24. Sintiéndose triunfador

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Elena

Necesito resistir a esta pasión desenfrenada, tiene que ser una adrenalina pasajera, algún tipo de calentura que se acabará pronto o una aventura que tenía que ocurrir, pero ya está, ya no puedo seguir con esto, ya pasó.

—Adrián... —expreso excitada mientras acaricia mis piernas —por favor, detén esta locura.

—¿Por qué baby? Me pones muy triste —Los labios que acabo de besar hace tan sólo un instante susurran cerca de los míos, lo que me provoca un jadeo —. No hagas esos ruidos que nos pueden oír.

Lo empujo de repente estando bastante avergonzada.

—He dicho que pares —expreso determinada incluso aunque todo esto me dé calor.

—Entiendo, aquí es muy evidente y poco adecuado para tu bella y delicada piel, una dama como tú merece ser atendida con respecto.

—Yo... yo no dije eso, ni siquiera íbamos a hacerlo, no imagines cosas.

Sonríe de lado para expresar con confianza lo siguiente.

—Estoy seguro que si hubiera un lugar más privado, quizás no te resistirías tanto.

Mi corazón se acelera rápido, trago saliva y me quedo callada. Realmente no quiero responderle a eso, porque no estoy segura de mi respuesta.

Adrián se va con una sonrisa en el rostro, sintiéndose ganador, mientras yo me quedo amargada, no sé si por perder o porque tengo que continuar en esta reunión, que cada vez estoy menos de acuerdo con permanecer en ella.

Los días pasan, estoy en mi casa y mi madre me visita, charlamos apaciblemente, entonces cuando se va a despedir caminamos hasta la entrada del recibidor, cuando la mucama la mueve nos encontramos con Adrián que no tuvo que tocar a la puerta, ya que fue abierta.

—Que buen servicio —Sonríe él.

Frunzo el ceño.

—¿Cómo sabés mi dirección?

Mi madre me mira confundida.

—¿No es tu profesor de baile? —pregunta alzando una ceja.

—¡Ah, sí! —exclamo nerviosa —Lo olvidé, tengo muchas cosas en la cabeza.

—Tenemos clase hoy —dice el rubio y yo lo miro de mala manera.

—Oh, ya los dejo, después de todo ya me iba —Mi madre ríe y se retira.

Adrián sonríe sintiéndose triunfador como la otra vez, mientras yo lo sigo mirando de mala manera, ya me va oír este atrevido.

Míster Libido (R#0)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora