Parents (Jainico).

18.-

POV Omnisciente

El pequeño moreno y el señor Navarro, después de aquella reconciliación, fueron a su casa. Cuando llegaron a esta, todo estaba en silencio, causando que supieran que al menos todos estaban en sus habitaciones.

Los dos subieron y el moreno fue a la habitación de su hija, queriendo ver si esta estaba durmiendo o no. Abrió la puerta lentamente y vio a Faith durmiendo, causando que se relajara y que entrara para taparla bien. Después de eso, el pequeño omega le dio un ligero beso en la cabeza para luego salir de ahí, cerrando la puerta. Apenas hizo esto, fue a su habitación que compartía con el señor Navarro, entró y después cerró la puerta.

Vio a su novio acostado ya, esperándolo, haciendo que se sacara la mayoría de la ropa, sólo quedándose en boxers para después acostarse al lado de él, acercándose mucho más a este.

-Voy a hablar con Faith mañana.-Murmuró Nicolás, con una pausa.-Por lo que te dijo.

-Ella estaba enojada no más...

-No está bien.-Dijo el moreno, tomándose un momento para luego seguir hablando.-Que estuviera enojada no es excusa para que haya dicho todo eso, recién aprendimos eso.

-Lo sé, pero ella te estaba defendiendo, y sabes que eso siempre estará bien para mí.-Dijo Jaime, tomándose un momento para luego seguir hablando.-Sé que se debió arrepentir, cariño, sólo...

-Jaime, hablaré con ella de igual manera.-Dijo el pequeño moreno, observándolo por un par de segundos.-Tú igual eres su padre y simplemente no se debe meter en estos problemas, aún menos si no entiende cómo funcionan las parejas. No todo es como las películas de Disney.

-Lo sé.-Dijo el enojón, acariciando ligeramente la espalda de su novio.

Se quedaron unos pocos minutos en silencio, hasta que el pequeño omega habló.

-Por qué Faith se enoja siempre contigo?.-Preguntó Nicolás de repente, causando que el enojón lo observara.

-Recuerdas que te dije que le enseñaría a ser una alfa?.-Cuestionó Jaime, todavía observándolo.

-Sí, lo recuerdo.-Respondió el moreno, intentando entender.

-Ella ya es una alfa metafóricamente.-Dijo el enojón, tomándose un momento para luego seguir hablando.-Y como yo soy un alfa, casi me ve como enemigo, o algo así, y aún más como tengo una manada tan cercana a ella.

-Pero... eso será por siempre?.-Cuestionó el pequeño moreno, odiando esa situación.

-No, claro que no.-Dijo el híbrido, con una pausa.-Todavía no aprende a controlarse sobre los instintos, pero yo la ayudaré, no te preocupes.

-Pero qué pasa si le gruñes así como lo hacías antes con el Bestia y Alexander?.-Preguntó el pequeño omega, ya entendiendo por fin.

-Bueno, supongo que intentará hacer lo mismo, pero como es beta, tendrá que "relajarse" al final y sabrá quién es el alfa de todos los alfas del mundo.-Dijo el señor Navarro, ni siquiera exagerando, porque en realidad así era.

-Y cuando quiera tener su propia manada pero esa ya tiene un alfa?.-Cuestionó Nicolás, con una ceja enarcada, con muchas dudas en realidad.

El enojón sonrió un poco y habló.

-Es híbrida y bruja, va a ser mucho más fuerte que un simple alfa.-Dijo Jaime, tomándose un momento para luego seguir hablando.-No te preocupes por eso.

El pequeño moreno lo observó por un par de segundos y le dio un ligero beso en los labios.

-Te amo, alfa.-Dijo Nicolás, causando que el recién nombrado gruñera al escuchar eso.

-Yo también te amo, omega.-Dijo Jaime, sintiendo como a su parte animal le gustaba escuchar eso.

El pequeño omega se acostó encima suyo y se quedó ahí, escuchando aún más cerca el corazón de su pololo.

-No te molesta?.-Cuestionó el moreno, ni siquiera queriendo moverse de ahí.

-Sabes que no.-Respondió el enojón, abrazándolo por la cintura y acomodándose un poco más para luego darle un ligero beso en el pelo a su omega.-Por cierto, tomaste Whisky de mala calidad.

-Cómo lo...

-Podía sentir el olor a esa wea.-Dijo el híbrido, casi con una mueca de disgusto.-No creo que te tenga que enseñar qué tomar y cuáles son de buena marca de nuevo, cierto?

-No.-Contestó el pequeño moreno, teniendo una ligera sonrisa en sus labios.-Cualquier cosa servía en ese momento.

-No me enojaré por esta vez, pero si vas a tomar algo, que sea bueno.-Dijo el señor Navarro, notando como el pequeño moreno lo miraba.

El moreno le dio un delicado beso en los labios a su novio para después volver a colocar su cabeza en el pecho de este.

-Duerme bien, cariño.-Dijo Jaime en un murmuro, sabiendo que su novio ya se había dormido en sus brazos.

El enojón se quedó despierto sólo por un par de minutos, asegurándose que el pequeño moreno estuviera bien. Luego de eso, por fin pudo dormir, sabiendo que todo estaba bien.

Al día siguiente

Cuando el señor Navarro despertó, sintió un peso diferente encima suyo, causando que abriera los ojos.

Su hija estaba acostada encima suyo, durmiendo, al igual que el pequeño moreno ayer. Este estaba acostado al lado de él, también durmiendo mientras abrazaba a su hija y a él, haciendo que sonriera.

El señor Navarro le dio un ligero beso en el pelo para después acercarse más a su pequeño moreno, sintiéndose completo.

El pequeño omega se movió un poco, causando que a los pocos segundos, abriera los ojos y observara aquella escena que hizo que su corazón se ablandara.

-Cuándo llegó?.-Cuestionó Nicolás, en un tono bajo para no despertar a su hija.

-Ni idea, creí que tú sabrías.-Respondió Jaime, siendo completamente sincero con él.-Y en qué momento te acostaste a mi lado?

-Sabes que duermo profundo.-Dijo el moreno, tomándose un momento para luego seguir hablando.-O algo así, pero no recuerdo de eso, lo hice inconscientemente tal vez.

-Puede ser.-Dijo el enojón, ni siquiera importándole aquello, ya que tenía a su omega ahí y a su pequeña híbrida.

El pequeño moreno los observó por unos segundos para después alcanzar su celular. Luego de eso, prendió este y lo desbloqueó para luego sacarle varias fotos a su familia.

-Son un millón de besos una foto.-Dijo el híbrido, con una ligera sonrisa en su cara.

-Te saqué como quince fotos.-Dijo el pequeño moreno, observándolo por unos segundos.

-Entonces creo que deberías empezar desde ahora con los besos.-Dijo el señor Navarro, todavía con aquella sonrisa para después sentir los labios de su novio sobre los suyos.