Capitulo 20

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"Celos."

Peridot..., despierta ya.

Aunque por más que tratara de despertarla, no podía, estaba dormida profundamente. Obviamente era por el alcohol. Aunque tratara con cosquillas, besos e incluso música, nada despertaba a aquella piel pálida.
Cuando al fin despertó Lapis volvía de clases, ahora eran golpes con lo que trataba de despertarla.

—Peridot, despierta, son las 2 de la tarde. —exclamó mientras agitaba su cuerpo.
La rubia despertó atontada.

—Ya escuché... —paso su mano por su rostro y se levantó para dirigirse al baño. —me voy a duchar...

Cerró la puerta de este, Lapis aprovecho para hacer su tarea, no era mucha. Al salir, ya vestida, Peridot la encontró en su laptop, lo normal.
Se sentó a su lado y le dio un beso en la mejilla. Esta sonrió sin quitar la vista del aparató. Peridot solo miraba como esta escribía y escribía cosas que ella no entendía.
El toque de la puerta hizo que Peridot se levantara para abrir esta, la silueta que posaba detrás de esta era un chico alto y moreno, al cual reconocía y odiaba hacerlo.

—¿Lance? —sonrió falsamente. —Vaya, no pensé en verte de nuevo.

Ocultaba sus deseos de matarlo, como ex de Lapis sabia que no pretendía algo bueno.

—¿Esta Lapis? —preguntó, parecía entusiasmado.

—Sí... —miro atrás aguantado el coraje. —Lapis, creó que te hablan. —masculló para después devolverle la mirada de odio a aquel moreno.
Al darse cuenta de quien estaba parado en la puerta, corrió y apartó a Peridot, abrazándolo como si aún fueran pareja.

—¡Lance, pensé que jamás te volvería a ver!—la gran sonrisa en su rostro hizo a Peridot arder el el infierno.

—Solo volví para ver a esta bella dama. —beso la mano de la peli-azul, Peridot hizo un gesto notorio de desagrado. —Tengo muchas cosas que contarte de Japón.

Ambos se tomaron de las manos y salieron de la habitación sin darse cuenta de la rubia, quien moría de los celos. Cuando al fin salio de su alcance sonoro, gritó "tonto" haciendo escuchar y retumbar hasta Japón.

La peli-lila entró a la habitación, con un gesto de enojo y preocupación.

—El imbécil volvió. —exclamó.

—Ya me di cuenta y me esta robando a mi chica. —el enfado se notaba en las silabas que decía.

Ambas odiaban a aquel chico, las criticaba y humillaba, les hacia bullying por lo que lo odiaban hasta morir, excepto Lapis, fue su novio y jamas rompieron, el solo se mudo a Japón así que era mucho más que obvio que el regresaría con el deseo de tenerla de nuevo.

Mientras tanto, con Lapis, ellos hablaban tonterías, recuerdos, sobre su viaje a japón. A la morena se le olvido por completo la existencia de su bebé y de la rubia. El chico vio notoriamente el vientre de Lapis, y lo primero que supuso fue un embarazo.

—Oye, y esa gran cosa... —señalo a su vientre.

—Oh... pues obviamente estoy embarazada. —el chico quedó en shock por tal respuesta.

—¡¿Quién es el padre?! —preguntó casi gritando.

—Pues... —rascó su nuca nerviosa. —Yo no lo se aún...

Hija de su...

—Pues, si no lo encuentras... —tomo la mano de la peli-azul lentamente, provocando su sonrojo. —yo te prometo ser un buen padre...

El chico sin previo aviso beso a la morena, quien se quedo en shock igual. Toco su labio pensando en lo que estaba haciendo, las consecuencias que provocaba, solo esperaba escuchar las quejas de Peridot.

—Yo... me tengo que ir. —salio corriendo, no dijo nada antes de abandonar solo corrió mientras intentaba no llorar.

Azotó la puerta del cuarto, recargándose en ella rota en llanto. La rubia sabia lo que hizo, pues tenia amistades las cuales se encargaban de las cámaras en los pasillos.

—No puedo creer que hayas hecho eso... —murmuró con sus brazos cruzados, mirando molesta a la peli-azul.

—Peridot..., y-yo puedo explicarlo. —contestó entre sollozos.

—Te escucho... —respondió firme.

—Yo le dije eso solo porque no quería que se enterase que eres el padre, yo tengo miedo, no se que pueda pasar si le digo. —parecía desesperada al decirlo. —solo perdóname, le diré todo...

Peridot era tan fácil, que la perdono a simple manera. Pues además de ser una crédula de primera, sabia que la morena era honesta, excepto en situaciones como esta, ella creaba dilemas.
La abrazó tratando de tranquilizarla, pues no era bueno llorar, hacia sentir mal al pequeño feto.
Lapis se decidió por ir a explicarle a aquel chico sobre el tema, tomo su hombro llamando su atención, Peridot la acompañaba, aún con odio al chico.

—Lapis, pensé que... algo malo te pasaba. —dijo.

—Pues no, solo tengo algo que decirte... —la morena inhalo antes del habla. —La verdad es que si conozco al padre de mi hijo, y no es el es ella... Y es Peridot.

El chico se atraganto con su propia saliva.

—Recuerdas, la chica a la que llamabas mitad hombre, mitad mujer. —la rubia dijo con una sonrisa sarcástica.

—Yo... no me lo esperaba. —fue lo único que dijo aquel moreno, ambas esperaban alguna pelea o algo similar dado el caso de que jamás terminaron su relación, pero ahora estaba claro. —Bueno, no tengo nada que hacer así que les deseo suerte. —sonrió, y no era falsa, pues a pesar de ser idiota a veces el era un chico dulce, lo que capto a Lapis. Al igual que Peridot.

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9 mesesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora