Killing /teen wolf |running #5|

XVI

—Es hora del plan —exclamó Hannah, alcanzando a Isaac por los pasillos. Isaac le dirigió una mirada, cuestionándola sobre lo que había estado haciendo, pero no dijo nada—. ¿Estás listo?

—Siempre —afirmó.

En ese momento, se encontraron con Parrish. El oficial estaba con la mirada perdida pero decidida. Sin embargo, con tan solo verlo, Hannah supo que no era él. No enteramente, al menos.

Sus ojos eran de la misma sombra que el fuego radiante que emanaba su cuerpo semidesnudo.

—Cerberus —saludó con naturalidad en griego. Parrish le dio una mirada vacía, que cambió a respetuosa cuando los ojos de Hannah se iluminaron de rojo—. Hagamos esto.

🌙🌙🌙🌙🌙

—Concéntrate, Lydia —indicó Valack a la Banshee, y ella lo intentó. Intentó ignorar el vacío en su estómago al pensar en el peligro que corrían Hannah y sus amigos, y a Stiles escondiéndose a unos cuantos metros de ellos.

—¿Qué me hizo? —inquirió Lydia quedamente.

—Aumenté tus habilidades. Algo que puede salvar la vida de tus amigos.

La mirada de Lydia se perdió.

—Theo y Hayden. Lo encontraron. Estaban buscando a Noah, pero encontraron el símbolo. Un círculo dentro de otro círculo, tallado en la pared. El símbolo de la manada de Scott.

—Era más que un símbolo, ¿no? Era una promesa de reunirlos —concluyó el doctor.

—Sí.

—¿Y ya lo hizo? ¿Scott vendrá por ti?

—Alguien viene —musitó Lydia—. Pero no es Scott.

  🌙🌙🌙🌙🌙 

Scott y Liam estaban luchando con otra cosa. No podían pasar el serbal, al ser seres sobrenaturales.

Tenían ambas manos presionadas con fuerza contra la puerta, contra el muro invisible que les impedía la entrada, y estaban intentando con todo su poder pasar pero inevitablemente después de mucho intentar, los lanzó por los aires con fuerza.

—Nunca lo atravesaremos —jadeó Scott.

—Lo has atravesado antes, ¿verdad? —preguntó Liam.

—Fue una situación de vida o muerte —excusó.

—¿Y esta no lo es?

—No es solo un círculo. Hay serbal en medio edificio.

En ese momento, Scott se estremeció de dolor. Alzando su camisa, observó que su herida no estaba sanando y que por el contrario, estaba empeorando.

—Stiles y Lydia tenían cinco minutos para entrar y para salir. Han pasado casi diez, el reinicio terminó —dijo Liam.

—Y la llave ya no funciona.

—Y hay cuatro guardias de seguridad.

—¿Qué guardias? —preguntó Scott, confundido, ya que estaba dándole la espalda al pasillo.

—Esos guardias —señaló Liam. 

  🌙🌙🌙🌙🌙