Capitulo 17

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"Parto."

Las clases habían empezado, Perla tenia contracciones, las cuales le había ocultado a Lapis, hasta ahora. La peli-melón sabia lo que venia, pues las contracciones se intensificaban y un liquido se regó. Estaba a punto de dar a luz.

—Lapis, creó que ya vienen. —murmuró con voz temblorosa y adolorida, la rubia se impacto al igual que la peli-azul. Aprovecharon el descuido del profesor para salir de ahí junto a Amatista.

Corrieron al estacionamiento a la camioneta de Perla, la cual la conducía Amatista.

—¿Ya tienes tú permiso? —preguntó la oji-índigo.

—No, pero los bebes son más importantes. —exclamó avanzando el carro al limite de velocidad, gracias a dios el hospital quedaba a 5 calles.

Al llegar lo primero que hicieron fue pedir ayuda, Peridot no sabia que hacer, no estaba involucrada en este tipo de cosas. Ya podía imaginarse como estaría el día del parto de Lapis.

Perla fue subida a una silla de ruedas camino a la sala de partos, Amatista fue con ella pues era la madre política de los bebes. Lapis estaba nerviosa, pues seria tía y le aterraba que algo le sucediera a Perla, pues según le comento Peridot que su madre había muerto al dar a luz a su hermana menor.

Solo miraba como la morena se nerviaba, caminando de lado a lado esperando a la enfermera. Paso ese pensamiento por su cerebro ¿cómo seria el día que su bebé naciera? Probablemente ella estaría como estatua mojada. Despertó de sus pensamientos al escuchar la suave voz de Lapis la cual le decía que ya podían entrar a ver a Perla.

Ambas entraron, al entrar pudieron ver a la oji-celeste y la peli-lila con los 2 bebés en manos, una niña y un niño. Lapis se acercó a felicitarla junto a Peridot, aunque se quedo callada pues no sabia que hacer en tal situación.

Ambos pequeños eran de tez blanca, pelo castaño, como naturalmente era el de Perla, ojos azules celeste con un color miel cerca de la pupila.

—Al parecer es lo único lindo que hizo ese idiota. —bufó la peli-melón.

Perla le dio a cargar a la niña a la peli-azul, quien la meció en sus brazos, incito a Peridot a cargarla pero se negó nerviosa, le aterraban los recién nacidos. ¿Y si lo dejaba caer o lloraba? era lo que siempre pensaba, que dañaría a un pequeño. Sabia que tendría que cambiar para darle la bienvenida al mundo a su pequeña.

Perla se quedaría en su casa, donde estaban su madre y abuelos, quienes sabían de la situación y no pudieron presentarse en el hospital. Ellos también sabían de Amatista, por lo que ella era recibida ahí como la madre de los niños.

Perla discutió con la peli-lila sobre los nombres camino a casa, se decidió que la niña se llamarían Opalo y el niño Paolo. Se despidieron de Lapis y Peridot, quienes tenían que presentarse a las ultimas clases, para poder después visitar a las nuevas madres.

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9 mesesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora