36.-(Final)

2.8K 309 89
                                        

POV Omnisciente

El pequeño moreno fue a un bar pero no pidió nada, sólo que se quedó ahí, casi como si estuviera pensando en algo.

Estaba en el bar donde Jaime y él habían ido por primera vez, y donde el híbrido empezó a enseñarle sobre alcohol, causando que el pequeño moreno sólo recordara esos momentos donde todo era mejor.

-Quieres tomar algo?.-Preguntó el cantinero, observándolo por unos segundos.

-No puedo.-Respondió Nicolás, acariciando un poco su vientre.-Ya sabes, embarazado.

El cantinero lo miró extrañado y habló.

-Eres trans?.-Cuestionó el desconocido, mirándolo fijamente a los ojos.

-Eh...

-No puedes preguntar esa wea, es raro.-Dijo un extraño al lado de él, mirando al cantinero, causando que este los observara para después irse a otra parte.-Todavía no entiendo como todos no creen en los hombres lobos y todo eso.

El moreno lo observó por unos segundos pero no le dijo nada.

-Cuánto falta para que nazca?.-Preguntó el desconocido, siguiendo con la conversación, ni siquiera pensando que el moreno había apagado su humanidad. Cuando uno tiene esta apagada, sus ojos se pueden colocar de cualquier color.

-Como tres semanas.-Respondió Nicolás, con una ligera sonrisa.

Podría no tener su humanidad pero era su hijo y alguna parte de él se preocuparía de Dominik aún así, al igual que de Faith.

-Y entonces qué hace un omega embarazado en un bar en vez de estar descansando?.-Cuestionó el extraño, con una ceja enarcada.

-Creo que no es de tu incumbencia.-Dijo el moreno, ahora con una sonrisa falsa, observándolo por unos segundos para después mirar para otra parte.

-Entiendo, nunca confiar en un desconocido.-Dijo el recién nombrado, mirándolo por varios segundos.-Soy Ian, por si acaso.

El pequeño omega lo miró cuando dijo esto último y habló.

-Soy Nicolás.-Dijo el recién nombrado, no teniendo ánimos ni siquiera de hablar. Tenía unas ganas irreversibles de tomar algo de alcohol, pero no lo haría.

-Puedo saber al menos cómo se llamará tu hija o hijo?.-Preguntó Ian, realmente queriendo hablar con él.

-Dominik.-Respondió el pequeño moreno, ni siquiera sabiendo por qué le contestaba. Debía ser porque estaba aburrido.

-Me gusta.-Dijo su nuevo "amigo", tomándose un momento para luego seguir hablando.-Es un lindo nombre.

-Lo sé.-Murmuró el pequeño omega, recordando un par de cosas pero de inmediato intentó olvidarlo.

Escuchó como varias personas, hasta el cantinero, se iban del lugar, causando que se extrañara pero que no le tomara mucha importancia.

Ian miró atrás para después irse también, provocando que el pequeño moreno estuviera curioso, sin embargo no se dio vuelta para ver lo que pasaba.

Todo se quedó en silencio por un par de segundos.

-Cariño.-Dijo una voz que conocía muy bien, causando que se quedara rígido por unos segundos.

No, no podía estar pasando, ni siquiera había tomado algo como para imaginárselo.

Se dio vuelta y vio esos ojos rojos que amaba y a los que se había acostumbrado.

-No, tú estás... muerto.-Dijo Nicolás, sintiendo un nudo en su garganta, costándole bastante decir esto último.-Y-Yo no tomé nada, no sé que...

El híbrido no dejó que hablará y lo abrazó.

-Tranquilo.-Murmuró Jaime, con una pausa.-Estoy aquí, no estoy muerto y no pienso dejarte.

-J-Jaime.-Dijo el moreno apenas, derramando un par de lágrimas mientras abrazaba fuertemente a su novio. Cerró los ojos y colocó su cabeza en el cuello de este último, casi como si quisiera confirmar que estaba ahí.-Lo siento tanto.

-Oh, cariño, no es tu culpa.-Dijo el enojón, intentando consolar a su novio.-Todo está bien.

-No está bien.-Dijo el pequeño moreno, con una pausa.-Te perdí, Jaime, y sólo porque quería confiar en ese weón pero...

No pudo seguir hablando ya que la culpa lo estaba carcomiendo.

Jaime se separó del abrazo y acarició ligeramente la mejilla de su prometido. Le limpió las lágrimas a este último, sintiendo la necesidad de que su omega estuviera bien.

El pequeño moreno lo miró fijamente a los ojos y habló.

-Quiero casarme contigo ahora, Jaime.-Dijo Nicolás de repente, causando que su alfa lo observara por unos segundos para después sonreír levemente.-No me importa que parezca una ballena o algo así, pero no puedo esperar hasta que nazca Dominik para casarme contigo, no quiero volver a sentir lo que es perderte. No importa que no sea una boda como de película, sólo... quiero estar contigo ahora y siempre.

-Manuel nos va a matar.-Dijo Jaime, advirtiéndole mientras le colocaba su anillo de compromiso en el dedo anular.

-No me importa porque tú estarás conmigo.-Dijo el moreno, provocando que el señor Navarro lo mirara atentamente.

-Estás seguro?.-Preguntó el enojón, todavía con aquella sonrisa.

-Nunca he estado tan seguro en mi eternidad, Jaime.-Dijo el pequeño moreno respondiéndole.-Tengamos una boda tipo Las Vegas.

El alfa tomó las dos mejillas de su prometido y lo besó en los labios, haciendo que el omega le correspondiera de inmediato, no queriendo perderse eso.

Cuando se separaron, el híbrido lo miró.

-Bien, cariño, tengamos una boda tipo Las Vegas.-Dijo Jaime, tomándose un tiempo para luego seguir hablando.-Eso sí, tendremos que regresar mañana porque no creo que se quieran alejar de mí tanto tiempo.

-Entonces apurémonos.-Dijo Nicolás, con una pausa.-Antes de que Manuel sienta que le vamos a arruinar la boda perfecta que estaba planeando para nosotros.

Jaime rió y tomó la mano de su prometido, causando que la acariciara un poco para que después los dos desaparecieran de ahí.

Puede que no haya sido la boda perfecta según otros, como Manuel, pero sí lo fue para ellos, y claro, su luna de miel duró una noche, pero Jaime le prometió que tenían la eternidad para disfrutar al lado del otro.

Cuando Dominik nació, y fue creciendo apenas pasaban los años, Jaime y Nicolás se dieron cuenta que su hijo iba a ser omega, entonces en ese momento Jaime prometió una cosa y Nicolás otra.

El híbrido prometió que si algún alfa quería marcar a su hijo y luego dejarlo, le iba a sacar la mierda. Así que en resumen esa promesa significaba que no dejaría que nadie lo dañara, al igual que lo prometió con Faith.

Y lo que Nicolás prometió, era que le iba a enseñar a su hijo que no por ser de una "clase" ibas a ser mejor que otros o peor y que iba a haber una persona que te haría sentir como que aquello no importaba.

Porque eso mismo era lo que había aprendido con Jaime.

Puede que no fueran la pareja perfecta, porque claramente tenían sus diferencias, pero estaban perdidamente enamorados del otro y al final del día, eso era lo que importaba.

Nicolás tuvo muchas primeras cosas con Jaime; su primer amigo, primer beso, primer amor, su primera vez, primer corazón roto, primera hija, etc. Todo eso lo recordaría pero no era lo importante.

Jaime sería el primer y último amor de Nicolás, y claro que tendrán la eternidad para disfrutar eso.

Nos vemos en otra fic.

All the love, JoMo.

Parents (Jainico). Donde viven las historias. Descúbrelo ahora