45- Mes 6

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6to mes

Yoongi se asomó por la puerta de la habitación y vio el cuerpo entre las cobijas que aín seguía sin salir. Con cansancio suspiró y entró con la bandeja de comida en mano.

-Tu desayuno- llamó y puso la bandeja sobre la mesita de noche. Observó el pequeño cuerpo cubrirse aún más entre las mantas 

-Gracias- recibió en respuesta

En las últimas semanas Yoongi había notado aquel cambio en él. Al principio no se preocupó, pensó que simplemente estaba cansado y que quedarse en cama le haría bien, sin embargo la situación no cambió, sino por el contrario empeoró,y ahora la preocupación de Yoongi era seria. Primero se había rehusado a salir, luego se había rehusado a salir de la cama y ahora definitivamente se rehusaba a incluso levantarse para comer. Yoongi quería respuestas pero cada vez que intentaba hablar, Jimin simplemente lo apartaba.

-Oye- tocó su cabeza sobre las cobijas- Jimin, por favor, dime qué ocurre

-No ocurre nada- dijo y levantó sólo un poco las cobijas para verlo

-Mientes. Dime, de lo contrario no sé cómo ayudarte- pidió 

-No hay nada que puedas hacer, ahora dejame

-No, no me voy a ir hasta que me digas. No puedes seguir dejándome fuera. ¿Qué no ves que me preocupas tú y el bebé?- puso su mano sobre el vientre de Jimin pero éste la alejó de un golpe

-Qué no escuchaste, te dije que me dejes, ¡LARGATE!- gritó a todo pulmón y Yoongi se quedó estático. Las mejillas de Jimin estaban rojas y sus ojos denotaban dolor. Pero a pesar de ello Yoongi no se alejó, por el contrario, lo abrazó fuertemente. Jimin intentó safarse empujandolo lejos- ¡dejame!- gritaba desesperado hasta que las fuerzas le abandonaron y los gritos se transformaron en lagrimas.

-Jiminie- lo llamó con el corazón destrozado. Le dolía tanto ver a su pareja de aquella manera y no saber qué ocurría

-Vete, quiero estar sólo

-Lo siento, no puedo hacer eso- acarició los cabellos castaños y comenzó a mecerse de un lado a otro sobre la cama- soy tu esposo Jimin, no puedes alejarme tan fácilmente, te guste o no. Y no te soltaré hasta que me digas la verdad. No importa el tiempo que nos tome- el menor se aferró a la camisa del otro y ocultó su cabeza en su cuello.

-¿Por que eres así?

-Porque te amo- hubo unos minutos de silencio y el menor finalmente se armó de valor para hablar

-Perdón. Es sólo que...desde aquel día del restaurante yo...- se alejó un poco de su esposo- mírame Yoongi- se señaló- me veo fatal, sólo me queda esta horrible ropa,  mi cintura se ensanchó y mis pies están hinchados. Y esto- tocó su ahora grande vientre- mírame, soy enorme y a penas estoy en el sexto mes, seré una ballena e incluso después del embarazo no volveré a ser el mismo. Mi vientre quedara flácido y con estrías, eso sin mencionar que el parto me provocará paño y la cara me quedará manchada y...ya no tendré el olor a vainilla que tanto te gusta sino oleré a pañales y leche agria- dijo bajando la cabeza

-Jimin...

-Pero eso no es lo que más me molesta, sino que sé que esto es por el bebé y me siento un monstruo pensando en todas esas cosas. Debería estar feliz, de que esté creciendo sano y sin embargo no dejo de compadecerme. Soy egoísta.

-No, amor, no eres egoísta- lo volvió a abrazar- todo lo opuesto, estás sacrificando todas estas cosas incluyendo tu cuerpo para dar vida a nuestro bebé, eres la persona más amable que conozco. Yo soy aquí el que debería disculparse- Jimin sorbió su nariz y negó

-Tu...ya no me tocas- Yoongi quiso llorar al escucharlo

-Pensé que no querías que lo hiciera

-Te dije que sólo tu podías tocarme. Querías que el bebé te sintiera cerca- no pudo más y sintió las lagrimas resbalando por su rostro

-Lo siento- miró sus ojos y acarició sus mejillas- por no compartir la carga como dije que lo haría. Yo simplemente asumí que sabrías como sobrellevarlo. Pero compensaré eso, no tienes que cargar con esto sólo- tomó el vientre de Jimin con sus manos y lo besó- lo prometo- Jimin enredó sus dedos en las suaves hebras de cabello negro y sonrió feliz de confesar lo que tanto le había consumido

-Gracias Yoongi


*


En el último mes las cosas habían cambiado tal y como Yoongi lo prometió. En primer lugar, había llevado a Jimin a comprar ropa nueva a una tienda de alta costura especializada en maternidad. Ahora Jimin vestía prendas que le hacían sentirse cómodo y lindo para su esposo. En segundo lugar,  lo llevó con un dermatólogo para prevenir las futuras marcas, ahí el medico le mandó una serie de cremas y pomadas especiales para ello e incluso mencionaron que de no ser suficiente, podrían en algún momento, recurrir a un tratamiento con láser para arreglarlo. En tercer lugar Yoongi se inscribió con Jimin para tomar clases privadas de natación con una profesora, de esa manera Jimin podía ejercitarse y de paso compartían tiempo juntos sin sentirse hostigados. Pronto los pies de Jimin dejaron de estar hinchados y dejó de sentirse tan cansado.  En cuarto lugar Yoongi compró un suave y cómodo sillón y lo acopló a su estudio, ahora Jimin y él podían trabajar escribiendo y aunque ninguno de los dos hablara cuando lo hacían,  sabían que estaban juntos.

El cambio no tardó en hacerse notorio en Jimin, ahora se le veía de buen humor todo el tiempo, sus ganas de salir habían regresado, difícilmente se le veía en cama y finalmente era visible el hermoso brillo en su rostro, que toda persona que espera una nueva vida, externa. 

-¡Yoongi!- gritó Jimin desde el baño y jugó con las burbujas que aun quedaban en la tina. Miró en dirección a la puerta y vio a su esposo entrar con la bata. Yoongi le ayudaba a salir y entrar a la bañera por temor a que pudiera resbalar y eso al menor no le molestaba.

-¿Estuvo bien el baño?- preguntó secando su cabello

-Muy relajante, gracias- tomó su mano y se ató la bata. Tomó la perilla de la puerta y al abrirla sus ojos se quedaron estáticos al ver su habitación. La luz estaba apagada pero el espacio era iluminado por velas aromáticas

-Sorpresa- susurró y abrazó a su esposo por detrás- recuerdas esas velas, las de durazno- el menor asintió- bien, pues quiero que las vuelvas a guardar en tu memoria- con lentitud tomó el cuello de la bata y la deslizó sobre sus hombros para besar su piel desnuda

-Yoongi...- dijo sorprendido y cerró los ojos. Sintió las manos de su esposo recorrer su cintura y viajar hasta su vientre

-¿Así o más cerca?- respiró en su cuello y terminó por tirar la bata al suelo

-Más cerca- dijo en un susurró y volvió a cerrar los ojos al sentir aquellos dulces y suaves besos que podían enloquecerlo

-Jiminie...te amo

Y Yoongi tenía razón, Jimin volvería a grabar aquellas velas en su memoria, junto con las caricias, los besos y los gemidos que ambos compartieron. Y una vez más el castaño se preguntó si era posible ser más feliz....y no tardaría mucho en descubrir que la respuesta era sí.













<3 Simplemente hermoso

Vientre en renta- YMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora