Best Mistake |Jailey|

11

Me hice un moño desarreglado en mi cabello y miré a Khalil sentado en la mesada.

—Buenos días bebé—le sonreí con el mejor humor del mundo.

Me miró burlón.

—Si que son buenos para ti—rió y me guiñó.—Supe que le hiciste el favor a Justin de darle calor sin usar las sábanas.

Giré los ojos divertida y saque un sartén.

—Oh cállate idiota—me sonrojé un poco, caminando a la heladera.

Se encogió de hombros.

—Solo estoy diciendo—canturreó.

Me reí y negué con mi cabeza.

—¿Desayuno americano?—dije mirando los huevos.

Asintió

—Joder que si Hails–sonrió. Sé que todos aman mi comida.

Sonreí de lado y saque los ingredientes para hacerlo.

—Gracias a dios que me llamaste, justo estaba pasando cerca de aquí—partí los huevos y los eche en el sartén.

Khalil me miró y sonrió.

—Desde que volviste a nosotros, eres la mejor opción para controlar sus ataques—lamió sus labios.

Suspiré.

—Yo no es que lo controlo...—mordí mi labio y puse el tocino en otro sartén.

Giró los ojos.

—Claro que lo controlas—hizo un ruido con sus dedos sobre la mesada.

Me encogí un poco de hombros.

—Simplemente...—moví el mango del sartén con facilidad para que no se peguen los huevos—Se cómo tratarlo en estos casos...

Me miró.

—Hails, eres la única que puede entrar en su mente—suspiró.

Sonreí un poco.

—Lo conozco, eso es lo que pasa—lo miré unos segundos y luego seguí concentrada en la comida.

Estaba girando los trozos de tocino para que se tostaran por el otro lado, cuando sentí unos brazos rodearme por detrás.

—Explícame porque no amanecí contigo encima de mi—me susurró Justin haciéndome estremecer.

Mordí mi labio.

—No te quise despertar y yo tenía hambre—le sonreí.

Beso mi cuello sonoramente.

—Huele delicioso nena—sonrió— Extrañaba demasiado tu comida.

Reí un poco.

—¡Somos dos!—exclamó K, bebiendo café.

Giré los ojos divertida.

—¿Dónde está mi beso de "buenos días cielo"?—dijo Justin y me hizo girar para quedar frente a él.

Me reí un poco y deje mis manos en su nuca.

—Buenos días Justin—junte mis labios con los suyos.

Él dejó sus manos en mi cadera y me siguió el beso de forma lenta. Pero cuando iba a separarme, no me dejó.

—No dijiste bien la oración—gruñó contra mi boca y mordió mi labio inferior.

Fruncí el ceño.

—Pero si te dije "Buenos días Jus...—me calle y reí un poco- Lo siento lo siento.