Capítulo 12

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No tengo perdón de Primus, lo sé. Pero he estado realmente agobiada con miles de cosas y encima, cuando por fin terminé exámenes, exposiciones y un largo etc, me ha salido trabajo y un bloqueo de inspiración más grande que la cabeza de un ninot de Falles.

Pero por fin lo he superado, más o menos, así que aquí tenéis nuevo cap y espero no tardar con el siguiente. 

En este cap hay muchas anotaciones, tanto de términos cybertronianos que tienen su equivalente real, como en expresiones coloquiales de por allí, hasta otras cosas que me he inventado (con cabeza, espero), porque san Google no lo sabe todo y bastantes vacíos de información en cuanto al mundo de Cybertron en general se refiere. Todo lo tenéis al final del capítulo, con sus numeritos. 

Y ahora, os dejo a la Deshelia más manipuladora que hemos visto nunca!!!

Por cierto, esto es un ninot:

Que conste que no todos son tan

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Que conste que no todos son tan... escalofriantes. He cogido esta foto porque se nota perfectamente el cabezón. Suelen ser más bonicos y las fallas son alucinantes, jurado, que este sábado estuve en Valencia. 

Españoles, manifestáos y dadme la razón xD.

Os dejo ya con el cap!!!

***

When life pushes me, I push harder

Deshelia, aún oculta por el holograma, atravesó los pasillos a la carrera y entró en su habitáculo. Sin pensar en las sospechas que podría despertar verla entrar con el holograma en su habitáculo, cerró de un portazo y se arrancó el disco holográfico del pecho antes de lanzarlo a la otra punta de la habitación. Se sentó en una esquina y se llevó las manos a la cabeza: le temblaban.

Echó la cabeza hacia atrás y se mordió los labios para no gritar: casi mataba a Bumblebee. A Bumblebee.

La vista se le desenfocó por el lubricante que empezaron a derramar sus ópticos. Si Bumblebee hubiera tardado un par de nanocliks (1) más en hablar, ella le hubiera perforado el pecho.

Primus.

Una sospecha la embargó: ¿y si aquello era por lo que su padre no la dejaba pelear? ¿Y si no le prohibía pelear para protegerla a ella, sino para proteger a todos los demás? ¿Para que no los acabara matando a todos, a sus aliados, a Autobots? De repente, veía la prohibición de su padre como lo más sensato del universo, ¿cómo confiar en alguien que no sabía distinguir amigo de enemigo? ¿Alguien que casi mataba a su mejor amigo?

Ahora no podía reprocharle nada a su padre. De hecho, estaba deseando correr a su despacho y pedirle que la encerrara en la celda más profunda que hubiera disponible. Era un peligro para los Autobots.

Soy un peligro.

Soy un monstruo.

- Deja de decir tonterías, Deshelia, o te juro por los Trece Primes que te las voy a sacar del procesador a golpes- oyó un gruñido y al subir la cabeza, vio a Bumblebee cruzado de brazos.

Transformers Prime: Hija de la GuerraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora