Capítulo 9

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Break the skin, spread like poison

Ya eran altas horas de la madrugada. El ala médica estaba sumida en el silencio. Los pacientes sumidos en éxtasis no hacían mucho ruido y apenas había un par de Auxiliares, vigilando. Los dos bots se habían juntado, algo alejados de las camillas para poder charlar entre ellos sin molestar a los heridos.

Ambos miraban de vez en cuando a una de las camillas. Sin embargo, lo curioso de aquella camilla no era el paciente que la ocupaba. Era la femme que había caído en recarga junto a ella, con la cabeza apoyada sobre los brazos cruzados.

- ¿Crees que deberíamos despertarla y mandarla a su habitáculo?- murmuró uno de ellos.

- ¿Has perdido la cabeza? ¿Acaso no te acuerdas de que la primera vez que tratamos de despertarla casi me arranca el brazo?

- Ya, pero lleva recargando aquí casi un mes. No se separa de la camilla- replicó el primero. Su interlocutor bufó.

- Si quieres jugartela, adelante. Yo no me pienso acercar a ella, le tengo gran aprecio a mi cabeza.

El primer Auxiliar tragó Energion antes de acercarse con cautela a la femme dormida.

- Deshelia- llamó en un susurro. No hubo respuesta-. Deshelia- volvió a llamar.

Nada. El Auxiliar miró a su compañero, que le devolvió una mirada preocupada. El primero colocó, con suavidad, su servo en el hombro de la joven femme.

Entonces, los ópticos de ella se abrieron de golpe y agarró la mano que descansaba en su hombro. Giró sobre si misma a la vez que se levantaba y se alejaba, sin soltar el brazo, obligando al Auxiliar a doblar por completo el cuerpo con un grito de dolor.

- ¡Suéltale!- el segundo Auxiliar desplegó un blazer sobre su servo y apuntó hacia la femme.

- ¡Soy Autobot, soy Autobot!- gritó el retenido.

Ella parpadeó, asimilando la situación. Bajó la cabeza hacia el bot que tenía sometido antes de alzarla al que la apuntaba. Volvió a parpadear y súbitamente, soltó su presa. El bot cayó al suelo con un quejido y su compañero guardó su blazer.

- Lo siento- murmuró por lo bajo.

Se pasó una mano por el casca antes de recoger su data-pad y sentarse de nuevo junto a la camilla. Aferró la mano de Bumblebee, quien aún continuaba en éxtasis.

- ¿Es tu sparkmate?- preguntó el Autobot al que había reducido con tanta facilidad en un susurro, mientras se levantaba con la ayuda de su compañero.

- No. Es mi mejor amigo... lo más parecido que tengo a un hermano.

Siguió mirando a su mejor amigo, sin querer ni tener nada más que decirle a los dos Auxiliares que la miraban con pena. La femme ni siquiera se volvió cuando oyó como la puerta se abría y unos pesados pasos hacían eco. Supo quien era sin necesidad de mirar. No se volvió.

- Señor- ahí tenía la confirmación, en forma del profundo respeto que emanaba aquella simple palabra, nacida de los labios de aquellos dos Auxiliares.

- Dejadnos- la última prueba: Deshelia sería capaz de reconocer la voz de su padre en cualquier parte.

- Sí, señor- Deshelia tampoco se giró al oír como la puerta se cerraba tras los dos Auxiliares ni al escuchar los pasos de su padre acercándose. Solo apretó la mano de Bee con fuerza. Sabía a que venía su padre.

Casi se sorprendió cuando el armazón blanco y naranja de Ratchet apareció en su campo de visión, revisando las computadoras que estaban conectadas a su amigo. El experimentado médico se volvió hacia ella con una levísima sonrisa.

Transformers Prime: Hija de la GuerraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora