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Maratón (3/4)

JB

Jaebum quería creer que su semana no había sido tan mala, quería, enserio trataba. Pero reprobó dos pruebas seguidas, sus notas eran mediocres, sus apuntes ilegibles, su trabajo —que amaba— lo tenía al borde de un colapso. Y también estaba este Omega especialmente molesto y chillón siguiéndolo a todos lados. Sus clases se habían extendido dos horas. El apartamento al que planeaba mudarse fue alquilado por alguien más. Quebró la pantalla de su teléfono.

Y, lo mejor de todo; a pesar de haber pasado casi un mes, aún no podía olvidar el aroma de aquel Omega desconocido. Se podría decir que eso era lo que más le preocupaba, había pasado mucho tiempo y si se esforzaba un poco en recordarlo, el aroma dulce se reproducía con nitidez. No sabía por qué, pero era consciente de que de alguna forma el recuerdo de la esencia suave provocaba algo en él, y eso era lo más frustrante.

Se enojaba más consigo mismo cuando involuntariamente empezaba a comparar ciertas cosas con aquel aroma, o cuando se dio cuenta de que había comprado velas aromáticas con olores dulces, y a él ni le gustaban las velas. De pronto ya no pedía un típico café americano, y ahora se sentaba a tomar un mocha caliente con caramelo.

No podía negarse que disfrutaba esas cosas, pero seguía pareciéndole espeluznante la pequeña —no tan pequeña— obsesión que había desarrollado. Y como de un momento a otro su entorno se había vuelto hacía aquel Omega desconocido. La fascinación que él y su lobo compartían lo hacía tener cierta carga de consciencia; era un menor de edad, y él se sentía un pedófilo.

Jinyoung le había dicho que lo dejara, y pensaba que lo había hecho. No quería ver la reacción de su amigo si le decía que aún estaba como un loco por saber quién era el Omega. Y por más que intentó sacarle más detalles este no cedía. Incluso ebrio no dijo nada, y eso que Jinyoung era un bocón cuando estaba borracho. Pensó en preguntarle a Mark, pero su orgullo podía más.

—Dumbito, ahora sí me voy a tirar de un puente.

Jaebum estaba otra vez en la habitación de Jinyoung, quejándose, y de visita.

—Llevas diciendo eso desde la semana pasada. ¿Elegiste ya un puente bonito?

—Aún no.

—¿Y por qué te vas a tirar ahora?

Suspiró, dudando sobre sí realmente debería hablar del asunto. Guardarse esto durante por un mes lo tenía casi al borde de una crisis nerviosa. Él no se ayudaba ya que no hacía más que poner excusas o evitar profundizar el tema con su lobo. Tal vez hablarlo ayudaría a aclararse un poco.

—Sabes que soy un idiota. —Jinyoung asintió con la cabeza—. Y, resulta que este idiota... —Hizo una pausa que se consideraría dramática. Y eso que él era de los que le gustaba ir directo al punto—. Mi lobo parece tener un pequeñito interés en el Omega de la otra vez. Bien, tal vez no pequeño. De hecho, es un maldito perro encaprichado con el Omega y eso me preocupa demasiado.

Jinyoung frunce el ceño. —¿El Omega gritón que te sigue a todos lados?

—¡Dios, no! —exclamó—. Es... el cachorro. El de la bata —murmuró apenado.

—Santa mierda, Jaebum. —dijo estupefacto—. ¡Jaebum! —gritó.

El Alfa asintió con la cabeza gacha mientras rascaba su nuca. —Sí. No es cómo que esté muy orgulloso de esto. Realmente no entiendo la fijación de mi lobo, es una locura.

—Pensé que te habías olvidado completamente de ese asunto.

—Lo mismo le digo yo al perro este. ¡Jinyoung esto es ridículo! ¡De todos los Omegas en el mundo él quiere a un cachorro que nunca ha visto!

Oh, shit! I'm an Omega [2Jae] ||ABANDONADO||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora