ESQUIZOFRENIA 34

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... Lilith ...
—Pequeña, ven hay que visitar a tu abuela.
—Si mamá.
—¿Qué tienes? ¿Por qué esa cara?
—Estaba pensando en papá, hace tanto que no viene a vernos —En ese instante mamá puso una cara de dolor, no pude saber por qué.
—Está ocupado... en el trabajo —Una vil mentira 10 años después me enteré de que tenía otra mujer.
—Papá tarabaja mucho —Creí esa mentira casi toda mi vida.
—Es trabaja —Me corrigió con una sonrisa —Y si pequeña hace lo posible por darte lo mejor.
—Pero... yo no quiero nada, solo quiero que este conmigo.
—Veras que lo estará, muy pronto volverá a venir.
—Mami, ¿hace cuánto conoces a papá? —Quería saber cómo se enamoraron mamá y papá... después... descubrí que se odiaban.
—Tiene mucho, nena, ya no recuerdo.
—¿Piensan tener más hijitos? Sabes, quero un hermanito —Siempre fue mi sueño.
—No hijita, ya no.
—Pero ¿por qué?
—Estas muy pequeña para saberlo, cuando crezcas te lo diré.
De no ser por un descuido, nunca me hubiera enterado de la verdad.
—Tsk, tengo mucho tiempo para recuperar el tiempo perdido —Dije para mí misma. tirada en el sofá.
—¿Con quién hablas pequeña? —Me pregunto papá.
—Con nadie, estas alucinando... loco.
—Tal vez sí, ven a cenar.
—¿Seguro que no necesitaste de mí? Digo se ve raro, que diga... único, especial.
—Te dije que me ayudaras, pero preferiste ponerte a decir quien sabe que tonterías al teléfono.
—Estaba hablando con una amiga.
—Pudiste hacerlo mientras me ayudabas.
—No, estábamos hablando cosas privadas, cosas que los padres no deben de saber.
—Si claro, deberás, ¿quién es Agustín?
—No es de tu incumbencia.
—Es tu novio.
—No, no lo es.
—Entonces te gusta, pues olvídalo señorita, mientras vivas conmigo te prohíbo acercarte a los hombres.
—Pero, ya estoy muy grande para eso.
—Nada señorita, si me entero que sales con un mal nacido, lo voy a matar y te harás monja.
—Como exageras.
—Solo cuido a mi pequeña.
—Claro, ahora lo vienes a hacer después de 21 años.
—Ya hablamos de eso, déjalo ya, no le des más vueltas.
—¿Por qué odias a mamá? A Julieta.
—No la odio, ella me odia a mí.
—¿Pero por qué?
—Es mejor que no lo sepas, terminaras odiándome.
—Supe lo de Ulquiorra, casi lo matas pero no te odie.
—Eso es diferente.
—¿Qué tan grave es lo otro?
—Mucho muy grave.
—Pues dímelo, sabré afrontarlo.
—Que no.
—Anda sí.
—No.
—Y la próxima hago yo la cena.
—Nada, la vas a hacer quieras o no.
—No.
—Ni modo.
—No.
—Querías venir, aguántate.
—Todavía que vengo a hacerte compañía me tratas así.
—Nunca la pedí.
—¿Es decir que no me quieres aquí?
—No dije eso.
—Pero lo pensaste.
—Tampoco.
—Eres un mal padre.
—Ya lo sabía.
—Pues sí.
—Ya come.
—Es que se ve raro.
—¿No que único, especial?
—También pero bueno.
—Cómelo, sabe bien.
—Ni siquiera tú mismo lo haz probado.
—Eso que, te aseguro que sabe bien.
—Pruébalo tu primero.
—Por supuesto —Tomo el tenedor y vio su plato con cara de asco.
—Te espero.
—Es que esta tan delicioso que no sé por dónde empezar.
—Pues por la salchicha, dijiste que te gustaban.
—Pues sí.
—Te observo.
—Es una mala costumbre.
—Nada, no cambies el tema.
—Bien —Se llevo una porción de comida a la boca y la degustó —Sabe bien, no soy tan malo cocinando.
—¿Seguro que no lo quieres vomitar? —Negó con la cabeza, tenía los ojos llorosos —Bien lo comeré.
—Esta bueno —Me lleve una porción a la boca y lo deguste...
—Se te paso el picante —Dije sacando la lengua con los ojos un poco llorosos.
—Pero te gusta el picante.
—Pero no tanto.
—Comételo no es para tanto.
—Pero si ya casi lloras.
—Es de felicidad por lo delicioso que me quedo.
—Ay si, ni tú te la crees.
—Es la verdad.
—Aja.
—Comételo.
—Ya que.
Paso el rato después de comer, me fui a mi habitación y recordé algunos momentos felices o tristes, de todo un poco...
... flash back ...
—Mira, qué bonita nena —Dijo un hombre un poco alto y moreno, tenía los ojos color miel, y una ligera barba.
—Acuérdate lo que dijo Damon —Dijo otro hombre este era más alto y de piel blanca, era de ojos azules y pelo largo y negro.
