5. El chico de las gafas.

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—Reita—


Tanta gente, me estaba comenzando a desesperar. O quizá era el hecho de que aquella vez no fuese mi primera en la tierra y ya estaba acostumbrado al bullicio de tantas personas, cada una en su propio mundo.

Era un instituto realmente grande: contaba con cuatro edificios de dos pisos cada uno y mínimo 5 aulas en cada piso. Montones de chicos caminaban y corrían entre los corredores de los edificios y entre los mismos.

Una cancha de baloncesto, otra de fútbol y un gimnasio. Además de eso una extensa área verde llena de árboles de cerezo y algunos sauces. Seguramente debía de parecer impresionado, si... seguramente. Pero, repitiendo ya había visto antes en la tierra esto, no me impresionaba, en lo mínimo, me estaba aburriendo de lo lindo.

Bostece llevando una de mis manos a mi cabello alborotando un poco este ante la mirada sonrojada de un par de chicas. Para ser jóvenes tenían muy buen cuerpo, eso se notaba perfectamente por sobre las ropas que ambas llevaban, les sonreí a penas y ellas me sonrieron de la misma forma... de hecho había captado ya la atención de varias personas más. Divertirme con tantas chicas no sería muy difícil al parecer; quizá era mi pinta de "chico rudo" era lo que las estaba atrayendo, y de ser así solo debía mantenerme para poder disfrutar un momento de todos los placeres de la vida terrenal y gracias a mi relativa inmortalidad, no había nada que perder.

¿Cómo se supone que encontraría a Takanori entre todo este mar de gente? No tenía ni una referencia de cómo era. Y su angelito guardián me había negado cualquier imagen. Aun no podía entender como era que Aoi se había fijado en ese ángel desde un principio.

De hecho, poco entendía yo de aquellas emociones humanas como el amor o la sensación de encontrar a tu alma gemela.

—Al mal paso... darle prisa —me dije a mi mismo y me acerque a la par de las chicas que no apartaban su vista de encima. Acomode mi chaqueta de cuero y rascando mi nuca con aire despistado, les sonreí —disculpen hermosas —ellas rieron un poco —podría hacerles una pregunta.

Volví a repasar mis ojos por el cuerpo de ambas: buenas piernas, perfectas caderas, cintura delineada y senos redondos. Mordí mi labio por dentro manteniendo mi firme postura.

—Por supuesto, mi nombre es Ria —una de ellas alta y de pelo castaño se presentó y señalo a su amiga, la cual me miro "seductoramente" mientras mordía su labio inferior —ella es Aika y podemos darte un tour por el instituto.

-—Mucho gusto, mi nombre es Akira Suzuki, pueden llamarme Reita si quieren, son realmente muy amables... pero, por el momento solo estoy buscando a... —saque de mis bolsillos un papel arrugado donde venía escrito el nombre completo de Takanori —busco a Takanori Matsumoto, alguna de ustedes, hermosas, ¿lo conoce?

—Matsu... ¡Ah! —Ria miro a Aika —debe ser ese chico... el de tu clase.

—Matsumoto, si... —Aika sonrió pero había un toque de burla en esa sonrisa —el pequeño nerd de mi clase de matemáticas

— ¿El pequeño marica? —Ria comenzó a reír sin vergüenza alguna. Su risa estridente me lastimo los oídos, sentía como rebotaba por mi cabeza y taladraba mis sienes, la peor risa que había escuchado en mis milenios de vida.

— ¡Aja! ¡Ese mismo! —Aika le acompaño en sus risas descaradas, su risa idéntica a la de una arpía, dicha risa solo la había oído una vez y fue mientras moría en el frío bosque. Mordí mi labio por dentro esta vez por desesperación para evitar gritar o callarles la boca... sus risas literalmente me estaban provocando un jaqueca —ese pobre miserable del cual todos se ríen, ayer trajo TODO el día un papel en su espalda que decía 'Cobro $50 la hora, pero para ti es gratis' debería irse del instituto definitivamente... o matarse... si yo fuera el no aguantaría ni un minuto más de burlas

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