Immortals

35. Despedida

-Aoi-

-Y empaca una tienda de campaña, Miyavi, -este me miro incrédulo levantando una ceja -¿Qué? Es muy probable que podamos acampar unas noches.

-¿En serio? -su voz también era incrédula -¿Crees que tendemos oportunidad de acampar?

-Ahm, si -sonreí mostrando me seguro -podemos crear un campo de protección, además di o si tenemos que descansar.

-De acuerdo -suspiro con una sonrisa -llevaremos una tienda

-¿Debería de empacar algo de comida extra? -pregunto Kai después de haber cerrado justamente la mochila con comida.

-¿Llevan suficientes armas? -Uruha hablo desde un sofá. Mirando a todos pero en especial a mi.

Notaba el miedo en sus ojos.

-Mejor empaquemos suerte -suspiro Reita que aun parecía estar en estado de shock -mucha suerte

-¡La tendremos Reita! -dije con una sonrisa confiado.

-¡Mucha más! Recuerda a tu nieto que viene en camino -agregó con un tono casi apagado.

Desde que habíamos llegado del paraíso no había mencionado nada acerca del embarazo. Ni siquiera cuando Uruha casi le arranca la cara. Solo estaba en silencio.

Parecía que no asimilaba esa idea.

De hecho nadie lo hacia.

Nadie salvo el mismo Takanori que no dejaba de abrazarse.

-Puede que sea nieta -reí ganándome una mirada asesina de Uruha-. Además cuando vuelva me voy a casar

La mirada se dulcificó y acaricio el anillo de compromiso con una sonrisa en el rostro.

-Claro que no, sera un hermoso niño -Reita soltó una risa y abrazó a Taka por los hombros.

Los ojos de Taka se iluminaron.

Y podía oír rechinar los dientes de Uruha.

-Pues... yo quiero que sea niña -dijo Takanori depositando una mano en su vientre.

-Hum -Reita se puso serio y negó-. Sera niño, lo sé

-Y s-si... ¿Son ambos? -susurro Kai mirando disimuladamente a los futuros padres.

Takanori sonrió ampliamente y Reita palideció un poco más.

-¡Dos bebés, nuestros bebés! -puso sus manos en su vientre.

-¿D-dos? -Reita parecía no acoger la idea.

-¡Si! Dos... Seria hermoso -sonrió Kai y miro a Uruha -¿Tú qué opinas Uru?

El nombrado suspiro cerrando los ojos. Se reacomodo en el sofá cruzando las piernas y brazos.

-Me encantaría -sonrió aun con los ojos cerrados y luego cambió su expresión -aunque después tenga que castrar a Akira

De todos los impropios que soltó Uruha en el momento, jamás había tocado esa frase.

-¿¡Qué!? ¡No! -Reita se cubrió sonrojado la entrepierna- ¡Yo no sabia que eso pasaría!

-No sabía que pasaría -Uruha le repitió con tono burlón -¡Es tu maldita culpa! ¿Qué hay de todos esos malditos preservativos tirados cuando te conocimos? ¡¿Por qué nunca los usaste con él, maldito imbécil?! ¡Es lo que menos mereces!

-¡Uruha, calmante! -le grite yo al ver como Takanori comenzaba a fruncir el ceño y como Reita se preparaba para irse.

Lo que menos quería era que se separaran.