Capitulo 19

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"Cerveza."

Las clases eran normales, bueno, normales a la situación. Nada nuevo, Lapis afrontaba el embarazo mientras Peridot la apoyaba. Amatista regulo sus clases, claro después de terminar se dirigía a su hogar con Perla y sus nuevos hijos.

En el almuerzo, la joven peli-lila se acercó a ambas, con una notoria sonrisa en su rostro.

—Adivinen qué.—exclamó alegre.

—¿Los unicornios son reales? —la rubia dijo con sarcasmo, por tal infantil acto la peli-azul le dio un ligero golpe en la espalda mientras esta reía.

—No, mucho mejor. —pareció no importarle reciente comentario, pues su sonrisa no se borraba. —¡Perla hará una fiesta!

—No. —la morena contestó cortante, pues después de la anterior fiesta no quería meterse en más líos. —Además, recién salio de su embarazo, no puede tomar alcohol.

—Yo me apunto, ¿donde sera? —la rubia parecía entusiasmada por esto.

—En nuestra casa, solo para celebrar que los bebés ya nacieron. —contestó más relajada y con un tono más normal.

—Yo no voy, si tú vas es tu problema. —contestó dirigiéndose a Peridot.

—Es tu decisión, así que... —mutó su habla para dar un beso en la mejilla de la peli-azul. —cuídate.







Lapis se quedo durante toda la tarde en su habitación, obviamente después de asistir a clases. Peridot se fue temprano ya que iría a la fiesta acompañada de Amatista y varios compañeros más.
No tenia más que hacer, solo ver películas en netflix, comer, vomitar e intentar buscar consejos para el embarazo. Ya era tarde y se empezaba a preocupar por la rubia, 2:56 a.m y no regresaba. Tal vez estaba ebria, tal vez sufrió un accidente. La cabeza de la morena divagaba con todas las cosas que podían suceder.

Durante unas largas horas de espera al fin escucho el pasamanos abrir, dio un suspiro de alivio antes de decir unas palabras al a quien creía que era su pareja, antes de poder hablar sintió unas frías y temblorosas manos recorriendo su cuerpo.

—Peridot... —murmuró nerviosa.

—Solo relájate... —la rubia susurro en su oído de manera seductora, comenzó a bajar sus manos para quitar el pantalón de la morena, quien las aparto inmediatamente.

—¿Estas borracha, cierto? —preguntó entre una pequeña risa.

—Tu sabes más de mí que cualquier persona... —la tomó por las caderas y deposito un suave y largo beso en sus finos y húmedos labios. La peli-azul accedió al beso pero no cerró sus parpados del todo, sabia que la oji-azul haría un acto similar. Peridot, como toda perversa, hizo tacto con la lengua de Lapis, haciendo una pequeña guerra con esa. La necesidad de aire las hizo separarse con un hilo de saliva uniéndolas.

—Ese sabor me lo prueba todo... —relamió sus labios, absorbiendo el sabor a cerveza. —necesitas descansar, Peri...

—Solo lo haré por ti, pequeña salvaje... —beso de nuevo sus labios, esta vez más rápido y sencillo.
Se recostó bruscamente sobre su desordenada cama y logró atrapar el sueño rápidamente.

A la oji-índigo le causo risa tal acto, la Peridot ebria era muy divertida e tierna, pero no la madre perfecta.
Solo poda fantasear con aquel apasionado beso de la rubia, los deseos sexuales del embarazo estaban llegando...

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9 mesesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora