Capítulo 1
Tres largos meses habían transcurrido desde la salida de Jeremiah. Habían recibido noticias de él pero en todas sus cartas decía que pronto regresaría y aun así, todavía no había vuelto y Ebolet comenzaba a desesperarse. Con su tardanza su tía Clira había salido a buscarle un esposo, había ido a todos los reinos vecinos para firmar la alianza pero todos ellos la habían rechazado, hasta su Catriel y dos veces, una a su tía y la segunda, en una carta que la misma Ebolet le había escrito pidiéndole que se lo pensara, pero su contestación había sido tan fría como dolorosa e incluso le había devuelto su propia carta rota en pedacitos junto con la negación frívola de la de él. Nadie aceptaba a Ebolet como esposa y ella no entendía el por qué. Hasta que una mañana todo cambió.
Clira la mandó llamar a su cuarto y le comunicó que ya tenía prometido para ella, Variant de Grecios, el rey del Reino de las Olas, un reino gobernado por sirenas, rodeado de un mar azul y profundo, donde las sirenas cantaban a sus reyes marinos y nadaban junto con los tiburones u hombres marítimos protegiendo el reino, Ebolet lo aceptó y se marchó sin rechistar, pero ese día todo había cambiado para ella.
Esa aceptación le acababa de cambiar la vida.
Reino de las Olas.
-¿Estás segura Semiramis?- Le preguntó Variant de Grecios a su hermana mientras esta miraba de nuevo la bola de cristal donde salía reflejada Ebolet.
-Ven tú mismo y obsérvalo, tu preciosa Ebolet ha aceptado tu propuesta de matrimonio.-Le contestó ella arqueándole una ceja y devolviendo la vista a la esfera. -Te dije que esto funcionaría. El rumor fue todo un éxito, cada rey se creyó cada mentira que dije e incluso lo exageraron más. -Semiramis retiró la vista de la bola, se levantó y pasó por el lado de su hermano dedicándole una sonrisa. -Te dije que funcionaría. Esa niña es tuya. Envía a tus hombres al Reino de la Luz para que la recojan y que te la traigan aquí. Ah!-Semiramis se giró rotundamente cara su hermano antes de marcharse. –Recuerda que debes darles el velo a tus hombres, si le ven el rostro…
-Losé, todo saldrá a la luz, sabrán que el rumor era eso, un rumor. -Terminó la frase Variant cortando a su hermana.
-Correcto. –Le sonrió ella saliendo de la habitación.
Variant no entendía como esto le podía haber salido tan bien, pero había funcionado. Desde que él había visto a Ebolet a través de la bola de cristal de su hermana sabía que era para él y solo para él. Su hermana le había ayudado a extender un rumor que dejaba a Ebolet en un estatus bastante bajo, los comentarios eran desde lo fea que resultaba a la vista, como lo menuda y débil que era, tanto que no podría tener hijos, moriría engendrándolos. También, lo niña mimada en que se había convertido desde que su madre había muerto, volviendo loco a cualquier criado con sus caprichos, desobediente hacia su rey y hacia su familia. Pero la realidad era otra muy distinta.
Ebolet era muy diferente a todo lo que habían dicho de ella. Era hermosa, de piel dorada, cabello y ojos negros como la noche, alta y con unas curvas que podían hacerte perder la cabeza, era fuerte, valiente y atrevida, sabía luchar, no como un hombre pero al menos podía defenderse sola. Era lista e ingeniosa, parecía una Valquiria legendaria, y lo que más le fascinaba de ella era su orquídea, su preciosa marca del ojo, lo fascinaba. Y ahora esa preciosa diosa era toda para él, pronto la tendría a su lado y nadie se la arrebataría jamás.
Reino de la Luz.
-¡Está aquí Ebolet, de vuelta!- Gritó Dalila entrando en la habitación de su prima como una loca emocionada, con esos ojos azules bien abiertos y sus rizos rojos como el fuego oscuro rebotando en un rostro de piel blanca y cutis fino, con unas pequeñas pequitas en su nariz que no estropeaban para nada su hermosura. Era menuda y delgada, pero inquieta, puro nervio, aunque no tan atrevida como su prima, pero si tenían una cosa en común, Ebolet sabía manejar la daga sin perder el tiempo mientras que Dalila era una perfecta tiradora del arco sin que le temblara el pulso.
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El Fecto De La Orquídea Blanca
Historical FictionNueve Reinos levantados en una tierra mágica, donde habitan seres extraordinarios con unos dones otorgados por los dioses según sus reinos y la sangre que corre por ellos. Nueve reyes, Nueve dinastías con Nueve vidas a punto de dar comienzo a una nu...