Solo hay dos personas en mi vida que han pasado a lo que yo le llamo la prueba de fuego. Prueba que muchos ni siquiera se atreven a tomar por temor a perderla. Y decir que ambos han sido ángeles para mí, ya que me han ayudado a mejorar. Los dos fueron hombres; uno me enseño a madurar como persona y sobre todo que la paciencia es la clave del éxito y el otro me enseño que tolerar es una cualidad de triunfadores.
Soy una persona en ocasiones muy irritable, y admito algo despistada, cambio de ánimo muy constantemente y a veces lastimo a quienes más quiero con mi forma de ser. Por ejemplo ahora ciento una grandes nostalgias en mi alma, siento una tristezas tan hondas, no soy lo suficientemente valiente para mostrar mis sentimientos. Tengo tanto miedo a ser lastimada que no me atrevo a arriesgarme, y siempre vivo evadiendo, evadiendo y evadiendo, toda la felicidad que podría llegar a mi vida. Me he visto tantas veces terminar mi vida sola, que en ocasiones hasta me lo he creído posible. He dejado escapar tantos suspiros, tantos intentos, tantos deseos de querer y no hacer.
A veces no me creo capaz de perdonar a mi ofensor. A veces digo de boca perdonarlo pero mi corazón lo recuerda, y me dice: -no olvides que te lastimo sin razón o causa que lo justifique... es entonces cuando me digo a mi misma ¡vil hipócrita! Como quieres que te perdonen si no olvidas las ofensas propagadas hacia ti. Acaso has olvidado que como perdones serás perdonada. Cuantas veces le he pedido a Dios el no haber existido, para así no tener que rendirle cuentas por mis malas acciones, cuantas veces he deseado olvidarlo todo de una vez y comenzar de nuevo; formatear mi vida y memoria como si fuese un computador y reiniciar todo de nuevo. ¡Cuántas veces lo he intentado! Pero qué difícil es olvidar cuando alguien te lastima, que difícil es comenzar de nuevo cuando alguien se burla de ti con arrogancia por tus intentos, y luego pretende que nada paso, cuando te necesita.
El primero es Gabriel, quien me enseño que el perdón eleva al ser humano y que la paciencia doblega los límites del tiempo, me enseño con su práctica, que no ser pronto para hablar es de personas muy inteligentes y que el estar presto para escuchar en silencio, es una virtud muy escasa; que solo los grandes poseen. Realmente aprendí de Gabriel muchas cosas positivas, que me ayudaron a crecer como ser humano y otras que tal vez ignoré por mi inmadurez y cobardía. El quería mostrarme el mundo real, pero tal vez yo no estaba lista para ello.
Mientas que Miguel, como se llama el segundo chico; cuanto te quiero, que no imaginas, cuanto errores me toleraste días tras días, cuan tierno eres Miguel, y yo que cobarde soy, cuantos males te abre causado, consciente o inconscientemente por mis estupideces y evasivas sin motivos, reales que las sustenten... ¡Que tolerante has sido con migo! Tal vez otra persona con otro carácter; me hubiese mandado al carajo sin pensarlo dos veces, pero tu Miguel has decidido dar la batalla cueste lo que cueste, aunque con mis palabras te desgarraba la piel, seguías caminando hacia adelante y mostrando que aún hay mucho de ti para dar a todos los demás; y sabes que... Ese fue tu mejor golpe, eso para mí es lo que te hace grande, porque con tu forma de ser me das tremendo nockeau. A veces quería sacar al ogro de ti para demostrarte que no eres tan bueno como creías, y entonces, es cuando te portabas mejor, es cuando más me mostrabas que eres más de lo que creía, y es donde yo decía; ¡wao este chico vale oro! ¡Valóralo Yenli! Pero tan pronto como termino la frase; vuelvo y la cago, y con tremendo embarre. Tu inmensa tolerancia a doblegado mi ser, y me ha mostrado que se puede llegar a ser mejor persona, ustedes me han mostrado que en el mundo existen maravillosas personas capaces de construir en vez de destruir, capaces de tolerar en vez de ofender, capaces de ser únicos y mantener su integridad, personas que se atreven a faltarse a sí mismos/as antes de faltar a alguien más.
Esas, Gabriel y Miguel, las que mencioné, son algunas de las razones por las cuales les aprecio y nunca, pero nunca podre olvidarlos. Gracias por soportarme y felicidades, ambos pasaron la prueba y se graduaron con honores.
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¡Más Que un Sueño!
SpiritualSi buscas razones para vivir y ser feliz, te aseguro que este libro será como tu postre favorito, no podrás dejar de leerlo. Más que un sueño no es solo soñar; es trabajar duro para ver tu sueño hecho realidad, y busca sobre todo hacerte saber que l...