Killing /teen wolf |running #5|

XXVII

Hubo una pequeña explosión. Scott, Liam y Hannah trataron de cubrirse cuando pasó. Uno de los doctores del terror cayó a sus pies. Vieron a la Bestia y él tenía otro de los doctores en sus manos. Le arrancó la cabeza como si fuera nada y lo aventó. Los demás solo podían ver con horror. De un solo movimiento, la Bestia rasguñó a Theo profundamente, aventándolo a un lado.

-No se muevan -ordenó Hannah a Scott y a Liam, mirando a la Bestia con ojos vigilantes, lista para lanzarse como distracción con tal de ganarles un par de segundos a sus amigos.

La Bestia se acercó al último de los doctores que permanecía con vida aparentemente, su figura imponente acaparando casi toda la habitación.

-Éxito -dijo el doctor de la muerte. La Bestia le clavó las garras y lo arrastró hacia la salida.

-Síganme en silencio -dijo Hannah, saliendo lentamente después de la Bestia.

La Bestia arrojó el cadáver del doctor de la muerte, y justo al darse la vuelta, Parrish en forma de sabueso del infierno, cubierto totalmente de fuego, lo atacó. La Bestia rugió, tirando a Parrish al suelo. De entre los bosques, los Argent aparecieron, Chris disparando con su escopeta hacia la Bestia.

La Bestia trató de huir, pasando el puente pero finalmente cayendo de rodillas y transformándose en humano. Solo que ya no era Mason. El hombre se puso de pie.

-¡La Bestia de Gevaudan! -Gritó Gerard-. ¡Sé tu nombre! -el hombre volteó a verlo, impasible-. ¿Recuerdas el mío?

-Argent -respondió Sebastien con un fuerte marcado acento francés, lleno de rencor. Salió corriendo, y Parrish lo siguió.

-¿Quién diablos era ese? -preguntó Scott.

-Vieron a la Bestia de Gevaudan -dijo Gerard-. Ese era el hombre. Sebastien Valet.

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-¿Síndrome del gemelo desaparecido? -preguntó Deaton, un tanto escéptico, mirando a los papeles que le había dado Stiles, quien caminaba a su lado en la clínica veterinaria. Al parecer, por eso Mason era una quimera. Había compartido ADN con su hermano antes de... bueno, casi literalmente tragárselo.

-Es parte de tu especialidad, ¿verdad? -preguntó Stiles, ansioso. Había algo que lo ponía de nervios, más que de costumbre, pero no sabía identificar qué era.

-No, no en particular -negó el veterinario, poniendo sobre la mesa de laboratorio el ultrasonido donde se mostraba a los dos hermanos en el vientre de la madre.

Se escuchó el ruido de la puerta trasera abriéndose, alertando que alguien había entrado a la clínica. Por la puerta aparecieron Scott y Liam, cargando a uno de los doctores de la muerte que había logrado sobrevivir encabezados por Hannah, quien al ver a Stiles hizo una mueca.

-Hola, amor, ¿cómo has estado? -preguntó Hannah, intentando actuar como si fuera lo más normal del mundo.

-Hannah... -murmuró Stiles, abriendo los ojos de par en par.

-Oh, ¿esto? -Señaló al doctor de la muerte, bufando-.Es solamente otra terrible idea de tu mejor amigo que probablemente consiga que nos mate pero todo está bien. ¿Cómo ha estado tu día?

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-¿Puedes mantenerlo con vida? -preguntó Scott a Deaton, con todos los demás reunidos alrededor de la camilla donde habían puesto al casi inconsciente doctor de la muerte.