XXVIII

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Scott, Liam y Hannah entraron a la habitación de Lydia en silencio. Hannah agradeció que todos estuvieran demasiado distraídos para notar la manera en que Lydia la veía, y tratando de calmarla, se sentó a su lado en la cama y entrelazó sus dedos con los suyos.

Lentamente Hannah comenzó a explicarle el plan, haciendo una mueca mientras lo contaba porque honestamente no le gustaba.

—No tienes que hacerlo —añadió cuando terminó—. Aunque realmente nos ayudarías.

—Lo haré —dijo Lydia sin titubear, con la voz ronca. Scott y Liam la ayudaron a enderezarse, ignorando las muecas de dolor de Lydia.

Melissa y Stiles entraron en ese instante. Los ojos del chico se posaron inmediatamente en la manera en que Hannah y Lydia se veían, y sus manos entrelazadas. Probablemente, y conociendo a Hannah, estaba ansiosa y preocupada por Lydia, pero aun así no podía evitar sentir que había algo más.

—Lydia, esto va a tener que ser entre nosotros, ya que me pueden despedir —murmuró Melissa en voz baja.

—Es una inyección de cortisona —explicó Scott—. Bajará la inflamación.

Lydia asintió lentamente. Hannah le dio un apretón a sus manos entrelazadas, y musitó:

—Absorberé tu dolor, lo más que pueda.

—No —se negó Lydia, volteando a ver a su amiga—.Necesitas conservar tus fuerzas.

—Tomaré lo necesario —prometió Hannah. Lydia quiso debatir, pero su garganta dolía y recordó que le había dicho a Hannah que no dejaría que los chicos se enteraran así que asintió.

Hannah evitó la mirada de los demás, temiendo que si hacia contacto visual con alguno de ellos se delataría inmediatamente. Delicadamente e intentando controlar el temblor en sus manos, le quitó la venda de la garganta a Lydia, pues ahí le pondrían la inyección para que el efecto fuera mucho más rápido. Stiles hizo una mueca al ver la mancha de sangre extendiéndose por la herida de Lydia en el cuello.

—No puedo ver eso, necesito irme —balbuceó.

—Quédate —pidió Hannah suavemente. No quería estar lejos de Stiles más de lo necesario. Si la visión de Lydia se volvía realidad, quería aprovechar cada segundo con Stiles—. Por favor —añadió.

Stiles asintió, sin saber qué más decir. Hannah se estaba comportando extraño. Le daba miedo, aunque no sabía exactamente por qué. 

Liam fue el que se desmayó, cayendo al suelo como peso muerto. Hannah tomó aire, y miró a Scott, diciéndole con la mirada que se encargara de él.

—Él también es tu hijo —refunfuñó, pero yendo hacia Liam para comprobar que estuviera bien. Hannah sonrió.

—Muy bien, Lydia, esto va a doler mucho —dijo Melissa, inyectando a Lydia. Hannah sintió el dolor de Lydia correr por ella, y sin pensarlo comenzó a absorber su dolor. No podía absorber todo, pero tomaría lo más que pudiera para evitarle sufrimiento.

Cuando terminó, se sintió un tanto mareada. Balbuceó algo sobre conseguir una Coca Cola mientras preparaban a Lydia para irse. Stiles la siguió inmediatamente.

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—¿Estás bien? —preguntó Stiles, recargándose con el hombro a la misma pared donde Hannah estaba recargada, afuera del cuarto de Lydia en el hospital.

—Solo estoy preocupada por Lydia —mintió Hannah, haciendo una mueca.

—No fue tu culpa, ¿sabes? —murmuró Stiles, acomodando un pedazo de cabello detrás de la oreja de Hannah—. No puedes mantener a todos a salvo, Hann.

Killing /teen wolf |running #5|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora