EXTRAS

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EXTRA #1:

—Hannah Hale, ¿qué estás haciendo? —preguntó una voz detrás de ella, haciendo que Hannah se paralizara al instante.

—Nada... Solo quería aire fresco —mintió, aunque la situación era bastante obvia, y Lydia, recargada contra el marco de la puerta enarcando una ceja, lo sabía.

Lentamente, Hannah se dio la vuelta, revelando su rostro. Estaba con medio cuerpo fuera de la ventana, y los cables de las maquinas a las cuales se suponía debía permanecer conectada seguían pegados a su cuerpo. La bata típica de hospital cubría a Hannah apenas, pero no había rastro de vergüenza en su rostro.

—¿Estabas intentando escapar? —preguntó Lydia, incrédula.

—Solo quería salir un poco —intentó decir Hannah, lentamente regresando a la habitación, intentando no hacer ninguna mueca que revelara su dolor. Lydia suspiró, cansada, y caminó para ayudarla a regresar a la cama.

—Aun estás herida —le recordó, como si fuera una niña pequeña.

—¡Pero me aburro demasiado aquí! —se quejó.

—Me alegro de escuchar esto, porque justamente aquí te traigo la tarea de hoy —Lydia volteó de reojo a ver la pila de libros en la mesa de noche de Hannah—. Suponiendo que ya hiciste la de ayer, por supuesto.

—Lydia, si viniste a matarme hazlo ya —exageró Hannah. Lydia puso los ojos en blanco ante su obvia actuación.

—Estás sanando, pronto saldrás de la habitación de hospital.

—Estoy sanando muy lento —la corrigió Hannah—. Para cuando salga, Stiles ya estará casado con dos hijos y yo estaré postrada en esta cama, a donde estoy destinada a estar por toda la eternidad.

—Deja de ser una diva y recuéstate —ordenó Lydia, antes de que una idea iluminara su cerebro, sonriéndole maliciosamente a su amiga—. Si te cuidas, te recuperarás pronto, y mientras más pronto te recuperes, más pronto podrás tener sexo con Stiles.

—No me digas que Liam te contó —suspiró, su rostro ligeramente teñido de rojo.

—Oh, sí. Ahora, ¿prometes portarte bien y no intentar escaparte?

—Bien —gruñó.

—¿A dónde planeabas ir de todas maneras? No eres Spiderman para saltar de un piso a otro.

—Iba a saltar —se encogió de hombros, sin inmutarse—. Calculé que sobreviviría a la caída y estaba desesperada.

Lydia parpadeó, sin poder creer que Hannah estuviera hablando en serio. Cuando vio que no era broma, suspiró.

—No sabes cuántas ganas tengo de envolverte en papel burbuja, niña tonta.

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Unos días antes, Hannah había tenido mucho dolor. Siendo ella, no había dicho nada, quedándose en su habitación viendo al techo intentando ignorar que por dentro se sentía como si estuvieran quemándola, hasta que no pudo soportarlo y comenzó a llorar. Melissa, sin saber qué hacer, había llamado a Deaton. Derek, para variar, no contestaba el maldito teléfono celular. Deaton había dicho que lo más probable era la reacción de su cuerpo sanándose después de que Theo hubiera casi absorbido su poder y con analgésicos se sentiría mejor.

Claro que al ser una mujer loba, los analgésicos tenían que ser increíblemente fuertes, y así fue como Stiles encontró a Hannah cuando llegó corriendo de la escuela, aventando su mochila al sofá sin voltear a ver dónde caía al haber recibido la llamada de que su novia se encontraba mal... totalmente drogada en analgésicos. No se dio cuenta de primera instancia, caminando hacia la cama donde ella estaba acostada con los ojos cerrados, sentándose en el borde.

Killing /teen wolf |running #5|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora