25. Amante

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–Uruha–


Aoi se iría de nuevo.

Aoi tomaría aquella responsabilidad de salvarnos de Yo-ka y del reino de tinieblas en el que estábamos todos inmersos.

Aun a estas alturas yo me pregunto el por qué decidió hacerse de esa batalla tan personal, nadie lo había hecho, ni siquiera Miyavi con mas derecho al poder de arconte. ¿Aoi lo hacia por sus padres? O egoistamente ¿lo hacia por mi?

Cerré los ojos con la esperanza de que esta vez el insomnio se apiadara de mi y me dejara al fin descansar en los brazos de Aoi. Aoi que tan tranquilamente dormía a mi lado.

Sin embargo, el teléfono que Aoi consiguió en vaya a saber donde para que pudiésemos estar en contacto con Takanori desde cada respectivo espacio sonó anunciando una llamada.

–¿Hola? –levante la bocina con cierto temor. Por la hora y por el quien llamaría.

Hubo un silencio largo del otro lado. Volví a insistir sin respuesta, suspire con cierto grado de disgusto, pero justamente cuando estaba por apartar la bocina de mi oído una voz que hacia mucho no oía me atendió.

–Eh... si hola Uruha hablas con Miyavi –se escucho un pequeño jaleo del otro lado de la linea.

–Ah... Hola Miyavi –suspire aliviado mirando a Aoi que parecía no poder despertar –¿Sucede algo? ¿Buscas a Aoi?

– Sep, dile que llegaremos a  allá en cuanto haya amanecido.

–Yo le diré ¿algo más? –acaricie los cabellos oscuros de Aoi y sonreí ligeramente mirando como aún dormido se encogía a mi toque.

–¡Ah si! Apenas lleguemos dejare a Kai y partiremos...

—¿A Kai? –involuntariamente sonreí —si, claro... Aoi me lo había comentado –suspire– en ese caso, les veo mas tarde ¿Si?

–¡Espera! te pasaré a un amigo —se escucho un forcejeo en el otro lado de la linea y como un pequeño grito fue seguido de una risa –toma –fue lo ultimo de la voz de Miyavi antes de ser remplazada.

–Ho-Hola –la voz de Kai apareció en susurro a través del teléfono.

–¡KAI! –solté un grito involuntariamente. Hacia años no oía la voz de quien fuera mi mejor amigo cuando niño–. Ho-Hola... ¿Cómo estas? Ha pasado mucho

–Bi-bien ¿y t-tu? –una chispa de alegría avivó su voz nerviosa –Si... mucho tiempo.

–Estoy bien, estoy muy ansioso por verte –murmuré sonrojado recordando cuando eramos niños –tenemos muchas cosas de que hablar

–¿De verdad? ¡Yo también! Tengo que contarte muchas cosas –esta vez sonó muy alegre la voz de Kai.

–¡Si! Y Kai, también te quiero Kai –hice una pausa para que Kai me respondiera y así lo hizo terminando automáticamente la llamada.

Coloque el teléfono en su lugar y me acomode a lado de Aoi acariciando su pecho desnudo que dormía plácidamente.

Cerré los ojos abrazándolo mas de nuevo no pude conciliar el sueño. ¿Por qué Aoi tenia que irse?

–Aoi–

–¿Qué sucede Uru? –susurré acariciando su cabello.

Quizá él pensó que no oí su conversación o que no sentía su temor. A veces Uruha olvidaba aquel lazo que él y yo habíamos formado.

–Estoy nervioso –susurro acariciando mi pecho y acurrucandose más en este.

–¿Por qué? –acaricié con mi barbilla su cabeza mientras con mi mano acariciaba su espalda.

–No sé –No quiero perderte. Besó mi pecho  –pero, así me siento...

–Yo estoy inquieto... –Sobreviviré. Suspire e hice un par de círculos en su espalda con mi dedo índice–. En fin, ¿Con quién hablabas hace un rato?

–Con mi amante... –me miro con una sonrisa traviesa y se atrevió a besar mi mentón.

–¿Ah si? –fruncí el ceño y le aparte de mi pecho y con un fingido enojo le di la espalda.

–Si, vendrá a verme –besó mi espalda creando un escalofrío en ella.

–Pues quédate con ese amantecito tuyo –"indignado", salí de la cama y solo solo con mis boxers puestos salí de la habitación.

Me quede un minuto fuera de la puerta esperando que Uruha no saliera y efectivamente no lo hizo. Chasquee mis dedos y en un parpadeo aparecí en el patio donde estaba la ventana más grande de la habitación principal, donde estaba Uruha.

Tome gravilla del suelo y aventé las diminutas piedrillas a dicha ventana. La lampara de la mesilla de noche se encendió y tras la ventana, la luz dejo ver la silueta de Uruha a punto de asomarse.

Aproveche el momento para transformar mi apariencia. Despeine mi cabello que ahora llevaba algunos mechones rosados, acomode bien el piercing de mi labio inferior y ágilmente escale hasta la ventana. En cuanto Uruha abrió la ventana con todo y cortina mi nuevo rostro quedo frente a él.

–¿Ya se fue el idiota de tu novio? –susurré seductoramente a su rostro y Uruha me sonrió enseguida.

–Se fue... estamos solos –sonrió dulcemente y se aparto de la ventana dejándome espacio.

Entre cerrando la ventana tras de mi, camine hasta él que me miraba absorto desde la mitad del cuarto. Le tome por la cintura y busqué sus labios para besarlos.

–Te extrañe –susurré después de besarlo.

–Yo también –rodeo mi cuello con sus brazos y sonrió –pensé que me dejarlas solito –hizo un tierno puchero.

–Hum... si lo pensé –reí y el hizo lo mismo–. Tu novio se veía furioso cuando salio de aquí, ¿Que le dijiste a ese hombre?

–Le dije que hablaba contigo y que vendrías a verme –se encogió de hombros y suspiró  –es que lo amo, pero tu me encantas~

–Tu me fascinas –le alce de manera que sus piernas rodearan mi cadera y él sonrió besando y mordiendo mi labio inferior halando un poco de este–. Eres tan... tu

–¿Tan yo? –Uruha comenzó a reír y beso leve mis labios.

–Al principio me asuste y te creí –incline la cabeza apenado y le mostré mi lengua en forma infantil– ¡tonto pato!

–Yo seria incapaz, te amo demasiado –sonrió con ternura y beso mi mejilla derecha.

–¿Lo juras? –hice un diminuto puchero.

–Lo juro por todo lo que siento por ti –besó mi puchero –por mis alas blancas también.

–Amor –sonreí sonrojado y el se apego mas a mi cuerpo –mmh,  crees que podamos... –me sonroje–. No tardaremos mucho... es que, Uru... ya estoy algo caliente

–¿Por qué no lo dijiste antes? –se bajo de mi riendo y tomando de la orilla de mis boxers me halo hasta la cama, una vez en esta me tumbo ahí y subiéndose en mi comenzó a besarme.

–Te amo... –susurré entre su beso y Uruha sonrió.

–Te amo también, Aoi –bajo sus besos mientras sus manos quitaban el bóxer de mi cuerpo dejando a mi erección salir de su apretado lugar.

ImmortalsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora