... Ulquiorra ...
—¡Ah! ¡Ulquiorra! —Jadeo la chica que estaba debajo de mi.
—¿Quieres que siga? —Le pregunte de manera seductora, moviéndome con lentitud dentro de ella.
—¡Si! ¡Ah! ¡Sigue! —Me dijo gimiendo en mi oído y arañando mi espalda.
—Lo que tu pidas, hermosa —Dije y empecé a moverme dentro de ella más rápido, con estocadas firmes.
—¡Ah! Ulquiorra! ¡Sigue! ¡No te detengas!
—Pídelo más.
—¡Ah! ¡Por favor! ¡Sigue! —Me moví con más intensidad al sentir que me corría, la masturbé para que se corriera conmigo al mismo tiempo.
—¡Ah! ¡Ah! ¡Ulquiorra! ¡Ya no puedo!
—¿Que no puedes? —Dije gruñendo.—¡Aah! ¡Detente! ¡Aah!
—¿Segura? —Le dije mordiendo su cuello, dejándole una pequeña marca rojiza.
—¡Ah! ¡No! ¡Mmm! ¡Ulquiorra! ¡Me vengo!
—Hazlo conmigo.
—¡Si! ¡Si! ¡Ah!
Nos corrimos los dos al mismo tiempo, me quede dentro de ella un momento, en lo que recuperaba el aliento, estaba sudando y temblando, en serio, estaba exhausto, necesitaría un buen descanso.
—Eres el mejor Ulquiorra —Me dijo al empezar a vestirse.
—Lo sé... por eso todas me buscan —Dije con orgullo, aunque a veces no lo estaba... No estaba orgulloso de mi, y a veces si lo estaba... Es algo... Complicado.
—¿E Isabella? ¿Ya no es tu novia? —Pregunto, ella sabía de Isabella, pero Isabella no de ella.
—Claro que lo es —Le dije como si fuera los más obvio del mundo.
—Y sigues engañándola, ¿eh?
—Es que ella, no me satisface como quiero —Bueno... Ella hacia lo mejor que podía, pro no era suficiente.
—Déjala de una buena vez, ella no te merece —Dijo agachándose a mi altura, quedando nuestros rostros frente a frente.
—No, la necesito —Dije apartándola un poco de mí, odiaba que me dijeran que terminara a Isabella, ella era mi todo.
—¿Que dices? Pudiendo tener a la mujer que quieres, ¿sigues con ella?
—Tengo a la mujer que quiero, es ella, las demás solo son para diversión —Dije poniéndome la camisa.
—Eres un engreído, no entiendo cómo es que la pobre tonta te sigue perdonando cada una de tus traiciones —Dijo fingiendo molestia.
—Me ama, ella nunca me negaría nada —Dije dándole un beso en la comisura de sus labios.
—Veamos cuanto te dura ese gustito —Dijo girando la cabeza enviándome.
—Es ella —Dije cuando sonó el timbre.
—¿Y estando yo aquí la invitas a venir? —Pregunto exaltada.
—Dijo que pasaría a verme, no recordaba que ya había quedado contigo —Dije amarrando las agujetas de mis tenis.
—Eres un tonto —Me dio un pequeño manotazo en la espalda.
—Pero así me deseas —Le tome la cara con ambas manos y le di un beso demandante.
—¿Quien no lo haría? ¡Si eres increíble en la cama! —Exclamó tirándose a mi cama con los brazos extendidos.
—Hablas como una mujer experimentada —Le dije arqueando una ceja.
—Es la verdad, no es mi culpa —Dijo encogiendo los hombros.
—Si, si claro.
—Me voy antes de que tu novia me mate.
—Claro, te acompaño.
Bajamos a la sala y abrí la puerta, e Isabella no dudo en saludarme con su típica alegría.
—¡Ulquiorra! ¡Hola! ¡Te extrañe tanto! —Dijo lanzándose a mis brazos.
—¡Y yo te extrañe a ti! —Le conteste recibiéndola con gusto.
—¿Quién es ella? —Dijo al ver a Nicole detrás de mí.
—Una amiga —Dije para después tomar del hombro a Nicole.
