Oh, shit! I'm an Omega [2Jae] ||ABANDONADO||

26

[tres mil años después :^) volví]

YJ

Youngjae se siente inoportuno.

BamBam está en el regazo de Yugyeom, abrazando sus costillas y acurrucado en su pecho. Yugyeom lo mantiene cerca, entre sus brazos, reposa su cabeza en uno de los hombros delgados del peliblanco. Yugyeom da respiraciones profundas y lentas, saboreando el nuevo aroma; elegante, atractivo y único. Ambos calmados y callados. Los gruñidos amortiguados y complacidos son la música de fondo. Yugyeom tiene una postura orgullosa y rebosante de alegría. Bam se encuentra dormido; relajado. Disfrutando la calidez del tacto ajeno.

Youngjae está sentado en el sofá individual, con los hombros tensos y la empalagosa escena como paisaje. El sol salió hace poco tiempo y la luz nueva y tenue del amanecer empieza a llenar la sala, llevándose los rastros de lo que fue la luna nueva. Siente frío en las piernas y los dedos de los pies desnudos, encogidos sobre el sofá y con una taza de café en las manos. Parece la buena suegra de los tortolos. Vigilando como un metiche, cosa que realmente no le gusta.

Tiempo después el sueño vence a Yugyeom, que se mantiene cubriendo a Bam con su cuerpo, casi como si lo estuviera escondiendo. Youngjae camina por los pasillos un rato, estirándose. Ahora, definitivamente no va a quedarse ahí a ver cómo "formalizan" o cualquier cosa. Va esperar a que sea una hora adecuada y llamar para quedarse con su tía a cambio de cuidar a sus cachorritos necios.

Cuándo regresa de nuevo a la sala Bam está despierto y Yugyeom se mantiene dormido. Bam lo mira con curiosidad. Youngjae se sienta en uno de los reposabrazos del sillón.

BB

—¿Así de raro es ser consciente de que soy un Omega?

—Síp.

—Puedo oler jodidamente todo. Todo —recalcó—. Sé que esta cosa —apuntó a Yugyeom— comió ramyeon picante hace algunas horas.

Youngjae retuvo una pequeña risa. —Ajá.

—Sabes —Bam se levanta del sofá y empieza a caminar, en un ademán le dice que lo sigue—. Yugyeom huele demasiado bien. Por favor llévatelo de aquí.

—No, no, Bammie, eso ya no es mi asunto, amigo. Vos lo dejaste entrar.

—No fui yo —se queja.

—Ajá.

—¡Es verdad! Fue la cosa más rara, era cómo... ¡No lo sé! Todo era demasiado detallado y yo no podía hacer nada. Los colores se veían jodidamente brillantes y fuertes. Los olores eran demasiados de todo.

—Deja las drogas, Kunpimook.

—Ya las dejé. Y era muy, muy, muy diferente.

Youngjae hizo una mueca y se cruzó de brazos. Bam volvía a ser el mismo después de descansar, parecía incluso recargado.

—Tus ojos son azules —le comentó al notar aún el azul brillante en sus orbes.

—¿Me dormí con las lentillas de nuevo? —lloriqueó.

—No, tarado. Tus ojos son azules.

Los labios de Bam forman una llena 'o' en cuanto entiende. Empieza a revolotear buscando cualquier cosa para verse, el reflejo de una cuchara termina siendo su espejo. Maldice con sopresa.

—¡Soy jodidamente caliente!

Youngjae se ríe al ver a su amigo guiñarse un ojo y sonreír coquetamente a su reflejo.