Killing /teen wolf |running #5|

XXIX

—Es una herencia familiar —continuó diciendo Sebastien. Lentamente, Hannah comenzó a moverse de tal manera que quedaba frente a Liam y a Scott, inconscientemente escudándolos—. Quisiera recuperarla, por favor —la voz de Sebastien era inusualmente tranquila, casi pacífica. A Hannah le ponía la piel de gallina. Sus instintos estaban alertas. Esto no iba a salir bien.

—Toda tuya —dijo Scott—. Solo entréganos a Mason.

Sebastien hizo una mueca.

—Por desgracia, no sabría dónde comenzar. Y aunque me han beneficiado sus recuerdos, no me serviría de mucho el alter ego.

Scott y Hannah se voltearon a ver, tomando silenciosamente una decisión. De la misma manera, Hannah volteó a ver a Liam. Liam asintió casi imperceptiblemente.

—Por desgracia... no me importa un carajo si tengo que matarte para recuperar a mi amigo —canturreó Hannah, iluminando sus ojos de rojo escarlata. Al mismo tiempo, Scott hacía lo mismo. Liam iluminó sus ojos de dorado y sacó las garras, poniéndose en posición para luchar. 

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El bastón cayó lejos en el suelo mientras la Bestia acababa con Scott, Liam y Hannah. Sus garras eran enormes, su tamaño descomunal y su fuerza imparable. Intentaban seguirle el paso, poniéndose de pie cada vez que caían, pero la herida de bala volvía más lenta y menos precisa en sus golpes a Hannah.

Eventualmente, no pudieron soportar más. Fueron lanzados al suelo, sonidos de huesos rompiéndose cuando azotaron contra el piso. Hannah estaba segura de que su pierna estaba en un ángulo bastante extraño y le dolía respirar. Todo daba vueltas. Mientras estaba tirada en el suelo, vio a la Bestia acercándose a Scott. Se lanzó hacia Scott, escudándolo con su cuerpo.

—No lo toques —gruñó Hannah, rugiendo. Hannah pudo jurar que la Bestia en su modo animal, sonrió. Tomándola del cuello como si fuera nada, la azotó contra la pared desgarrándole el cuello con las garras. Luego, le encajó las garras en el vientre antes de mandarla lejos, teniendo a Scott a su merced. Hannah cayó inconsciente.

La Bestia se trasformó en humano, de nuevo en Sebastien. Tomó a Scott del cuello y lo alzó en el aire, fácilmente.

—Eres fuerte —dijo Sebastien—. De eso no hay duda. Pero ninguno de ustedes lucha con instinto asesino.

Apretó el agarre en el cuello de Scott, sonriendo cuando escuchó los huesos crujir. Liam consiguió pararse, tomando la lanza.

—Liam, espera —exclamó Scott, con dificultad—. Aun podemos salvar a Mason.

—¿Quién te va a salvar a ti? —jadeó Liam.

—¿Qué clase de lobos son ustedes?

Liam se lanzó contra Sebastien, pero éste fácilmente lo empujó lejos. Liam cayó al lado de Hannah, con la lanza entre ellos. Scott luchó en busca de aire, no podía respirar. Lo estaba ahorcando. Las garras de Sebastien se clavaron en la nuca de Scott, y entonces frunció el ceño. No podía creer lo que veía, lo que veía en los recuerdos del Alfa. Era su hermana.

—Marie-Jeanne —dijo Sebastien, sin poder procesar lo que había visto. Era ella. ¿Cómo era posible?

Hannah aprovechó que Sebastien estaba distraído y confundido, para ayudar a Scott a zafarse de su agarre, jadeando. Lo alejó del caos, sintiendo como cada parte de ella estaba rota.

—Mason —exclamó Lydia, apareciendo de la nada. Sebastien se acercó a ella amenazadoramente, convirtiéndose lentamente de humo a Bestia.

—Creo que tienes que gritar más fuerte —balbuceó Kira.