—¡Ja! ¡Una amiga! ¡Después de todo lo que hicimos! —Dijo sin ninguna vergüenza.
—Si, una amiga, creo que ya es momento de que te vayas Nicole, mi novia y yo queremos estar a solas.
—Eres un tonto, Ulquiorra, te veo luego —Dijo burlándose un poco —Espero verte pronto, después te busco —Me dijo despidiéndose con la mano.
—Aquí estaré —Dije cerrando la puerta.
—¡Vaya! ¡La sexta! ¡O mejor dicho la séptima! ¿O qué número es? —Me dijo Isabella con los brazos cruzados... Molesta.
—¿A qué te refieres? —Dije lanzándome al sofá.
—¿Con cuántas chicas ya me has engañado Ulquiorra? Créeme que no es la primera, y lo peor es que lo haces frente a mí.
—Aja —Dije prendiendo la televisión.
—¡Ulquiorra! ¡No me ignores! ¡Te estoy hablando! —Dijo agitándome.
—Y te estoy escuchando —Le dije mirándola a los ojos.
—Es que ni siquiera tienes la decencia de evitar estar con ellas cuando yo estoy aquí.
—¿Qué quieres que haga? ¿Qué lo haga a escondidas? Sabes que ese nunca ha sido mi estilo.
—¡Ulquiorra! ¡Eres mi novio! ¡No debes de engañarme!
—Eres una neurótica.
—¡Y tu un infiel!
—Pero así me amas —Le dije sonriendo de lado, y ella rodó los ojos.
—¡Vete al demonio!
—Ya no te enojes, ven siéntate conmigo.
—¡Al diablo contigo! —Dijo dando media vuelta y yendo hacia la puerta.
—¿A dónde vas? —Le dije poniéndome tras de ella e impidiendo que abriera la puerta.
—A mi casa, es obvio, esto se terminó.
—¿Que se ha terminado? Si ni siquiera ha empezado —Le dije besando su cuello.
—¡Déjame, Ulquiorra!
—¿En serio quieres que te deje? ¿Acaso no me amas?
—¿Y tú me amas a mí?
—Por su puesto.
—¡Bah! ¡No se nota!
—Te lo quiero demostrar y no te dejas.
—Lo único que piensas es en acostarte conmigo, eso no es amor.
—Para mí si lo es.
—No lo es, ¡es posesión!
—¿Entonces no me amas?
—Lo hago.
—Demuéstralo.
—¡Déjame ir! ¡Ya no soporto!
—Vamos querida, solo déjate llevar.
—¡No!
—¿Por qué no?
—Eres un degenerado.
—Tu tampoco eres una santa.
—Lo sé, pero no soy nada peor que tú.
—Puede ser, pero, aun así, ¡te amo!
—¡Qué gran mentira!
—No miento, en verdad lo hago.
—Demuéstralo, deja de engañarme, aléjate de las demás, ¡compórtate como un verdadero novio!
—De acuerdo —Le dije con ironía.
—¡Júralo!
—Te lo juro.
—¡No me falles!
—Claro que no, ven aquí, se mía
—¡No, Ulquiorra!
Trate de hacerla mía ese momento, la necesitaba conmigo, pero ella no se dejó, era sagrado para ella seguir siendo ''pura''.
La verdad no sé porque iba con otras mujeres, si la tenía a ella, siempre le juraba que sería la última vez, y volvía a caer, aunque siempre la he amado a ella.
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—¡¿La volviste a engañar?¡ —Me regaño Yammy.
—Si —Le dije sin emoción.
—Hasta lo dices con orgullo —Dijo con ironía.
—Hay que estar orgulloso de lo que uno es —Le contesté con cinismo.
—¿En serio te sientes orgulloso de herir a una chica que da todo por ti?
—Al final me perdona.
—Abusas de ese poder que tienes sobre ella.
—¿Cual poder? No tengo ninguno.
—Eso lo dices, si no tuvieras ninguno, ella nunca te hubiera perdonado la primera traición.
—Es porque ella me ama.
—Por eso mismo, te ama, ella cree que te arrepentirás y no lo volverás a hacer, pero no, la traicionas, ¡¿sabes cuánto daño le haces?¡
—No le hago daño, ella misma se lo hace, al esperar algo que no le puedo dar.
