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Giré los ojos escuchando los gritos de Bárbara desde abajo.

La odio, ¿ya lo mencioné? Si, lo hiciste. Dijo mi subconsciente.

—¿¡Hails, toda la vida!?—gritó Justin haciéndome perder aún más mi paciencia.

Gruñí terminando de buscar mi perfume y bajando las escaleras.

—Si te hacía mucha molestia, te ibas con la monja y Nash me esperaba a mi—bufé y di un salto bajando el último escalón.

Justin se giró para contraatacar conmigo, pero su mirada se clavaron directamente en mis pequeños shorts.

Giré los ojos, ahí viene.

—No te vas a ir con eso—negó señalándome—Se te ve casi todo. Es demasiado corto.

Lamí mis labios.

—A mí me gusta, y así me iré—acomodé mi cabello.

Kenny me sonrió poniéndose a mi lado y enlazó nuestros brazos.

—Totalmente de acuerdo con el idiota—apareció K con su teléfono—Eso es demasiado corto, Baldwin.

Justin sonrió victorioso.

—¿Lo ves? Yo tengo razón, así que ve a cam... Espera—miró a K—¿Cómo que idiota? Maldito.

Giré los ojos mientras ellos empezaban una pequeña "pelea".

—Iré así. Fin de la discusión—pase por su lado con Kenny.

Justin gruñó y sentí su mirada quemarme por detrás.

—Hey preciosa, espérame—Nash corrió empujado levemente a Justin y me abrazó por detrás.

Me reí un poco y lo miré de lado.

—Vamos—besé su mejilla sonoramente y caminé con él abrazado a mi espalda.

Escuchamos un fuerte portazo antes de subirnos a la camioneta donde ya estaba la estúpida.

—Justin, cariño, aquí conmigo—exigió Barbara apenas todos estuvimos dentro.

Justin se sentó a su lado y dejó su mano en su muslo, subiendo y bajándola dándole caricias.

Pase mi lengua por mis dientes y sin despegar mi mirada de su maldita mano.

—¿Pasa algo, Hails?—dijo haciéndome notar su mirada burlona.

Estúpidos, idiota de mierda.

—No, nada—le sonreí falsamente y apoye mi espalda en el costado de Nash.

Lo escuché gruñir por lo bajo ya que Nash, dejó su mano en mi vientre.

—Debo decirte que estás preciosa hoy Hails—susurró Nash contra mi oído haciéndome reír.

—Gracias bonito, aunque estoy sencilla—mordí mi labio y besé sonoramente su mejilla.

Justin maldijo por lo bajo antes de atrapar los labios de la estúpida.

Tense mi mandíbula y giré los ojos.

¿Por qué se supone que estamos haciendo esto? Realmente no tiene nada de sentido. Justin no puede estar celoso de Nash y yo no debería estar celosa de Bárbara.

Pero lo estás. Y te quema por dentro tan solo verla besarlo.

Cállate joder, se supone que no debería. Justin y yo somos solo mejores amigos. Solo eso.

Baje apenas estacionaron en donde sería el festival y sonreí.

—¡Coachella, perras!—chilló Kenny y tiró de mi brazos.

Asentí sin dejar mi sonrisa.

—Joder que si, vamos a divertirnos mucho—movi mis caderas divertida.

—¿Por qué todos están vestidos como si fuesen unos drogadictos?—Bárbara habló colgada del brazo del idiota.

Kenny y yo la miramos al instante. K rasco su nuca y Justin suspiró pesadamente.

—Amiga—me reí sin gracia—Aquí, la única drogadicta eres tú.

Ella miró sus uñas antes de mirarme a mí.

—Yo no consumo. Eso daña mi cuerpo—dijo con aires de superioridad.

Kenny la miró fijamente.

—Si así ya tienes neuronas quemadas, no me imagino como serias si consumieras—nos reímos a carcajadas.

Bárbara chilló escandalosamente y pataleo mirando a Justin.

—¡Defiéndeme!—nos señaló enojada.

Justin suspiró mirándonos.

—Basta chicas, se supone que vinimos a pasar un rato agradable..—lamió sus labios mirándonos.

Mi mejor amiga y yo giramos los ojos sincronizadas.

—Exacto, y eso haremos—sonreí acomodando mis shorts.

—Nos vemos idiota. Cuidado con la monja, no se vaya a desmayar—Kenny le sonrió tierna y ambas desaparecimos de su vista.

Ni Bárbara ni nadie nos va a arruinar el jodido festival.

—Hails..—susurró Kenny haciéndome mirarla al instante.

—¿Qué pasa Kenny?—fruncí el ceño sin entender cómo su expresión había cambiado en segundos.

Suspiró.

—Tu tranquila ¿si?—me rogó con la mirada.

Negué un poco y me solté de su agarre.

—Ya dime. Sin rodeos—dije directa y lamí mis labios.

Kenny suspiró de nuevo, esta vez más fuerte.

—Ella.. Está aquí—tragó saliva.

Fruncí más el ceño.

—¿De qué hablas?—la miré fijamente— ¿Quién?

Kenny mordió su labio mirándome.

—Selena...

Negué varias veces. Maldita bruja.

Best Mistake |Jailey|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora