I

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Seguramente alguna revelación está cerca;
Seguramente la Segunda Venida está cerca.
¡La Segunda Venida! Apenas pronunciadas esas palabras
Cuando una vasta imagen del Spiritus Mundi
Inquietó mi vista: en algún lugar en las arenas del desierto
Una forma con cuerpo de león y cabeza de hombre,
Una mirada vacía y despiadada como el sol,
Mueve sus pausados muslos, mientras por doquier
Circundan las sombras de las indignadas aves del desierto.
La oscuridad cae de nuevo; pero ahora sé
Que veinte siglos de un pétreo sueño
Fueron contrariados hasta la pesadilla por el mecer de una cuna,
¿Y qué tosca bestia, cuya hora llega al final,
Cabizbaja camina hacia Belén para nacer?

"La Segunda Venida", de William Butler Yeats.

🌙🌙🌙🌙🌙

Lydia se movía por un pequeño lago en medio del bosque, donde la oscuridad la inundaba. Tenía frío. Sus pies tocaban piedras en el fondo. En medio de la nada, escuchaba una voz.

—Dime lo que eres, Lydia. Dime lo que ves.

Un puente.

—Sigue moviéndote —animó la voz—. Describe lo que encuentras. Mantente concentrada.

Físicamente, Lydia no se encontraba en el lago. En su lugar estaba en una fría y blanca habitación de Eichen House, con una rígida bata blanca de hospital y la mente perdida por el agujero hecho en su cabeza. Por un segundo, Lydia fue consciente de esto.

—¿Qué me hizo? —preguntó.

—Amplifiqué tus habilidades. Algo que pueda salvar la vida de tus amigos.

La respiración de Lydia se entrecortó.

—Ahora, concéntrate en el puente... —continuó la voz—. En Theo. ¿Por qué dejo morir a su hermana?

—No lo sé.

—Aún no lo ves. Búscalo, Lydia. Sigue buscando.

Lydia volvió al lago. Su mente lo hizo. Y repitiendo la voz en su cabeza avanzó. No era profundo, podía ir caminando por el agua.

De debajo del agua, salió alguien. Lydia inmediatamente gritó, sintiendo que la sujetaban del brazo. Salió una chica. La hermana de Theo. El cadáver de la hermana de Theo en plena descomposición, con el pecho abierto.

Su corazón. No tenía corazón.

—Quería su corazón —murmuró Lydia, regresando a la realidad.

Frenéticamente, Valack comenzó a hojear en su cuaderno en busca de algo. Evidencia.

—No hay antecedentes de problemas cardiacos —dijo, leyendo sus notas y documentos—. Pero un trasplante haría a Theo una quimera genética como las otras. Las condiciones hipotérmicas mantendrían el órgano viable. Pero, ¿por qué él? ¿Por qué elegir a un niño de diez años dispuesto a matar a su propia hermana?

—¿Por qué le importa? —preguntó Lydia quedamente.

—Porque Theo fue el paso a la dirección correcta hacia los Doctores del Terror. Piensa quiénes son ellos. Paracientíficos que han prolongado sus vidas y retorcido las leyes de la naturaleza en busca de una meta. La creación del asesino perfecto. Y ahora lo han hecho.

—Pero Theo no sabe quién es el éxito. La última quimera.

—No importa. Hay una razón por la cual lo eligieron, una razón por la cual falló, una razón por la cual cambiaron sus métodos y por fin tuvieron éxito. Y todo empieza con Theo —hizo una pausa—. ¿Cuándo supieron de cierto que los doctores habían tenido éxito?

Killing /teen wolf |running #5|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora