I feel the rage and I just can't hold it
Deshelia estaba sentada en su litera, con la espalda pegada a la pared y las piernas colgando por el borde, mientras que Bumblebee se sentaba a su lado pero girado hacia ella, con una pierna doblada y la otra colgando. Entre ambos, flotaba un holograma.
- Por última vez, ¡nada de amarillo!- dijo Deshelia.
- Pero, ¿por qué no? ¡Iríamos a juego!- insistió Bumblebee.
- ¿Es que eso no te parece suficiente excusa?
Bumblebee gruñó y se dejó caer en la litera de su amiga. El holograma que flotaba entre ambos representaba la figura de una femme y por ahora, su armazón era de un triste y roído color gris, nada que ver con el hermoso y perlado brillo grisáceo que predominaba en el exoesqueleto de Deshelia, aunado por los detalles violáceos.
Ese era el plan de Deshelia para el disco: crearse una nueva identidad. Su padre jamás le permitiría pelear, pero no haría nada si ella cambiaba su aspecto radicalmente y se presentaba con otro nombre. Además, el hecho de que sus hologramas fueran reales le permitiría ir armada de pies a cabeza sin llevar armas realmente, de modo que una vez se desacoplara el disco, no habría ni rastro de armas en su cuerpo, nada que los escáneres militares pudieran detectar.
- ¿Sabes? Creo que mejor el color de mi futuro armazón lo dejamos para el final...- murmuró Deshelia- No nos pondremos de acuerdo sobre eso ni en mil años.
- Concuerdo- asintió Bumblebee mientras se incorporaba-. ¿Qué vas a hacer con la cara? Porque por mucho cambio de color que hagas, si tu cara es la misma te reconocerán igual.
- Lo sé- Deshelia se masajeó el mentón-. Había pensado en ocultar constantemente mi cara con una placa facial. Creo que ni siquiera voy a diseñar una cara para el holograma, la placa de protección facial será permanente. ¿Qué opinas?
- No es mala idea, pero eso da pie a pensar que ocultas algo. Si tienes una cara que mostrar al mundo, a nadie se le ocurrirá pensar que no eres quien dices ser, porque en teoría, nadie puede cambiar de cara- terció Bumblebee mientras balanceaba la pierna que colgaba en el aire.
- Ya- accedió ella, entendiendo-. Pero si trato de diseñar una nueva cara para el holograma... puede quedar muy rara y falsa, ¿no crees? Quiero decir, una cosa es un cuerpo, basta con que quede simétrico, pero una cara...
Ambos amigos se quedaron callados de nuevo, sin poder moverse de aquella encrucijada. Bumblebee se quedó mirando a su amiga, y al mirarla a los ópticos, cayó en un detalle que les había pasado por alto.
- Lo que tienes que hacer, sí o sí, es cambiar el color de tus ópticos, Desh. Tienes un color de ópticos demasiado raro para que pase desapercibido.
Era cierto: los Autobots solían tener los ópticos de un color azul claro brillante, como el propio Bumblebee, o como Optimus, pero el rango de color iba desde el aguamarina hasta el violeta claro, siendo estos últimos muy raros. Y Deshelia había heredado su color de ópticos de la madre de su madre: color aguamarina oscuro, casi azules pero no del todo.
Deshelia subsanó aquel rasgo distintivo de inmediato: los ojos de la femme del holograma se volvieron azules claros, como los de Bumblebee.
Al ver aquel problema solucionado, Deshelia sonrió y sus ópticos chispearon.
- ¿Pensamos ya las armas?
- ¡Absolutamente!- aplaudió Bumblebee, incorporandose de su posición recostada con una sonrisa- Vale, en esto tú eres la experta. ¿Qué has pensado?
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Transformers Prime: Hija de la Guerra
FanfictionLa guerra por Cybertron ha comenzado. Dos bandos han sido creados: Autobots y Decepticons. Una nueva Generación ha surgido. La Generación de la Guerra. Más fuertes, rápidos, inteligentes, pero también más arrogantes, crueles, sádicos. Muchos...