Elena
Adrián me lleva hasta un enorme balcón, como dijo se pueden ver las luces y el río. Hay que admitirlo, ciertamente es una bella vista.
Me sobresalto cuando pongo mis manos en las barandas y él en mi cintura, apoya su cabeza en mi hombro y suspira.
—Estoy celoso del río, lo miras más que a mí —Hace puchero.
—¡¿Qué crees que estás tocando?! —me quejo.
—Si tocará lo que realmente quiero acariciar, me convertiría en un depravado —Me apretuja —solo te estoy abrazando, aunque admito que está difícil contenerse —Se ríe y huele mi cabello —me pones a mil, rubia.
Me giro y lo tengo en frente de mi rostro, siento que mis mejillas arden.
—No entiendes, ¿verdad? Ricoy —enfatizo en su apellido —. Deja de coquetearme, no es no, ríndete.
—Estoy más que seguro que entre tú y yo hay química.
—Alucinas.
—Si estoy alucinando, espero que esta droga dure para siempre —Roza mis labios y puedo oír mi corazón acelerarse.
—¿Sabés que después de esto irás a la cárcel? —amenazo.
—¿Me vas a denunciar por secuestro?
—Sí, eso haré.
—Que mala —Sonríe y siento su respiración —pero no lo vas a hacer.
—¿Y se puede saber por qué? —Levanto una ceja.
—Es que te vas a enamorar de mí en una sola noche.
—Cuanto ego.
Se ríe.
—No es ego, es confianza en que lo puedo conseguir.
—¿Y si no lo consigues? —Sonrío.
—Admitiré mi derrota, aunque yo sé que lo lograré —Me guiña el ojo.
—¿Y cómo harás eso? —Entrecierro los ojos con curiosidad, una parte de mi quiere saber.
—Así —Une sus labios con los míos y no puedo evitar corresponderle.
Hay que admitirlo, esos besos son la gloria, besa demasiado bien ¿Así quién se puede resistir?
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Míster Libido (R#0)
Short StoryAdrián Ricoy tiene un serio problema con su deseo sexual, no puede parar. Tanto es así, qué en su barrio hasta le pusieron un apodo. Míster Libido, es divertido, carismático. Esa emoción que tiene es lo que le falta a Elena ¿Será qué la correcta y s...