Capitulo 29

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"Nuevo hogar"

Se podría decir que todo era normal, Lapis estaba muy cansada por las tareas y clases mientras que Peridot de vez en cuando ayudaba a la morena a encontrar un buen lugar para vivir pero ninguno se acercaba a sus posibilidades económicas, Lapis había recibido una beca pero no abastecía sus necesidades cómo madres. Desde el compromiso la relación se había distorsionado un poco, comenzaron a ser menos cariñosas y más cortantes. Lapis seguía pensando que solo la utilizaba o se forzaba a estar con ella aunque las palabras para proponerse fueron muy tentadoras. Peridot solo intentaba hablar con ella pero no tenia ningún tema adecuado, casi sabía todo sobre ella y viceversa, quería hablar sobre el bebé pero temía de que sus pensamientos estuvieras mal y que de nuevo se recordara a sí misma que nunca sería una buena madre.

     La tarde pasaba en aquella sucia y desordenada alcoba, la fatiga que Lapis tenía gracias a su embarazo le impedía poder hacer la limpieza en aquel cuarto sin vomitar. A Peridot no le molestaba, había vivido su vida entera así pero a ella le atareaba estar en tan sucio desorden y no podía realizar sus actividades de acuerdo. La rubia intentaba hacer sus deberes, unos simples ejercicios sobre Ciencias Sociales pero no podía, no comprendía el tema aplicado aunque fuera de los más simples adecuado para nivel primaria y no la universidad. Se limitaba a pedirle una simple ayuda a la oji-índigo ya que parecería niña pidiéndole a su mamá que le enseñe a multiplicar y sumar, pero solo por eso no se abstendría a hablar con ella, quería charlar tan siquiera un segundo con Lapis para calmar su mente.

—¿Cómo estas?—preguntó mientras se sentaba a su lado.

—Con estrés y nauseas, lo típico. —contestó apretando su cabeza.

—Tranquila, todo estará bien, yo estaré aquí para ti... —retiro las manos de la peli-azul de la cabeza de esta, acaricio un poco su mejilla antes de comenzarse acercarse a sus labios. Justo antes de que ambos labios hicieran contacto el tono de llamada de Lapis sonó haciendo que se separaran.

     Al contestar se escucho aquella aguda voz de Perla, con un notorio entusiasmo en ella.

—¿Lapis? ¡No te imaginaras lo que te tengo! —exclamó desde la otra línea.

—¿Qué es que causa tal tono irritante? —bufó.

—¡Solo ven a mi casa! —gritó antes del colgar.

     Lapis y Peridot se pusieron en camino a casa de la peli-melón. Al llegar ella las esperaba en la puerta de entrada realmente entusiasmada, Lapis solo se preguntaba que causaba tal acción.

—¡Lapis, Lapis, Lapis! —gritó mientras saltaba como niña pequeña, de lado en lado.

—¿Qué pasa? —exclamó.

—Nunca adivinaras lo que descubrí.

—¿Qué trabajar desde una fiesta? —bufó nuevamente, es obvio que Lapis es la ama del sarcasmo.

—No idiota, mucho mejor. ¿Recuerdas la vieja casa de mi madre? bueno, hace tiempo que la quería vender pero nadie la compraba, ya hable con mi madre y...—hizo un corte de suspenso. —¡Te dejara vivir ahí!

—¿En serio? —una sonrisa se formo en su rostro, de lado a lado.

—Sí, esta en perfecto estado y con muebles, sólo hay que hacer algunos papeles. —la morena dio un saltó y abrazo fuertemente a la oji-celeste.

—No se que haría sin tú amistad.—exclamó. Se separó y miro realmente alegre a la rubia a quien nuevamente abrazó con fuerza.

  —Por cierto, me anticipe y la mudanza ira dentro de algunos días a la universidad para recoger las cosas que se quieran llevar, así que es recomendable que comiencen a empacar. —la peli-melón dijo, ambas regresaron a la universidad.

     Al llegar, algo aún faltaba y a Peridot se le olvido.

—Por cierto nos quedamos en algo... —mencionó la rubia.

—¿Qué cosa? —sonrió confusa.

—Esto... —se acercó a los labios de la morena para retirar en ellos un dulce y lento beso al cuál la morena correspondió.

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