Killing /teen wolf |running #5|

XX

—¿Cómo estás, Corey? —preguntó Hannah, apareciéndosele al chico de la nada en los vestidores. Corey dio un salto, sorprendido al encontrarla ahí—. Debes de mejorar tu oído, llevo aquí cinco minutos y no te diste cuenta.

—B-bien —balbuceó Corey, abriendo los ojos de par en par. La presencia de Hannah era imponente, aunque tuviera puesta una de esas tontas sudaderas a juego que decía "I love you", con una imagen de Leia. Corey casi apostaría a que Stiles tenía la otra parte, y estuviera casualmente recargada contra los casilleros, con la mirada tranquila y aburrida—. Linda sudadera —dijo, sin saber qué más decir.

—La de Stiles dice: "I know", y tiene una imagen de Han Solo. Es bastante tonto pero fue nuestro regalo de aniversario —respondió Hannah, como si intentara hacer conversación. Corey era consiente de cada movimiento de Hannah, y estaba alerta—. Segundo error.

—¿Qué?

—El primero fue no escucharme llegar y el segundo mostrar que me tienes miedo.

—Es que te tengo miedo —admitió Corey, mordiéndose el labio. Hannah puso los ojos en blanco.

—Niño, si te quisiera muerto ya lo estarías.

—Eso... no me hace sentir mejor.

Hannah suspiró.

—Solo vine a saber si estabas bien. Derek me dijo que estabas sanando, pero Parrish te lastimó bastante.

—No puedo culparlo —murmuró Corey, bajando la mirada—. Quiero decir, yo te lastimé.

—No merecías eso. Tenías miedo. Tienes miedo. Estabas intentando defenderte.

Corey alzó la vista, mirándola confundido. Estaba siendo honesta. Por un momento no comprendió lo que sucedía. Hannah parecía tan incómoda como él, tambaleándose en sus talones mientras miraba a cualquier lado excepto a Corey.

—Estoy bien —dijo finalmente—. Gracias por decirle a tus amigos que me ayudaran. No tenías que hacerlo, en serio.

—No iba a dejarte morir...

—¿Por qué no? —La interrumpió—. Estaba del lado de Theo. Tenías que hacerlo.

Hannah se quedó callada un instante, buscando las palabras que quería decir. Finalmente, dio un paso adelante, acercándose a Corey.

—Yo tenía un Alfa bastante malo antes. Solía hacer lo que él quería, muchas veces por miedo a que me hiriera a mí o a mis seres queridos si no lo obedecía. Lo entiendo —hizo una pausa—. Aunque hubiera preferido muchísimo que no me hubieras encajado ese cuchillo.

Corey se sonrojó, avergonzado. Hannah soltó una carcajada, dejándole ver que estaba bromeando. Sonrió, notando que el chico se relajaba visiblemente.

—¿Qué dijeron tus padres cuando llegaste con el cuerpo entero quemado?

—Apenas notaron la primera vez que morí —admitió Corey—. Estaban felices porque podían demandar al hospital.

Hannah asintió, sin decir nada en un principio. Finalmente, caminó hacia Corey. El chico se quedó estático, observándola fijamente.

—¿Quieres mi consejo? Vete de aquí. Vete de Beacon Hills y no mires atrás.

Iba a irse, pero Corey la detuvo, tomándola del brazo.

—¿Eso fue lo que tú hiciste? ¿Huiste? —preguntó tímidamente, mirándola con ojos curiosos. Hannah se quedó quieta, como si algo más la hubiese distraído. Luego, volvió su atención a Corey.