—Si, si ya se ''no se acerquen a las mujeres'' —Dijo el primero.
—Chiquilla, ve por unas cervezas —Habló el segundo, ya había olvidado a que fui a la sala.
—No hay alcohol en esta casa —Dije desconfiada... pero que tonta eres —Salgan de aquí, si no llamare a la policía —Dije reaccionando.
—Esta chica, no sabe quiénes somos, supongo que Damon no le previno —Dijo el moreno... Pero lo más importante: ¿De qué me tendría que prevenir papá?
—Si, veras chiquillas, tu padre está en prisión, logramos sacarlo, y lo estamos esperando, así que se una buena chica y atiende bien a tus invitados —Dijo el pelinegro.
—¿Por qué está en prisión? —Le ignore.
—Cosas... nos dijo que no te dijéramos.
—Largo de mi casa, en cuanto venga mamá, los echará de aquí de una mala manera, así que ahórrense eso —Me miraron incrédulos y echaron a reír.
—Esta sí que esta zafada —Hablo el primero.
—Niña, niña, si tu madre fue quien nos dejó entrar —Mentirosos.
—Dejen ese retrato.
—Mira Dereck, Damon y su preciosa hija —Dijo el moreno.
—Se ve muy bien, quien diría que fuera tan hogareño.
—Dejen ese retrato —Se lo arrebate de las manos al primer sujeto.
—Que descaro niña, así no se piden las cosas —Me sonrió y se sentó en el sofá frente al televisor ¡MI SOFÁ ESPECIAL PARA VER PELÍCULAS!
—Draco, ¿cuánto crees que falte para que llegue Damon? —Pregunto... ¿Dereck?
—Supongo que ya debería de estar aquí, pero aún no se aparece, seguro se estará divirtiendo con una mujerzuela —Y lo abofetee.
—De mi padre no hables de esa manera gusano mal parido.
—Uh perdóneme, señorita, pero es la verdad —Dijo sonriendo y sobándose la mejilla.
—Te dije que no ofendas a mi padre, él nunca se atrevería a hacer algo así —Le dije tomándolo de la camisa, a punto de volverlo a golpear.
—Pues, que engañada has vivido —Le di un puñetazo.
—Que te calles dije.
—Eres una loca, ¿qué te sucede? —Corrió a la puerta, donde estaba recargado el otro sujeto, Dereck.
—Vuelve a hablar mal de mi padre y vas a ver —Tome un florero.
—Uh que miedo, ¿qué vas a hacer? ¿Lo llenaras con agua y pondrás florcitas?
—Muérete —Le avente el jarrón a la cara, que por suerte se agacho esquivándolo, dirigiéndose al otro sujeto que solo se hizo a un lado haciendo que el jarrón se estrellara en la puerta.
—¿Que mierdas haces loca? Casi me das en la cara, la pelea era con el imbécil ese, no conmigo —Dijo Dereck pálido, tratando de recuperar el aliento.
—A mí que me dices, él se puso frente a ti, no era mi intención —Este tipo si me agradaba, no que el moreno.
—Ay si, ay si, ahora si te sale lo femenina —Dijo Draco.
—Ahora si —Corrí hasta él y por obra del destino apareció mi padre abriendo la puerta.
—Que bien que ya están aquí, ¿y mi... —Miro la escena totalmente consternado: Yo tomando a Draco del cuello de la camisa a punto de volverlo a golpear —...hija? —Termino su frase.
—¡Damon! Que bien que llegas tu hija casi me mata.
—¡PARECES UNA NIÑA! ¡MARICA!
—¡¿A QUIEN LE DICES MARICA?¡ ¡MACHORRA! ¡POR ESO NO TIENES NOVIO!
—¡CLARO QUE TENGO!
—¡SEGURO PORQUE LO AMENAZASTE!
—Damon, tardaste un poco, pero que bien que llegaste bien —Hablo Dereck, ignorándonos por completo.
—Si, hice unas cosas antes de venir aquí.
—Seguro te fuiste a divertir con una linda chica, y no nos invitaste, mal amigo —Dijo Draco, al que ya había soltado.
—¡QUE NO HABLES ASÍ DE MI PADRE! —Lo volví a sujetar.
—¡NO TE ESTOY HABLANDO A TI NIÑA!
—¿Como surgió todo esto? —Pregunto mi padre a Dereck.... Señalándonos a Draco y a mí.
—Solo... no le tomes importancia... son el uno para el otro —Sonrió de lado.
—¡¿QUE MIERDAS DICES?! —Le gritamos los tres al unísono.
—¡CON ESTA MACHORRA NUNCA!
—¡CON ESTE IMBÉCIL NI MUERTA!
—¡CON MI HIJA, NO HABLES DE ESAS COSAS¡
—Perdón, perdón, pero se me hacía divertido, no podía evitarlo, en fin, algún día se llevaran bien, no le tomes importancia Damon.
—Supongo que está bien.
—Papá, no entiendo como alguien tan imbécil puede ser tu amigo.
—Damon, no entiendo cómo es que puedes tener una hija machorra.
