Capítulo 7

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It's not over, we're one step away

- Bien, aprieta ese fusible... calibra bien el sensor de propulsión...

- Quedate calladita, ¿quieres, nena?

La respuesta que obtuvo Wheeljack, fue una mirada mortal por parte de Deshelia.

- Vuelve a llamarme así, y te arranco tus procesadores vocales- dijo, molesta.

El Wreker rió, sin tomarse en serio la amenaza. Deshelia se irguió, pensando seriamente en demostrarle que iba en serio, pero pronto tuvo el servo de Bumblebee anclado en su brazo. Compartió una larga mirada con su mejor amigo antes de volver a sentarse. Él la soltó cuando estuvo seguro de que no saltaría sobre el soldado.

Su amiga tenía la misma capacidad de aguante que un Predacon mal educado, y más cuando los bots no se la tomaban en serio. No tenía paciencia, y el llevar cerca de varios ciclos montando el arma, sobre todo cuando el Wreker no la dejaba participar, la exasperaba.

Deshelia se asomó por encima del hombro de Wheeljack, tratando de ver la fabricación, y él suspiró. Fue Bumblebee el que tuvo que agarrarla del brazo para apartarla del armero. Ella le echó una mirada mortal, pero eran amigos desde hacía demasiado tiempo como para que Bumblebee se sintiera mínimamente amenazado: el Rastreador se limitó a soltarla de nuevo en uno de los soportes. Al fin, Wheeljack terminó de fabricar el arma.

- Bueno, he terminado.

A Deshelia le faltó tiempo para colocarse junto a él, ansiosa por ver su diseño. Era una metralleta, sí, pero no lo aparentaba, tal y como estaba previsto. Tenía dos cañones y la doble inserción quedaba hacia abajo y algo inclinada, para que se pudiera desplegar cómodamente sobre el servo de los Autobots y luego ocultarse, siendo un arma ligera con muchísima más potencia de lo usual.

Sonrió, encantada, y le palmeó el hombro a Wheeljack:

- Increíble. Gran trabajo.

El Wreker sonrió y asintió, antes de dejarle sitio a su compañero y a Bumblebee.

- No habría nada que hacer si el diseño no fuera bueno- añadió. Deshelia aceptó el cumplido en silencio y con una sonrisa curvando sus metálicos labios.

- Enhorabuena, a los dos- dijo Bulkhead-. Esta pequeñina va a hacer mucho daño entre esos pedazos de hojalata despreciables.

Ella rió.

- Esa era la idea. Pero gracias, Bulkhead.

- Un trabajo alucinante- coincidió Bumblebee, que miró con orgullo a su amiga.Solo él sabía las horas de recarga que aquel prototipo le habían robado a su amiga.

- Bueno- dijo Wheeljack, girándose hacia ella-, ¿quieres hacer los honores?

Ella parpadeó, confundida.

- ¿Cómo dices?

- ¿No te vas a armar con ella tú misma?- dijo el Wreker, igualmente confundido.

- Eh... - ella luchó por encontrar una respuesta.

Deshelia no pudo más que tragar Energion: ella no podía armarse con armas ligeras. Su padre la descubriría enseguida, y aunque no lo hiciera... todo Autobot tenía que pasar por controles rutinarios en los escáneres, para ratificar que no había contraído el virus que el mismo Megatron había diseñado hacía varios siglos y que se había llevado por delante casi la mitad de las tropas Autobots.

Hacía siglos que no había una nueva epidemia, pero los controles rutinarios eran obligatorios. En cuanto ella se colocara bajo uno de los sensores, este detectaría que estaba armada. Y a ver como se lo explicaba a su padre.

Transformers Prime: Hija de la GuerraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora