Esquizofrenia ~ulquihime~

ESQUIZOFRENIA 54

... Ulquiorra ...

—¿En serio crees que es necesario esto? —Le pregunté nuevamente a Ritsuko. Ella frunció el ceño y me abofeteo. Me tomo de la camisa y me dijo:

—¿En serio tú lo dudas? Orihime se está volviendo loca y lo único que puedes hacer es dudar si este tratamiento es necesario o no. No puedo creerlo de ti, tengo entendido que pasaste por algo similar, y aun así no lo entiendes.

—Ulquiorra, escucha, sé que tienes miedo por ella, pero por ahora, es lo mejor —Me dijo Grimmjow sin inmutarse por mí.

—Lo siento.

—Lo siento yo —Dijo Ritsuko tranquilizándose —Al igual que tú estoy asustada, y mi carácter no ayuda en nada.

—Entonces, señora ¿va a firmar? —Le preguntó el psiquiatra que arreglaría el ingreso de Orihime a su hospital.

—¿Cuánto tiempo estará internada?

—Según el análisis, lo mínimo seria un año. Depende de su avance diagnosticaremos si necesita más tiempo o si podemos disminuirlo.

—¿Y podremos verla?

—Por supuesto, cada dos semanas.

—¿Escuchaste eso, Ulquiorra? Podrás venir a ver a Orihime, no estarás tan separado de ella como creías —Me dijo Grimmjow tratando de animarme.

—Suena bien —Dije sin en verdad sentirlo.

Ritsuko leyó el contrato en incluso nos dejaba ver algunas cláusulas, y al fin, firmó.

—Bien, prepararé todo y en la próxima semana será internada. Un día antes llamare para quedar de acuerdo en si la traen o nosotros vamos por ella. Pero creo que no será necesario, Orihime está de acuerdo con esto, no se resistirá.

—Estoy de acuerdo —Dijo Ritsuko —¿Algo que preguntar?

Ambos negamos. Salimos del consultorio, vimos a Orihime en una silla balbuceando cosas.

—Orihime —Llamó Ritsuko.

—¿Terminaron?

—Si, podemos ir a casa —Le dije arrodillándome frente a ella. Ella me sonrió.

—Lamento haber dudado en el consultorio —Dije cuando llegamos a casa y despedía a Ritsuko y Grimmjow.

—No te culpo, imagino que dejarla ir es muy duro para ti.

—No tienes idea.

—Animo, Ulquiorra, veras que esto terminara muy pronto. Bien, nos vemos hermano, Nell querrá saber que fue lo que pasó. Hasta pronto.

—Hasta pronto —Nos despedimos Ritsuko y yo.

—Yo también tengo que irme, espero verte pronto para trabajar.

—Por supuesto.

Estábamos sobreviviendo estas semanas con algunos ahorros que teníamos Orihime y yo.

Sentí mi teléfono vibrar en la bolsa de mi pantalón, lo saqué y era una llamada de un número que no conocía. Decidí contestar.

—¿Bueno?

—¿Eres tú, Ulquiorra? —Conocía esa voz.

—¿Sora?

—Vaya, que sorpresa, por fin puedo dar con alguien, ¿sabes cuánto nos costó a Azazel y a mi conseguir tu número o el de Orihime? —Se escuchaba tan feliz, no quería ni siquiera darle las malas noticias —¿Cómo está todo por allá?