Míster Libido (R#0)

12. Jacob vuelve a burlarse

Adrián

Regreso a mi casa y quedo confundido ¿Qué ocurrió aquí? Ah cierto, me olvidé de la morena. Está todo tirado, parece que se enojo.

Bueno, no importa, luego llamaré a un servicio de limpieza. Ahora me iré a dormir antes de que me agarré el momento caliente. Miro la hora. He batido un récord en no tener sexo.

—¡Ups! —Me río pícaramente —Ya pensé en la palabra mágica —Levanto las manos —¡Estoy caliente, Elena! —Muevo los dedos y me imagino a la rubia —¡Caliente! Muy caliente.

Ah sálvese quién pueda, pero hoy no veré porno, definitivamente no.

Corro a mi teléfono y llamo a la casa de mi amigo.

—¡Jacob, estoy caliente! —digo directo y gritando.

—¡Pues ve y búscate una mujer! —Se enfada —¡¿Por qué me llamas a mí?! —se queja.

—Porque estoy en abstinencia —Hago puchero.

—¿Qué quieres decir con eso? —Se ríe —¿Míster Libido sin sexo? Eso es imposible —Hace una carcajada.

—¡Maldito estúpido, no entiendes mi etapa de amor! —grito desesperado —¡Estoy flechado y desde ahora, sólo hay alguien quién puede calmar a la obra maestra que tengo ahí abajo! —le aclaro firme lo que completamente pienso —¡Así que no te burles!

—Okey, me estás asustando —exclama en voz baja.

—Tenme, tenme mucho miedo —expreso de manera lúgubre y luego sonrío con malicia —porque no voy a rendirme, nunca.

—Pobre de la afortunada —Se ríe.

Hago puchero.

—Si fueras mi empleado, ya te hubiera despedido.

—Pobre Jairo —se burla de mi otro amigo mientras ríe —¿Y qué vas a hacer con... ¿Tu problema? Quiero decir, con la chica, ¡La chica! —repite y se sigue riendo.

—Tú calla y aprende del maestro de la seducción —Paso mi mano por mis cabellos rubios.

—Dirás, maestro del calentón.

Esta conversación no está llegando a ningún lado, le cuelgo sin avisar y me pongo a planear mi próximo plan.

Elena Richerd no se me escapará, lo sé.