43. Hueco

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–Kei–

– ¡¿Disculpa?! –Reita que nos miró fijamente después de la hora de la cena, ahora se había inclinado hacia mí de manera casi protectora. Cubriendo a Takanori que no quitaba las manos de su vientre.

–Lo que oíste, hay que sacar eso de ahí –dije con voz fría y señale a Takanori y su vientre. Lagrimas se escaparon de sus ojos mientras negaba frenéticamente.

Uruha y Kai estaban tras él. El único que tenía una pose defensiva similar a la de Reita era Uruha, claro, era porque lo había cuidado por años y el ahora saber que había que extirpar a una pequeña parte de su bebé le desconcertaba. Kai estaba confundido.

Koichi y Tatsuya estaban de mi lado, aunque sabía muy bien que Koichi no estaba realmente de mi lado, él solo estaba sosteniendo a Tatsuya. Ni siquiera Tatsuya estaba de mi lado, a penas y podía mantenerse de pie, mucho menos iba a pelear.

–No puedes estar hablando en serio... ¿Cierto? –Uruha se adelantó y coloco frente a Reita. Reita retrocedió y abrazo a Takanori–. Te estamos dando un techo donde protegerte, tú el perro faldero de Yo-ka, ¡NOS ESTAS EXPONIENDO A TODOS! Y pretendes... pretendes...

– ¡No me dejan explicar porque no debe nacer eso! –me aproxime hasta Uruha para mirarlo fijamente. Olía a vainilla y entonces entendía muchas cosas.

Entendía la devoción que Aoi le tenía y la obsesión que mantenía a Yo-ka al borde de la locura. El negro le daba un aspecto más sombrío, tétrico... encantador. Y su tez porcelana. Entendí mucho mejor todas las palabras descriptibles para Uruha. Su mirada se ensombreció.

–Habla entonces, aquí el único que pude saber lo que piensas soy yo –dijo casi en un susurro y yo fruncí el entrecejo.

Lo empuje un poco para apartarlo de mí, Reita por su misma cuenta se quitó de Takanori pero se mantuvo a lado de él, colocando un brazo sobre sus hombros. Tome el rostro de Takanori entre mis manos e hice que me mirara fijamente. No era el mismo Takanori que conocí, aquello lo devoraba.

–Aquello que vive en tu vientre ya no es un bebé –dije fríamente y Takanori palideció, trato de alejarse del agarre más se lo impedí, el agarre de Reita claramente se tensó –dejo de serlo hace mucho...

– ¿Qué es entonces? –Reita soltó a Takanori y su fría mirada se posó en mí.

–Es... –suspire, no tenía una explicación pero sabía cómo surgía, fue lo único con lo que continúe –cuando un ángel y un demonio procrean se unen dos naturalezas opuestas, el bien y el mal... de ahí la más fuerte es la que el feto adopta para al final nacer así, nace como un ángel o como un demonio; cuando las naturalezas no son lo suficientemente fuertes solo se unen en una molécula extraña y amorfa, un parásito que se alimenta del organismo donde vive, un organismo que una vez haya consumido tu interior, sale del cuerpo seco para poder devorar al resto de los organismos vivientes... –Takanori derramaba más lágrimas, las manos que estaban en su vientre hinchado se apartaron como si se apartaran de algo caliente –solo que... como tú eras un humano, destinado a ser un ángel... él parásito tiene un grado de conciencia y si estoy en lo correcto comenzará a devorarte a una mayor rapidez, en pocas palabras... hay que sacarlo o morirás

Hubo un momento de silencio, el cual se rompió primero por un sollozo y seguido por la voz de Uruha.

–No se diga más –Uruha se acercó de nuevo arremangando las mangas de su camisa blanca.

Reita de un empujón aparto a Takanori y miro a Uruha asustado.

– ¡¿Qué vas a hacerle?!

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