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JB

Los celos de un Alfa son una cosa peculiar. Muy pocos tienen más de dos en un año y otros no los tienen. El celo de un Alfa no se presenta a menos de que sea estrictamente necesario o inducido, algo como las feromonas de un Omega podría activarlo.

Jaebum es un Alfa raro que mantiene celos periódicamente desde que que es un adolescente.

Tan extraños como su celo, es su comportamiento en ese delicado tiempo.

—Me preocupa dejarte solo.

Wooyoung lucía sinceramente agobiado. Jaebum rodó los ojos.

—No tenés que preocuparte por mí.

—No me preocupas —Wooyoung le restó importancia con una mano—. Lo que me preocupa es que vuelvas a devorar toda mi comida.

—Fue sólo una vez. 

Renegó con un deje que a Wooyoung se le hizo un descaro. El Beta se llevó una mano al pecho, ofendido. 

—Y una mierda —Haciendo un mohín señaló la nevera—. Te comiste el chorizo español que me habían regalado, y ¡ni siquiera te dignaste a terminarlo y lo dejaste ahí con un enorme mordisco!

Wooyoung hacía mímica con las manos, recreando su atraco. Recordando el desastre en su cocina y el embutido tirado en el suelo como si de la escena de un atroz asesinato se tratase.

—Súperalo. Estaba demasiado sazonado de todas formas.

—Voy a echarte —le advirtió, amenazándole con un dedo como todo un viejo cascarrabias.

Antes de que pudiese argumentar de vuelta y defenderse, la puerta principal fue tocada con suavidad y Jaebum alzó la cabeza como un cachorro curioso sobre el hombro del mayor. Wooyoung tuerce el cuello a la velocidad de un parpadeo, lastimándose algún músculo del que no sabe el nombre.

—Huele a Omega —comentó Jaebum, olisqueando el aire—. ¿Cita?

El Beta se impacienta, tal cual un niño al que le dan azúcar y sus manos empiezan a dar sacudidas . La nariz le tiembla como a un cachorro, y a Jaebum el gesto le trae recuerdos tan viejos.

—Me tengo que ir —Wooyoung gimoteó frustrado—. Quédate aquí y no hagas nada estúpido.

Le ordenó severo, para luego correr y casi caerse en el trayecto a la puerta. Jaebum se asomó por el pasillo, pero no alcanzó a ver nada más que la puerta cerrarse y escuchar las disculpas de su primo. Aun cuando se asoma a la ventana, él y su acompañante ya habían desaparecido por el pasillo.

El día transcurrió perezoso y lento para él. Estaba harto de permanecer encerrado como un penoso animal de zoológico. Las vueltas que había dado por el apartamento eran incontables cuando, pasadas las ocho, Wooyoung llegó a casa, con una sonrisa radiante, comida caliente y vibrante energía.

Jaebum lo observó con la pregunta pintada en el rostro. Wooyoung ríe, lleno de un gozo desconocido para el Alfa.

Deja las cosas sobre la cocina y tararea con sus propias palabras se enredándose en el parloteo de sus pensamientos en voz alta, y termina balbuceando. Jaebum sigue ahí, esperando a que deje de ignorarlo o lo deje unirse a su burbuja de 'soy-el-hombre-más-feliz-del-mundo'.

Jaebum no alcanza a hacer la pregunta, cuando Wooyoung al fin recuerda su existencia y sus ojos brillan más que dos faros en una noche profunda, hacía él.

—¡Van a publicar mi libro! —chilla, con la alegría que sólo unos pocos privilegiados han logrado alcanzar.

Wooyoung lo sacude por los hombros con brusquedad al no saber qué hacer con sus manos, sonriendo tan amplio que le hace preguntarse si sus mejillas no duelen. Jaebum tiene el pecho lleno de orgullo y admiración, igual de movido. La sonrisa que se le extiende en el rostro no logra ni competir con la de el beta, pero sí que lo impulsa.

Oh, shit! I'm an Omega [2Jae] ||ABANDONADO||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora