para ambas.
-Vamos a conocer el sexo de los bebés hoy-, dijo cuando noté que nos acercábamos a la clínica donde trabaja el doctor Hernandez.
-Queeeee?-, pregunto mamá un poco desconcertada.
-Señora Adele... yo pensé que le gustaría ver a los bebes una vez antes que se fuera y... el doctor dijo que podíamos hacer una ecografia a este tiempo para saber que sexo tienen los bebes...-, Max se oía desanimado.
-No, Max, no me mal entiendas, claro que si quiero, es solo que me tomo por sorpresa-, dijo mamá estirando su mano desde el asiento trasero del vehículo y poniéndola sobre el hombro de Max.
-Me alegra, porque llegamos-, dijo el mientras estacionaba el vehículo.
Yo estaba nerviosa, me emocionaba saber el sexo de los bebes pero no sabia cuál sería la actitud o que diría mamá al verlos.
Llegamos al consultorio del doctor Hernandez y nos presentamos con Natalia, la salude y le presente a mamá. Natalia dijo que en un momento nos haría seguir y fuimos a sentarnos en la sala de espera. Mamá se veía ansiosa y apretaba los dedos de sus manos constantemente.
-Max, Amelia, el doctor los espera-, dijo Natalia abriendo la puerta del consultorio.
-Buenos días doctor Hernandez, ella es Adele, la mamá de Amelia-, dijo Max señalando con su mano a mamá.
-Mucho gusto en conocerla Adele, soy el doctor Hernandez-, dijo ofreciéndole la mano a mamá y ella le devolvió el gesto.
-Bien chicos, listos para saber el sexo de los bebés?-, dijo el doctor indicándome que me acostara en la camilla, está vez no hubo necesidad de ponerme la bata rosa.
Me recosté en la camilla, levante mi vestido y el doctor me cubrió las piernas con una sabana blanca, me aplico el gel tibio sobre el vientre y puso el transductor sobre el, esparciendo el gel.
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ALQUILE MI VIENTRE y vendí mi alma
RomanceAmelia decide "alquilarle" su vientre a una pareja conocida, Maximiliano y Bianca. Max, su mejor amigo desde la infancia y piloto de formula 1, había alcanzado la gloria de su carrera cuando un trágico accidente lo mantuvo lejos de los circuitos po...