9 meses

Capitulo 37

"Incertidumbre"

Y ahí estaba Peridot. Sentada en la sala de espera, tratando de calmarse entre todo el estrés que recorría su cuerpo.

Ella intentaba distraerse con cualquier cosa; no importaba que tan absurdo fuera.

Intentó contar para mantener la calma, eso no llego a ningún lado.

¿Y si mejor mantenía su atención a la novela que pasaban en el pequeño televisor? No era una gran ayuda, además de ser una basura, el episodio trataba de un parto.

También intentó jugar algo en su celular, pero perdía en cada partida.

Ya era hora de rendirse, los nervios se la estaban comiendo viva en esos momentos.

A Peridot le costaba mucho procesar todo lo que estaba pasando; todo eso iba...tan rápido para ella.
Viendo desde lo poco que recuerda de la vez que se conocieron. Las peleas, los momentos dulces, la propuesta de matrimonio, todo estaba ahí; cada momento qué pasó con Lapis se repetía en su cabeza como si se tratara de un cassette.

Con cada recuerdo que venía a su cabeza, Ella misma se reclamaba y regañaba mentalmente en esa solitaria sala de espera.

"COMO PUDISTE HACER ESO?!"
"EN QUE ESTABAS PENSANDO?!"
"SI SIGUES ASÍ, PODRÍAS LASTIMAR A LA BEBÉ"

Con cada aspecto que examinaba, se lastimaba más. Cada vez se sentía más incapaz de ser un ejemplo a seguir para su bebé.

-¿Aquí esta Peridot Diamond Mason?-anunció una enfermera.

Peridot se levantó de la silla, con torpeza y muy apresurada-Soyyomiesposaestábien?!-expulsó casi que levantando la voz.

-Señorita,-habló la enfermera con el fin de calmarla-Claro que está saludable, al igual que su bebé.-

Peridot tardó en reaccionar en cuanto escuchó la oración pero eventualmente se pasó las manos por su cabello despeinado y mostró una sonrisa pequeña.

.-E-En verdad? Yo...ya...SOY MAMÁ?!-habló entre risas de sorpresa que daban la impresión de que vio la muerte a los ojos.

La enfermera se le quedó viendo extrañada; era la reacción de un parto más peculiar que había visto.-C-claro que lo es...supongo.-balbuceó.

-Por mis estrellas,-Peridot volteó la cara a la enfermera.-¿Puedo verla o tengo que esperar más?-preguntó desesperada.

-Oh. Por supuesto que la puede ver, sígame.-ordenó la enfermera.

Peridot siguió la indicación y la siguió por los largos pasillos con ningún otro sonido más que los pasos rápidos de ella y la enfermera.

Cada paso más, cada vuelta que daban, cada persona que ocasionalmente pasaba por ahí, cada puerta por la que pasaban, solo hacían que Peridot sintiera más desasosiego. ¿Pero porqué? Lapis estaba bien, la bebé estaba bien ¿No se supone que debía de alegrarse?, Peridot ni siquiera estaba en el mejor momento para pensar con coherencia.

De pronto, la enfermera detuvo el paso bruscamente sin que Peridot se diera cuenta; lo cual hizo que Peridot chocara con la espalda de la mujer.

-Lo siento, lo siento, lo siento.-se disculpó avergonzada.

-No hay problema.-contestó inmediatamente después de que Peridot hablara. La mujer se voltea para ver a Peridot.-Aquí está la señorita Lazuli, si necesita algo, avíseme.- dijo la enfermera simplemente.

Peridot tardó un poco en responderle por andar en otra cosa, pero le contestó con un "Muchas gracias" y la enfermera se retiró del lugar.

Peridot agarró la perilla sin girarla; sintió su respiración mucho más rápida que lo normal, como si le fuera a dar un ataque de pánico. Peridot soltó la perilla de inmediato y dió un pequeño salto para alejarse de la puerta.

Ya estuvo bueno de tener miedo.

La rubia cambió su postura, agarró todo el valor que le quedaba junto con un gran respiro y abrió la puerta con cuidado y silenciosamente.

Peridot entró al cuarto y cerró la puerta, acompañada con ese extraño sentimiento que se podría describir como una extraña mezcla entre inseguridad y emoción.

Y justo ahí, en la cama del hospital. Estaba su esposa; con su cara algo colorada junto con pequeños mechones de cabello pegados a su frente por culpa del sudor; sudor que demostraba el esfuerzo hecho para que en sus brazos estuviera sujetando a la criatura que estuvo en su vientre por 9 meses.

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