9 meses

Capitulo 31

"Mudanza"

El ruido del camión despertó a ambas, Lapis dio un salto de su cama para salir de ella, con el entusiasmo solo vistió un simple vestido con una sudadera mientras que Peridot se llevo su misma pijama la cual era un pants —pantalones de tela ligera, holgados y cómodos, que se usan generalmente para hacer ejercicio— y una camiseta. Apresurada tomó las 5 cajas de objetos y 3 maletas de ropa junto a la rubia quien seguía dormida.
Inspeccionaba que no hubiera algún profesor fuera del aula para sacar las cajas por la puerta trasera la cuál llevaba al jardín donde estaba segura que no había alguna persona ya que nadie estaba encargado de el. Jalaba la mano de Peridot quien casi tiraba las cajas por la prisa que llevaba la morena, cómo si estuvieran en una persecución criminal. La camioneta tocó el claxon, corrieron hacía ella y lo primero que hicieron al llegar fue dejar las cajas y subir rápido para no ser descubiertas.

Aunque ya conocía del derecho y revés la casa, estaba tan ansiosa por al fin poder vivir sola. 15 años atareada y por fin podía tener su vida, tal vez no era lo que esperaba pero estaba alegre por la ocasión. Perla las esperaba ahí, era más que obvio, tan solo bajo del camión las dos mejores amigas corrieron para darse un fuerte abrazo.

—Ya limpie la casa y los muebles.—sonrió entregando las llaves hacía la morena.

—No puedo creer esto. —dijo la oji-índigo casi en lagrimas, abrazo nuevamente a la peli-melocotón.

—Bueno, los muebles están vacíos así que las dejo para que se instalen.—sonrió de nuevo.—Buena suerte ambas.

La oji-celeste se retiro después de abrazar últimamente a la peli-azul. Lapis entró a la casa junto varias cajas y maletas de ropa, Peridot traía el resto. Era una pequeña casa; de un piso, 3 habitaciones y un baño, electrodomésticos de cocina instalados, sofás, muebles y una cama matrimonial, algunas cosas faltaban como televisiones y sabanas en las camas pero era lo de menos. Solo 1 habitación estaba decorada y las demás estaban vacías, Lapis tenia planes para ellas: una para la bebé y otra para la lavandería.

Habían traído la pequeña smart tv de Lapis la cuál la instalaron en la estancia, Peridot la quería en su alcoba pero a la peli-azul jamás le gusto tenerla así ya que creía que su habitación era para dormir solamente, en la universidad no tenía otra alternativa. Mientras Peridot hacía ello, Lapis dejaba las prendas en los cajones y armario, ponía las tendía la cama y dejaba los objetos en los cajones del tocador. En el cuarto que seria en un futuro para el bebé solo había una pequeña mesa donde Lapis limpio y dejo la caja donde estaban las cosas pertenecientes a la pequeña.

Cólicos, nauseas, moría por moverse tanto. La casa estaba ya lista e instalada, no fue mucho trabajo ya que, cómo dijo Perla, la habían limpiado y solo era de poner sus cosas en ella. La fatiga la atacaba y la migraña aún más, se recostó sobre su cama sin pensamiento alguno de Peridot, a quien no había visto en un par de horas

A punto de atrapar el sueño la puerta abrió sacando a esta del posible descanso. No tenía las fuerzas ni ganas de levantarse, pero la puerta de la misma habitación abrió.

—¿A donde fuiste? —preguntó.

—Solo por una cosa...—dijo mientras pasaba su mano por una pequeña y desgastada caja de cartón.

—¿Qué es eso? —se levantó débilmente. La rubia abrió la pequeña caja para darse a ver un pequeño móvil musical de bebé.

—Es solo un pequeño móvil que era mío, al igual que mi viejo oso de felpa me gustaría dárselo a la pequeña para que sienta mi amor aunque no este con ella.—contestó jugando con aquellas formas en el móvil, miro a la peli-azul quien la miraba con una sonrisa.—Lo sé, soy muy cursi.

—No lo eres, eres adorable.—deposito un dulce beso en la mejilla de esta, quien notoriamente se sonrojo. —te quiero...

—Pues yo no... —contestó cortante para después soltar aquella risita.—Yo te amo.—dio un beso en los labios de la oji-índigo, al terminarlo bajo a su barriga.—y también a esta pequeña criatura.—dio igualmente un beso en aquel lugar.

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