—imbécil y mal educado, si fuera tú, ya lo habría cambiado.
—Loca y salvaje, si fuera tú, ya la hubiera dado en adopción.
—Podrían callarse, ¿Draco cómo puedes pelear con una niña que no entiende de razones?
—JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJ, ¡lo mismo opino amigo mío! —Dijo dándole una palmada en la espalda a papá.
—¡¿Como puedes decir eso de mi siendo mi padre?!
—Y tu Lilith, ¿cómo puedes pelear con un hombre mayor a ti?
—Oye amigo, ni que fuera tan grande.
—Es que el empezó a ofenderte, yo solo te defendí.
—No seas mentirosa, no lo ofendí, solo dije algunas verdades.
—¡Cállate te digo! —Le grite un poco más bajo.
—Pero...
—Dejen de pelear ya, me duele la cabeza.
—Ves como no miento.
—Claro que sí, con tu presencia, a cualquiera le duele la cabeza.
—Pequeña, ¿dónde está tu madre?
—En el trabajo, yo me quede dormida un pequeño rato y cuando baje, ya estaban estos tipos aquí y ella ya no estaba.
—¿Tardara en llegar? —Negué con la cabeza y hablé.
—No entiendo, ese sujeto —Señale a Dereck —Dijo que mamá los dejo entrar, pero eso es imposible, ella nunca dejaría entrar a extraños a la casa.
—Son extraños para ti, no para ella, yo le di la orden de dejarlos entrar.
—Pero ¡¿cómo pudiste?! ¡Pudieron haberme hecho algo!
—No, eso lo tienen más que prohibido —Me abrazo a él —Si te llegaran a tocar a ti o a tu madre, yo mismo los mato.
—No hables así —Dije apartándolo un poco de mí.
—Es la verdad, nadie se mete con mi pequeña.
—Pero Damon, dile que tampoco nos ponga un dedo en cima —Se quejo Draco.
—Habla por ti, no por mí, te lo mereces por molestarla —Dijo Dereck, sentándose a lado de mi con los brazos cruzados.
—Casi te vuela la cabeza con un florero —Se sentó en el otro sofá, uno individual.
—Si, pero era para ti.
—Solo eviten pelear —Dijo mi padre.
—Entonces, ¿aquí no hay cervezas? —Dijo Dereck.
—No, aquí no se toma ningún tipo de licor —Le conteste.
—Bien, iré por unas, Damon, vamos no quiero perderme.
—Vamos —Dijo mi padre levantándose del sofá.
—¡ESPEREN! ¡NOS VAN A DEJAR AQUÍ SOLOS! —Gritamos Draco y yo al unísono, ni de chiste me quedaría con él.
—Solo no destrocen la casa.
—En ese caso voy con ustedes —Hablo Draco.
—¿Y quién esperara a Julieta? —Pregunto mi padre.
—Puede hacerlo tu hija.
—Ella no sabrá explicarle las cosas.
—Me quedare yo, creo soy el más indicado —Dijo Dereck, tampoco me agradaba la idea de quedarme con él, pero, era más preferible.
—Si, él se lleva mejor con esa tipa, son iguales.
—Bien, traten de no pelear.
—Lo prometo.
—Yo no —Dije poco convencida.
—No tardamos —Dijo mi padre cerrando la puerta tras de él.
—Bien, así que, ¿eres la hija de Damon?
—¿Es que acaso no me parezco a él? —Dije con incredulidad.
—Bueno, es que... es raro verlo tan hogareño... es decir, cuando lo conocí, era una persona... más bien, ¿nómada? —No supo explicarse.
—Ja, sí que eres tonto.
—Lo siento si no me explique, me refería a que el siempre pasaba de cama en cama, tú me entenderás, nunca se quedaba con una mujer más de unas cuantas horas, era más... vividor, ¡si eso! ¡Vividor!
—Eso cambio.
—Lo note.
—Aja.
—...
—...
—Eres muy callada.
—No hablo con personas que no conozco.
—Pues conóceme —Me sonrió de lado... ¡imbécil!
—¡Eres un atrevido! —Me levante del sofá.
—No, no lo digo en ese modo... me refería a que me veras mucho por estos rumbos, así que es mejor empezar a llevarnos bien, digo, para que no pase lo mismo con Draco.
—Solo no te metas conmigo y no pasara nada de eso —Corrí a mi habitación.
—OYE... TENGO HAMBRE, ¿TE IMPORTA SI TOMO ALGO DE COMER? ¡SI QUIERES TE PUEDO PREPARAR ALGO! —Me dijo gritando desde la sala.
—¡NO PORQUE ME ENVENENARAS! —Le conteste poniendo una película en la laptop.
—¡NO HARÍA ESO! ¡DAMON ME MATARÍA! ¡BAJA Y COMPRUEBALO!
—¡HAZ LO QUE QUIERAS! ¡SOLO NO DESORDENES!
Me puse los audífonos, y el volvió a decir algo que no pude descifrar por la música de las películas, y decidí ignorarlo.
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Esquizofrenia ~ulquihime~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora