Miré mis piernas depiladas y me puse crema por ellas, estaba sentada en la gran cama de Kylie.
No estamos arreglando para la fiesta de Quincy.
—¿¡Qué me hago en el cabello!?—chilló Kenny.
Lamí mis labios, ella pasaba de un lado a otro descalza mientras terminaba de acomodar su vestido nudes.
—Déjatelo suelto, te quedará bien—le guiñé.
Kenny me miró.
—¿Estás segura?—se paró frente a mí y suspiró.
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Asentí al instante y me levanté de la cama con el albornoz cubriéndome.
—Si, estoy segura—sonreí y agarre el vestido verde militar que estaba sobre la cama.
Caminé hacia el baño y se lo tiré a Ky que terminaba con su maquillaje.
—Gracias Hails—lo atrapó e hizo una mueca graciosa con sus labios.
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Le guiñé.
—De nada sexy—me reí un poco.
Ella alisó el vestido una vez cubrió su cuerpo.
—¿Tú qué vas a ponerte?—dijo con emoción.
Lamí mis labios.
—Ya verás...—canturreé y me metí en el armario.
Estuve los últimos cuatro días buscando algo sexy, lindo y adecuado para ponerme hoy. Casi desistí hasta que por fin encontré el vestido indicado.
Me quité el albornoz quedando desnuda y me puse el sostén negro de satén, agarre el vestido negro de encaje y lo pase por mi cuerpo, Justin ama el encaje.
Busque con mi mirada los tacones rojos de aguja y los calcé en mis pies para terminar mi look.
El vestido se adecuaba a mi figura resaltando lo necesario de esta, pero siendo lo más corto posible, sin parecer demasiado vulgar por supuesto.