—¡Eres un idiota! —En eso me soltó un puñetazo en la barbilla.
—¡Auh! ¡¿Qué te sucede?¡ ¡Eso no es de amigos! —Dije sobándome.
—¡Soy tu amigo! Por eso trato de que entres en razón, Isabella está muy mal, entiéndelo, te necesita, ¿y qué haces? La engañas con cuanta mujer se te pone enfrente, ¡reacciona! ¡Hermano! —Dijo tomándome por los hombros y sacudiéndome.
—¡Dices puras tonterías! —Me solté con brusquedad, di media vuelta y me fui.
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—¡Hola Ulquiorra!
—¡Menoly! ¡Que gusto verte!
—El gusto es mío, veo que estas bien acompañado —Dijo amistosamente.
—¡Si! Te presento a mi novia Isabella.
—Un gusto querida yo soy Menoly, una amiga de Ulquiorra.
—El gusto es mío —Respondió Isabella con un buen apretón de manos.
—Y cuéntame, ¿hace cuánto salen?
—Llevamos más de un año —Dije con orgullo acercando más a mí a Isabella.
—¿Que dices? Si hace apenas tres meses terminamos tu y yo, creo que confundes las fechas —Me dijo Menoly desconcertada.
—No lo hago —Le dije seguro, era muy difícil que yo confundiera las cosas.
—Estas diciendo que mientras estabas conmigo, ¿estabas con ella? —Me pregunto sorprendida Isabella.
—Si, así es —Le dije sin rodeos, nunca me ha gustado esconder la verdad.
—Ulquiorra, eres un cínico, ¿cómo dices eso en frente de tu novia? —Me dijo exaltada Menoly. Ahora venía una gran pelea.
—¿Que tiene? Yo no tengo nada que esconder —Le dije sin inmutarme cuando se acercó a mí con violencia.
—¡Ten un poco de decencia! —Me golpeo el pecho con su dedo índice.
—¿Por qué todo mundo habla de decencia? Nadie es un santo.
—¡Pero eso es exagerar!
—¡Ulquiorra, me prometiste que no lo volverías a hacer! ¿Qué paso? ¿Por qué me fallaste otra vez? —Dijo Isabella al borde de las lágrimas.
—No pude evitarlo, necesitaba con quien distraerme.
—¿Y lo dices, así como así? —Dijo empujándome.
—Así soy yo, y lo sabes.
—Eres repugnante Ulquiorra, querida, un consejo, déjalo él no te merece —Le dijo Menoly tomando sus manos con cariño.
—¿Tu que sabes sobre lo que merece y lo que no?
—¡Ella merece que la respeten!
—Y la respeto, nunca la he ofendido y nunca la he golpeado, o maltratado.
—La haz ofendido, la engañas, y aun así lo haces en su cara, eso la ofende, ¿no sabes que dirá la demás gente? La tomara como una tonta, hablara mal de ella, no la respetaran.
—Al diablo la gente, ¡solo hablan por hablar!
—¡Ulquiorra! Déjalo así, terminamos, en serio, ¡ya no! ¡Perdí la cuenta de cuantas veces me has hecho esto!
—¿Que tonterías dices? ¿Eso que tiene que ver? Tu eres mía, y eso nadie lo puede negar.
—¡Déjala, Ulquiorra! ¡Que busque quien si la merezca!
—¡Deja de entrometerte Melony!
—¿Que dices? ¡Si me entrometo! Recuerda que también usaste a mi mejor amiga Loly, ¿o que tal Sung Sun? ¿o Apacci? ¿Mila Rose? Todas ellas, las recuerdas ¿no?
—¿Ellas que? Son solo pasajeras
—¿Y yo también lo soy? —Me dijo Isabella.
—No, claro que no, tú eres mi novia, a la que amo, las demás no tienen el privilegio que tú tienes.
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Esquizofrenia ~ulquihime~
FanfictionTengo miedo... no puedo respirar... me duelen las piernas... no veo nada... oigo voces... pero no entiendo nada... me duele mi cabeza... tengo miedo... el miedo que nunca tuve... corriendo sin sentido... ni siquiera puedo ver hacia donde voy... TENG...