Cuando recuperó la conciencia, supo que no estaba muerta porque no había forma de que la muerte doliera tanto.
Todo su cuerpo le dolía pero el hombro sin duda merecía una mención espacial. Se sentía tan débil. Intentó mirarse el hombro herido, pero incluso la acción de encender los ópticos le supuso un esfuerzo enorme.
Gimió, y un servo se posó con delicadeza en su frente.
- Yo que tú no me movería mucho. Después de perder tanto Energion necesitas descansar.
Encendió los ópticos a duras penas: Seaspray estaba a los pies de la camilla, los brazos cruzados sobre el pecho.
- Tengo la sensación de que esta no va a ser la última vez que lo diga, pero estás jodidamente fatal del procesador- anunció el Wrecker.
Deshelia abrió la boca para protestar.
- Dale un respiro- le interrumpió Wheeljack, quien apareció en su campo de visión al girar la cabeza-, no es como si no nos hubiera salvado el maletero a todos.
Si no hubiera estado tan ida en aquel momento, Deshelia se hubiera sorprendido al ver como Seaspray se limitaba a suspirar y asentir.
Su visión aún continuaba borrosa, y supo que esta vez, no tendría tanta suerte como en Protimax: sus heridas, especialmente la del hombro, eran demasiado graves para que el holograma las ocultara. Iba a tener que ingeniárselas para ocultar la gran cicatriz que le iba a quedar en el hombro. Por no mencionar que su padre estaba allí, y dado que estaba anclada en una camilla (y si el inmenso agotamiento que inundaba su cuerpo era una señal, no dejaría de estarlo en un tiempo), aquella vez "Hestia" no iba a librarse de una conversación con el Prime.
Chatarra.
Estaba de chatarra hasta el cuello.
Notaba a la Asesina en el fondo de su procesador, tranquila pero despierta. Deshelia se lo tomó como una señal de que, aunque no había peligro de que le arrancaran la cabeza, aún había cosas que hacer y solucionar.
Sacúdete el óxido y levanta. Hay mucha chatarra de la que ocuparse.
Había visto a NightVision seguir luchando con el cable femoral seccionado, y si él podía hacer eso, ella podía levantarse de aquella estúpida camilla aunque le faltara un trozo de hombro.
Un pitido empezó a machacarle los receptores de audio cuando su hombro se movió al empezar a sentarse en la camilla.
- ¡Quieta!
- ¡Túmbate ahora mismo, chatarra!
Deshelia ni siquiera pudo distinguir quien decía cada frase, pero apretó la mandíbula y ordenó a su cuerpo a terminar de sentarse. Le temblaban los músculos de los brazos, del pecho, de la espalda y de los abdominales, todos queriendo rendirse.
El sonido que salió de Deshelia era algo que los dos Wreckers junto a ella jamás habían oído.
- Tienes que...- insistió Wheeljack.
- Déjala- le interrumpió Seaspray.
Wheeljack miró a su compañero, hastiado, pero le encontró mirando a la femme con cautela y admiración en los ópticos, como jadeaba y tiraba, luchando por incorporarse.
Sois míos- pensó Deshelia, sin reparar en que tal vez, hablar a sus músculos no era del todo normal-, sois mis músculos. Me obedecéis a mí. Mi cuerpo. Me obedecéis. Mando yo.
Y aunque temblando y sufriendo por cada kibimetro que conseguía incorporarse, Deshelia se sentó en la camilla. Todo su cuerpo temblaba, exhausto y rabiando del dolor, pero había conseguido sentarse.
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Transformers Prime: Hija de la Guerra
FanfictionLa guerra por Cybertron ha comenzado. Dos bandos han sido creados: Autobots y Decepticons. Una nueva Generación ha surgido. La Generación de la Guerra. Más fuertes, rápidos, inteligentes, pero también más arrogantes, crueles, sádicos. Muchos...