9- Elevador

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Las relucientes puertas permanecían cerradas  mientras los dos hombres aguardaban frente a ella viendo como los números en la pantalla sobre ésta iban descendiendo.

Un sonoro "Ding" provocó que el más pequeño diera un brinco de sorpresa. Estúpido elevador pensó y las pesadas puertas se abrieron. Ambos entraron y en un completo silencioso las puertas se volvieron a cerrar.

-Y...- vaciló el más joven en un intento de romper el hielo- ¿No cree que se va a molestar su esposa?

-No tengo esposa

-Bueno, su novia- corrigió

-No tengo novia

-Entonces...su pareja- quizá era de ese tipo que no le gustan los títulos

-No hay nada parecido- respondió el pálido  sin decir más y el elevador se detuvo en el onceavo piso.

-oh, ya veo, es soltero -pensó

Ambos salieron del elevador, Jimin siguió a Yoongi por el amplio pasillo hasta que se detuvo frente a una de las puertas, sacó un par de llaves y abrió

-Adelante- le hizo ademán de que pasara. Jimin entró apenado pero sólo un par de pasos hasta la entrada donde podía quitarse los zapatos y colgar los abrigos

-Pensé que traerías más cosas- comentó el pálido cuando entró con la maleta. Al cargarla pudo notar que casi no pesaba nada.

-Me gusta viajar ligero- rió

-Entiendo- sonrió y comenzó a descalzarse, Jimin hizo lo mismo y se puso un par de pantuflas que el otro le había dado- ven, te enseñaré el lugar- el castaño obedeció y le siguió dentro- bien, esta es la sala- la señaló. Se trataba de un juego de tres sillones blancos y una mesa de centro, el piso era alfombrado y las paredes de un suave color crema- hay un televisor, yo nunca lo veo así que siéntete libre de usarlo cuando quieras- siguió caminando- de este lado está la cocina- señaló con su otra mano a aquella sección, la cocina también era blanca, no había mucho que mostrar- ah, y el bañó es ese- señaló una pequeña puerta entre la sala y la cocina- ahora por acá- dio un par de par de pasos más hasta llegar a un pasillo. De cada lado de la pared había  una puerta y al fondo del pasillo una tercera- la puerta de la izquierda es mi habitación y la de la derecha será la tuya

-¿Y la del fondo?- señaló con su dedo índice

-Esa es mi oficina, está cerrada con llave así que no intentes entrar, no me gusta que urguen en mis cosas

-Tranquilo, no planeaba hacerlo- Yoongi no dijo nada y sólo le hizo una seña para que lo siguiera a la que sería su habitación. Ésta tenía las paredes pintadas de un suave color moca y en el centro sólo había una cama con sabanas blancas

-Hay un closet vacío, para que guardes tus cosas. 

-Gracias

-Bien, aquí dejo tu maleta, ponte cómodo. La cena estará lista en 20 minutos- Jimin asintió y esperó a que Yoongi saliera y cerrara la puerta. Una vez solo, se sentó en la orilla de la cama y miró con nostalgia la pequeña maleta que había traido con él, preguntándose una vez más cómo es que las cosas habían terminado así.

¿Cómo terminaron las cosas así?

Bueno, todo había surgido por una desconfianza por parte de Yoongi. Pensó que así como al muchacho poco le importaba subir y bajar escaleras, y hacer esfuerzos cargando, bien podría restarle importancia a miles de aspectos más. Pensó que lo más responsable era no arriesgarse y tenerlo cerca para  vigilarlo como a un crio. No era que le agradará la idea pero ya no se trataba sólo de él sino de su hijo, y él no se iba a permitir ser un mal padre incluso antes de que naciera su bebé.

Jimin por su lado se negó rotundamente, le dijo que ya estaba buscando otro departamento y que iba a dejar su trabajo, que tenía todo bajo control, lo que menos quería era ir a vivir con un desconocido. Sin embargo Yoongi buscó todos los medios para persuadirlo y Jimin no desaprovechó la oportunidad para sacarle provecho y llegar a un mutuo acuerdo. De esa manera acordaron que se iría a vivir con él siempre y cuando les permitiera seguir yendo a la librería para tener todo bajo control. Yoongi muy a su pesar accedió y así cerraron el trato.

-Jimin, la cena está servida- dijo Yoongi del otro lado de la puerta y el menor volvió al mundo real

-Ya voy- sin ánimo caminó fuera de su habitación hasta la cocina. Al instante sus sentidos se pusieron alerta al percibir un delicioso aroma

-Anda, toma asiento- pidió el otro acomodando los platillos al centro de la mesa. Ambos tomaron asiento frente al otro- puedes de servirte lo que quieras- alzó la tapa que cubría el refractario y el vapor contenido se liberó soltando un aroma agradable- espero te guste la lasaña- el pálido se sirvió su porción con ensalada. Tenía hambre así que no perdió tiempo en comenzar a comer. Jimin por su lado se quedó estático con la mirada perdida- oye ¿no vas a comer?- preguntó limpiando las comisuras de sus labios con su lengua

-¿Cuánto ganas?

-¿Perdón?- rió pensando en lo cómica que era esa pregunta- ¿me preguntas por mis ingresos?- él castaño asintió- ¿a qué viene esa pregunta?

-No es cualquier cosa lo que va a pagar, es decir, debe tener dinero, sin embargo...no lo parece

-¿Eso crees?- enarcó una ceja y se metió un pedazo de lechuga a la boca- ¿ qué esperabas entonces?

-Ya sabe, algo más lujoso, un departamento inmenso- reconoció- que alguien le cocinara o que tuviera una colección de animales exóticos en su pared- Yoongi no pudo menos que reír fuertemente

-Vaya, debes dejar de ver tanta televisión. Mira, ¿por qué no hablamos de esto luego? ahora come que se está enfriando y ya no sabe rico si está frio- Jimin hizo una mueca pero igual no dudó mucho en tomar su tenedor y comenzar a comer

Está delicioso pensó y aunque una sonrisa amenazaba con formarse en sus labios, no se lo permitió

-¿Rico?- preguntó Yoongi

-Nah, he probado mejores- dijo con desinterés. Minutos después se sirvió una segunda porción


Vientre en renta- YMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora