Capitulo 32

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"Compras"

Al siguiente día.

Lapis se levantaba, adolorida y cansada, con mucho esfuerzo hacía la cocina. Al abrir el refrigerador no tuvo otra opción que tomar un vaso de leche, pues era el único alimento que había además de un sándwich mordido por Peridot. Mientras se hacía una malteada de chocolate la rubia se levantaba, mucho más adormilada que la peli-azul, se dirigió al mismo lugar que Lapis para abrazarla por atrás y recargar su cabeza en su hombro mientras acariciaba su barriga, obvio esta no pudo evitar sonreír por el tierno acto de la rubia. Se separó y abrió el refrigerador para encontrarse con literalmente nada.

—No tenemos comida...—dijo con cierta tristeza.

—Lo sé, tenemos que comprar más. —sorbo de su bebida. —Iremos al centro comercial.

—Ahora. —dio un quejido.

—No, en un par de horas. —se acercó a la rubia para sacudir su pelo. —De mientras dejare que te despiertes del todo. —deposito un suave beso en su frente.

Eran las tres de ese mismo día, Peridot se encontraba en el sofá mientras veía la televisión, Lapis la sacó de eso.

—Vamos.—dijo mientras tomaba su bolso.

—Aún no me despierto.—exclamó bufando.

—¡Peridot!—exclamó mientras la jalaba del sofá.

—Ya voy...

Ya en el centro comercial, Lapis paseaba por los pasillos junto al carro de compras mientras que Peridot solo la seguía tal borrego a pastor. Lapis tomaba los productos indispensables cómo agua, leche, verduras, frutas mientras anotaba el presupuesto de las comprar y Peridot sólo se fijaba en las golosinas.

—Por favor, sólo un chocolate Lapis. —rogaba la rubia.

—No, te comportas peor que niño pequeño. —exclamó. —La gente se te queda viendo así que cállate.

La morena volvió a sacar el cuaderno donde tenía los apuntes de lo que necesitaban y los revisaba mientras mordía el extremo del bolígrafo. Aprovechando el descuido de Lapis, Peridot tomó un pastel de chocolate y lo puso en el carro. Miro con ternura a Lapis rogándole que lo comprara.

—Sólo cuesta 50 dolares. —imitó la voz de un bebé pequeño, la morena dio un quejido accediendo para después para dirigirse a la caja registradora.

Camino a ella por casualidad pasaron por la zona de productos para bebés, en la cuál vieron un lindo traje de cuerpo completo de gato, tan sólo verlo Lapis ya lo quería para la pequeña.

—¡Mira! —le enseño el traje a Peridot quien hizo un gesto nada agradable.

—Cuesta 30$ —contestó arrogante.

—Y tú pastel 50, además es mi dinero y mi hija.—exclamó, ambas se dirigieron a la caja registradora por una vez.

Ya en casa, Lapis ordeno las cosas en el refrigerador y cocina, mientras Peridot comía su pastel cómo si fuera el último día de vida. Una vez terminando de acomodar, se sentó junto a la rubia.

—Yo compre ese pastel, así que...—tomó una porción de el, Peridot solo observaba cómo lo comía mucho más desesperada, lo terminó en menos de 1 minuto y tomó otra porción mucho mas grande que la anterior o las que tomó Peridot.

—¿Los antojos?—bufó.

—Ajá.—contestó con comida en boca, Peridot rió al notar que el labio y mejillas del a peli-azul estaban completamente llenos de crema batida.

—Tienes un poco aquí. —señalo a punto de soltar una carcajada. La oji-índigo limpio sólo un poco de lo que tenía.—Déjame ayudarte.—se acercó al rostro de la morena para lamer aquellas sobras de crema en su mejilla y labio.

—Eso fue asqueroso...—contestó ruborizada.

—Pero te gusto.—sonrió picara.

—Imbécil.

—Yo también te amo.—bufó dando un beso en la mejilla de la peli-azul.

9 mesesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora