Capítulo 19

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Un paso después de otro, primero lentamente, acelerando el ritmo después. Acercándose a la luz verde que despedía el Portal.

Un paso antes, ella estaba en el umbral de la base Wrecker.

Un paso después, y estaba en el mismísimo infierno.

Sus sentidos la bombardearon con tanta información que trastabilló y tropezó nada más poner un pie en el campo de batalla. Estuvo a punto de vomitar mientras su procesador se volvía loco tratando de analizar todas las amenazas que detectaba su cuerpo.

Detectó el Frío tratando de hacerse con el control de su cuerpo violentamente. Gritó y lo empujó hacia abajo. Ahora no. No podía perder el control en aquel momento. No con tantos Autobots a su alrededor.

Abajo el Frío abajo el Frío abajo el Frío abajo el Frío abajo el Frío.

Jadeó, tropezó, cayó y luchó por ponerse en pie. Abrió y cerró los ópticos varias veces, tratando de dejar de lado toda la información que la aturdía, intentando controlar el Frío... y lo que tenía ante ella la horrorizó. Siempre había pensado en las batallas como filas interminables de guerreros, luchando unos contra los otros con valor, Autobots en un lado, Decepticons en el otro. Siempre había imaginado que podría detectar de un vistazo quien era amigo y quien enemigo.

Nunca jamás se hubiera imaginado aquel... caos.

No había líneas. No había elegancia. No había gloria. Era un horror de barro, metal fundido y Energon desparramado. Gritos de dolor. Explosiones, fuego, disparos. Y muerte. Donde quiera que miraras, había muerte.

Jadeó y miró a su alrededor, buscando a Bumblebee. Su amigo ya corría hacia ella. Ella trató de centrarse, pero se sentía mareada, como si se hubiera tomado diez botes de Energon sobrecargado.

- ¡Desh!

Con el caos de la batalla, nadie procesaría el nombre.

Ella se forzó a tragar Energion. Se forzó a subir la guardia, correr hacia su amigo.

Pero sus sentidos amplificados detectaron un estallido del peligro y ella apenas pudo distinguir que ese peligro le caía del cielo: una aeronave, no sabía si Autobot o Decepticon, se precipitaba hacia ella con uno de los motores ardiendo. Su cuerpo reaccionó, corrió lejos de la zona de impacto y hacia su amigo, tirándolo al suelo para salvarlo de la embestida. Ambos rodaron sobre el suelo y se sostuvieron el uno al otro al incorporarse.

- ¡¿Estás bien?!- le gritó Bumblebee sobre su receptor de audio.

Ella asintió, no encontraba las palabras. Se sentía a punto de vomitar. Demasiada información, demasiados peligros, demasiadas amenazas. No podía pensar.

Abajo el Frío abajo el Frío abajo el Frío abajo el Frío abajo el Frío.

Otro estallido de peligro, muy cerca esta vez, y Deshelia saltó lejos de él por instinto, empujando a Bumblebee a la vez, apartándolos a ambos de la embestida de un tanque Decepticon que a punto estuvo de hacerlos papilla metálica.

Se golpeó la espalda y el casco al caer, y su cuerpo la bombardeó con estímulos dolorosos que alentaron al Frío a mostrar su fea y homicida cabeza.

Abajo el Frío abajo el Frío abajo el Frío abajo el Frío abajo el Frío.

Le estaba costando horrores. Se levantó a duras penas, gruñendo del dolor, que se atenuó un poco cuando otro nuevo estallido en sus sentidos la avisó del peligro un segundo antes de oír el grito de guerra de un Decepticon, que corría hacia ella con la espada en ristre.

Transformers Prime: Hija de la GuerraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora