Capítulo 20

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Retrocedió un paso, luego otro. Otro más.

Se agachó para evitar la estocada y saltó hacia atrás. Un dolor agudo irradió desde su cadera, donde una cuchillada de su rival le había alcanzado hacía unos cuantos ciclos atrás.

¿O habían sido megaciclos?

Optimus ya no lo sabía. Había perdido la noción del tiempo mientras trataba desesperadamente de hacer retroceder a Megatron, de evitar que sus Autobots cayeran, evitar que los Decepticon destruyeran Protimax, o peor, que se hicieran con su control.

Pero las filas de Decepticons se extendían más allá de toda vista, una tras otra. Sin importar cuantos mataran sus valientes soldados, los de Megatron parecían ser infinitos.

Por Primus, ¿de dónde sacaba tantos soldados?

Y Megatron, el mech al que había considerado un hermano... lo miró cuando un bloqueo por su parte los obligó a ambos a retroceder un par de pasos. Los ópticos rojos de Megatron relucían con la excitación del combate y desde los servos hasta casi los hombros, su exoesqueleto plateado estaba cubierto de Energion.

Optimus sabía que ese Energion era de los Autobots que habían intentado detenerlo en vano.

El Prime sintió cómo la rabia burbujeaba en su organismo, opacando por un momento el dolor y la pena que le provocaba ver a su antiguo amigo en aquella situación.

Atacó con renovadas fuerzas y consiguió que su espada atravesara el hombro de Megatron. Su antiguo hermano rugió de dolor y Optimus se vio obligado a retroceder de un salto cuando seis Cons se le echaron encima. Su espada destrozó aún más el hombro de Megatron cuando la sacó con violencia, y a pesar de que trataba de evitar los golpes que le llovían desde todas partes, Optimus se las arregló para apuntar hacia Megatron: un disparo de su cañón lo mandó volando hacia atrás.

Oyó rugir a sus soldados cuando el gigantesco cuerpo de Megatron rebotó y se deslizó cincuenta metros sobre el suelo.

Optimus acabó con los Decepticons que le atosigaban y se volvió hacia donde Megatron había caído: sabía que no estaba muerto, y debía, por el bien de sus soldados y del planeta, debía matarlo y acabar con la guerra.

Se acercó, aún con el servo transformado en un cañón, y apuntó a su pecho. Megatron trató de incorporarse, pero solo consiguió quedar con una rodilla en el suelo. El líder Decepticon le sonrió al líder Autobot.

- ¿Acabarás conmigo, viejo amigo?

Optimus no dijo nada, pero subió el arma para que apuntara a la cara de su hermano. Debía de hacerlo, para terminar la guerra. Para asegurarse de que su pequeña no tuviera una razón para luchar.

Pero dudó.

Y ese instante de duda fue todo lo que necesitó Skyquake para abalanzarse sobre él y apartarlo de su amo. 

 

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Transformers Prime: Hija de la GuerraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora